Las Naciones Unidas definen a la economía verde como aquella que propicia el bienestar humano y la igualdad social
Parece que sumar acciones en beneficio del planeta es una labor titánica que solo algunos pueden lograr. Sin embargo, la más valiosa de las contribuciones está en las actividades cotidianas como lavarse los dientes, el cabello o cocinar.
La economía verde es definida por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente como “aquella que propicia el bienestar humano, la igualdad social y reduce significativamente los riesgos medioambientales”.
Es bajo este concepto que diversas empresas adoptan una postura holística; ofrecen bienes o servicios con el objetivo de prevenir la contaminación ambiental y fomentar la protección de la vida silvestre. Asimismo, su cadena de producción se realiza con materiales sostenibles y recursos renovables.
Problemáticas como la deforestación, el uso excesivo de materiales no biodegradables, o el Cambio Climático dan origen a un mercado sustentable en el que es posible encontrar artículos de uso diario tan comunes como un cepillo de dientes o de cuidado del cabello para quien quiere reducir su impacto ambiental.
Bambú y el Co2
Los cepillos de dientes de bambú son alternativa ante la sobreexplotación de recursos naturales. El bambú crece con más velocidad y poca agua, sin fertilizantes, ni pesticidas. Además, entre más grande sea una planta más C02 absorbe, y el hecho de que el bambú brote con más rapidez le permite absorber C02 a un ritmo más eficiente, lo que beneficia al mantenimiento de la capa de ozono.
Otros productos se diseñan con el objetivo de evitar la generación rápida de basura y eliminar el uso de plástico. El acondicionador o shampoo sólido se producen con ingredientes naturales y se comercializan con empaques reciclables, lo que disminuye la acumulación de plástico.
Por otro lado, algunos productos se elaboran no solo para preservar la salud de la naturaleza, sino también la del usuario. A las espátulas o cucharones de bambú se le integra silicona, un material no poroso y que impide el crecimiento microbiano. La silicona resiste temperaturas extremas, por lo que a la exposición al calor no libera compuestos dañinos en los alimentos.
Los materiales biodegradables de estos artículos se deshacen en contacto con la naturaleza, por lo que su proceso de degradación es más rápido. De igual forma, este mercado creció con extensiones y así como existen cepillos de bambú hay pastas dentales sin colorantes o cremas de afeitar con componentes vegetales.
No es tan difícil como parece
Asumir un estilo de vida consciente con el medio ambiente implica un principio muy importante: elegir una marca cuyas credenciales ecológicas estén a la altura. En el mercado, Yema es una marca consciente que brinda al consumidor una oferta sustentable para el higiene personal y diversos artículos de cocina.
Su compromiso es promover el uso eficaz de los recursos del planeta para garantizar un medio ambiente estable y sus productos llegan a todo el país mediante su sitio de e-commerce.
