Escrito por: Opinión, Ramsés Pech

La infidelidad de México al medio ambiente


En México existe una hipocresía ambiental y sobre todo una falta del entendimiento de cada proceso, desde el punto de vista técnico y de análisis sobre la forma como se produce y transforma a la energía para su consumo

Ramsés Pech

Grupo Caraiva – León & Pech Architects

Primero, debemos de dejar de decir que, “la transformación energética se dará con el solo hecho de generar a la electricidad con energía renovable”; estas energías renovables son parte de la metamorfosis, pero no vendrán a cambiarlo todo. Además, hay que dejar de pensar que, con el simple hecho de producir carros eléctricos y tratar de incorporar a más usuarios a la electromovilidad, dejaremos de contaminar. Eso no es así. Primero, hay que atacar al problema del origen. El mundo no dejará de usar los combustibles fósiles al menos durante las próximas cuatro o hasta siete décadas por venir.

Hoy, el mundo depende para su crecimiento económico de estos combustibles fósiles (carbón, petróleo crudo y gas natural); no hay forma, hasta el momento, de poder abandonarlos en forma tajante. Durante la COP28 se determinó que deberá darse una transición energética de manera progresiva, aplicando tecnologías con ciencia.

Antes de decir que en México faltan políticas públicas y que no estamos invirtiendo en energía renovable, deberíamos hacer un alto, porque solo estamos hablando de una décima parte del problema que tenemos actualmente en el país, problema que es parte a su vez de todo lo que acontece en el planeta.

De inicio, debemos conceptualizar que transitar significa: “cómo dejar de usar lo que nos contamina y prostituye el medioambiente para después aplicar tecnología con ciencia en pro de mitigar o eliminar lo que ocasiona la polución”. En México, lo anterior no será posible de forma rápida, debido a que tenemos que importar combustibles (como el gas); solo resta esperar las innovaciones cuando estén listas.

A grandes rasgos, ¿en qué se usan los combustibles fósiles?

Petróleo Crudo: proviene de la perforación de pozos de la superficie al subsuelo, el cual vía técnicas podemos extraer en forma líquida, teniendo diferentes características y calidades. La mayoría del crudo producido (de un 80 a un 85% de la demanda mundial se envía a refinerías) se utiliza para obtener combustibles (gasolina, diésel y turbosina).

Gas Natural: provienen de igual forma que el petróleo crudo, y este puede ser seco o húmedo. Ambos tipos de gas son acondicionados para usarse en la generación de electricidad por medio de plantas que, en su mayoría son del tipo ciclo combinado.

Carbón: proviene de la extracción de minas de carbón a cielo abierto o en el subsuelo. Se usa mayormente para generar electricidad; aunque en algunos países ya están cancelando esta clase de generación.

Comprendido lo anterior, el origen de lo que tomamos de la naturaleza y cómo lo transformamos para las energías primarias, llevando a cabo un análisis con base en la información de las dependencias y empresas Sener, Semarnat, Pemex, CFE y la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, y tomando a las principales fuentes de contaminación que generan emisiones en tCO2e en México, encontramos los siguientes hallazgos, y los enlistamos del mayor a menor que prostituye al medioambiente:

  • Gasolina para automóviles. Se tiene un consumo promedio de alrededor de 124 millones de litros diarios de gasolina para los más de 36 millones de vehículos que circulan a lo largo del país. Esto genera en forma diaria 316 mil tCO2e, lo cual equivale a 123 canchas de fútbol profesional. Con esta producción de emisiones recurrentes, en 3 días estaría la CDMX cubierta en relación con los metros cuadrados de superficie. Por cada litro quemado en el motor, se producen 2.55 KgCO2e.
  • Gas Natural para generar electricidad. En México son alimentadas alrededor de 58 plantas que operan diariamente y en forma alternativa. Consumen 143 millones de metros cúbicos de gas, produciendo 270 mil tCO2e; las cuales representan 105 canchas de fútbol profesional. Por cada metro cúbico consumido, se genera 1.90 KgCo2e.
  • Diesel para el transporte de cargas o pasajero. Existen alrededor de 12.5 millones de este tipo de unidades, las cuales consumen 65 millones de litros diarios de diésel, produciendo 186 mil tCO2e; el equivalente a 72 canchas profesionales de fútbol y con cinco días de producción de emisiones, cubrirían a la CDMX en superficie. Generan por cada litro consumido en los motores 2.87 KgCo2e.
  • El proceso del petróleo crudo por medio de la refinación. De acuerdo con datos de Pemex, las refinerías promedian alrededor de 62 tCO2e por cada mil barriles de crudo refinado. Este valor es casi dos veces superior a la media mundial. El total de crudo procesado en promedio diario es de alrededor de 126 millones de litros y generan 49 mil tCO2e; siendo la refinería que más contamina por el volumen refinado la de Tula en Hidalgo, y la de menor polución la de Ciudad Madero. Generan alrededor de 0.39 KgCO2e por cada litro refinado.
  • Turbosina para Aviones. Se usa para más de mil 200 vuelos diariamente, consumiendo 15 millones de litros, y genera 40 mil tCO2e. En 24 días de emanaciones, llenarían la superficie de la CDMX. Cada litro que consume un avión produce 2.65 KgCO2e.
  • Generación de electricidad con combustóleo. Existen plantas térmicas y de combustión interna, y algunas de estas usan o alternan el uso de este combustible. Se tiene un consumo diario de 10 millones de litros y se producen 33 mil tCO2e. Esta producción cubriría la superficie de la CDMX en 29 días. Se generan 3.25 KgCO2e por cada litro quemado para generar a la electricidad.
  • El uso de carbón para generar electricidad. De acuerdo con la CFE, existen 3 plantas operando con este tipo de combustible, donde se consumen 11.5 millones de kilogramos por día, produciendo 32 mil tCO2e, equivalente a 12 canchas de fútbol. Por cada kilogramo usado para generar electricidad, resultan 2.75 KgCO2e.

Conclusión:

  • La mayor emisión contaminante diaria proviene del consumo de la gasolina por los automóviles, y la menor emisión proviene de la generación de electricidad por medio de carbón. Esperemos que este mineral deje de usarse en pocos años en México.
  • La mayor emisión producida por KgCO2e por consumo es el combustóleo, y la de menor son las refinerías.
  • Producir combustibles en las refinerías genera cinco veces menos emisiones que la generación de electricidad con gas natural en plantas de ciclo combinado.
  • El nearshoring podría incrementar las tCO2e, ante el incremento de la movilidad de las cargas de productos. En México, el 70% de las exportaciones es vía terrestre.
  • El análisis realizado indica que, la suma del total de tCO2e de todas las emisiones generadas cubrirían la superficie de la CDMX en un solo día.

En los próximos años veremos que, el nuevo negocio del mundo será la apología de limpiar al planeta de CO₂, ante la falta del cómo y de un compromiso real del ser humano de dejar de usar combustibles fósiles.

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