Casi 60% de los viajeros no volvería a alojarse en un lugar en donde experimentaron una molestia; y entre los principales motivos de descontento en los turistas, está la mala limpieza (48.8%) y los malos olores (48.6%), de acuerdo con un estudio publicado por Passport Photo
En conmemoración del Día Mundial del Turismo, celebrado el pasado 27 de septiembre, Ecolab, el líder mundial en soluciones y servicios de agua, higiene y prevención de infecciones, indica la importancia de hacer que los huéspedes cubran sus expectativas y se sientan seguros durante su estancia en un hotel en aspectos tan importantes como la limpieza de todos los sitios y los blancos; además de la inocuidad de los alimentos y la desinfección de vajillas, cubiertos y utensilios de cocina.
“Proteger el bienestar de los turistas es una inversión, pues además de ser uno de los factores en los que los hoteles ponen mayor atención, el sector es uno de los más importantes en la economía de México”, señaló Miguel Serrano, Director de la División Institucional de Ecolab Latinoamérica Norte.
La Secretaría de Turismo calcula que para todo 2023 la derrama económica alcanzará 31 mil millones de dólares, únicamente por visitantes internacionales, un aumento de 11.3% respecto a 2022 y 26.8% superior a lo captado en 2019.
Incrementar el nivel de cuidado en las instalaciones de hospitalidad no implica necesariamente un aumento en los costos o en el consumo de recursos; por ejemplo, actualmente existen soluciones que reducen el uso de agua caliente en el lavado de sábanas y edredones sin comprometer su suavidad, eliminan manchas y disminuyen entre 3 y 5% el rango de relavado y entre 13 y 25% el reemplazo de blancos debido a que alargan su vida útil.
“Garantizar blancos que estén perfectamente lavados, desinfectados y sean cómodos para los huéspedes es una misión compleja. Si además buscamos que los métodos de limpieza sean sustentables y representen ahorros en los costos de operación, el reto es mayor; sin embargo, existen diversos tipos de soluciones integrales que generan ahorros de agua, energía y tiempo al eliminar pasos como el enjuague o integrar en uno solo la remoción de grasa, la limpieza y la desinfección”, señaló Miguel Serrano.
Al eliminar pasos en el lavado, consumo y temperatura de agua a través de un programa de limpieza, es posible reducir el agua y la energía utilizadas hasta 40%, lo que a su vez disminuye los costos en servicios públicos, el tiempo de trabajo e incluso calor en las instalaciones; lo anterior se traduce en mil 600 dólares, 610 termias (unidades de energía) y 908 mil 498 litros de agua ahorrados en un año.
De acuerdo con el estudio citado, 53% de los huéspedes disconformes deja una mala crítica cuando tiene una experiencia negativa; y 46% realiza una reseña donde expone las razones de su descontento. Evitar los malos comentarios parte de protocolos de limpieza estrictos que tomen en cuenta el ahorro hídrico, entre otras características. Por ejemplo, un limpiador de pisos para el área de cocina que no requiere enjuague ahorra más de 50 mil litros de agua al año únicamente en un hotel.
“Debido a que hay mayores expectativas de espacios más limpios y seguros, es importante mantener el impulso que se logró incorporar durante la pandemia; por ejemplo, procedimientos para ropa blanca higiénicamente limpia como una parte fundamental de los esfuerzos por ofrecer experiencias más positivas para los viajeros a los que se presta servicio y las personas en cargadas de realizar las labores de limpieza”, señaló Miguel Serrano.
De acuerdo con el Banco de Comercio Exterior (Bancomext), el 56% de los turistas vacacionan con fines de descanso, por lo que brindarles a los turistas una experiencia placentera en términos de limpieza, higiene y desinfección, debe ser una de las directrices en cualquier establecimiento dedicado a la hospitalidad.
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