Un estudio de Irena indica que, a partir del 2022, la inversión en transición energética tendrá que aumentar en un 30% sobre la inversión planificada
Ramsés Pech
Grupo Caraiva – León & Pech Architects
El mundo empieza a contaminar Marte y la pregunta es ¿hasta cuándo entenderemos que el ser humano por su naturaleza ha sido, será y continuará siendo el que realiza cambios al entorno?, en función de su fuerza y violencia de obtener lo que desea.
A lo largo del camino recorrido, el hombre desde su concepción, evolución, revolución e inserción en el planeta, ha tratado de sentirse cómodo; colocándose diferentes abrigos con etiquetas que indican la marca en el tiempo que cree conveniente; como la del dinero, discriminación, jerarquías, economías, materias primas, países, regiones, etc. Todos estos abrigos ya hacen sentir el calor, el peso, de manera continua; lo que está llevando al hombre a ya no sentirse cómodo.
El mundo esta tan acostumbrado a sentirse cómodo, que el hecho de hacer que cambie se torna complicado ante tantos intereses económicos, financieros, energéticos y ahora de índole ambiental.
Para que el ser humano se adapte en el mundo ya no en paralelo a la energía, sino con el cuidado del entorno, no hay que obligarle a quitarse el abrigo, sino dejar que se sienta cómodo. Por propia cuenta entenderá que debe dejarlo a un lado para continuar.
Podrás tener una ideología que ayude a una sociedad en su entorno pero, en primer plano imprimes la fuerza de tus pensamientos, alineados a lo que tú crees que es mejor; y dejas de usar la lógica y te conviertes en una mente más, que solo pretende trascender individualmente.
Una transición energética ordenada
Hoy, la fuerza en un crecimiento de un país no depende de una sola persona, depende del conjunto de beneficios acoplados dentro y fuera, utilizando la lógica para poder dar certeza al futuro.
La Fabula de Esopo indica que la persuasión y el razonamiento son mejores que la fuerza y la violencia. Alguien que piense que, presionar desde su punto de vista y no ser parte de un cambio generacional sea la respuesta, no será incluyente y deberá estar aislado por tiempo indefinido.
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El mundo tan complejo de supervivencia actual deriva en dos simples palabras: dinero y poder.
De acuerdo con información de Irena, se indica que el mundo está empezando a quitar ciertos abrigos que pesan. A partir del 2022, su estudio de transición energética indica que, “la inversión en transición energética tendrá que aumentar en un 30% sobre la inversión planificada, hasta un total de 131 billones de dólares de aquí a 2050; lo que corresponde a 4.4 billones de dólares de media cada año, y donde las políticas sociales y económicas nacionales desempeñarán un papel fundamental para lograrlo”.
Una parte fundamental de la transición energética estará ligada a la forma como generamos la electricidad (el consumo de electricidad más del doble para 2050); y al parecer, estamos más preocupados por esta parte, cuando aún no sabemos cómo eliminaremos en su totalidad el uso de combustibles fósiles.
Cualquiera que sea la reacción para seguir, debemos dejar en claro que, sin una política pública acorde, de nada servirá hacer una transición energética hacia la electrificación. El problema en el mundo son los gases de efecto invernadero (GEI), y estos están ligados en forma directa con el transporte (más de mil millones de automóviles en el mundo). Sobre el problema, hay que dejar claro que, no está en el motor, sino en el combustible que se emplea.
Acción en México
En México, nos empezará a afectar el cambiar regulaciones en cuanto a la calidad de combustibles, el no seleccionar en forma correcta el porcentaje de oxigenantes para poder llegar a una combustión completa, ante la falta de un plan de largo plazo en el cambio generacional a carros eléctricos. Una de las políticas de este estado fue la de contener de MTBE (éter metil tert-butílico) a no más de 0.05% en volumen a partir del 1 de julio de 2007.
México debería ver el ejemplo de California en Estados Unidos, donde se logró tener una armonía entre la calidad del aire y la movilidad.
Entonces, el ser humano tiene diferentes abrigos, en los cuales ha colocado etiquetas en cada momento que sintió cambios en las condiciones; hoy día se ha vuelto más pesado el andar de la humanidad para tener una mejor calidad de vida.
¿Será que tengamos que regresar al inicio de la humanidad? dejando de usar toda la tecnología a la que tenemos acceso; para no deteriorar más al planeta. O simplemente deberemos dejar ciertos abrigos que nos ayuden a aminorar la carga, con una menor inversión.
Esperemos que la moraleja de Esopo no sea nuestro futuro en el presente.
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