Escrito por: Opinión, Ramsés Pech

Pemex, una empresa recaudadora de impuestos

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México depende del mejor recaudador de impuestos hasta ahora creado: Pemex ¿Que país no quisiera tener una empresa estatal para pagar impuestos y para recaudar? A Pemex la obligan, de acuerdo con la Ley de Ingresos, a tener esta función durante el periodo fiscal vigente.

Ramsés Pech

Grupo Caraiva – León & Pech Architects

La empresa productiva del Estado (EPE), Petróleos Mexicanos (Pemex), no está en una industria en la que, con pico y pala, se puedan extraer del subsuelo los hidrocarburos. Es una industria de alto riesgo, la cual necesita de un alto OPEX (costo permanente para el funcionamiento de un producto) para mantener o incrementa la producción de hidrocarburos, su transformación en combustibles; y al mismo tiempo, requiere una logística adecuada para que las personas operativas se sientan seguras ante toda la infraestructura necesaria.

El OPEX de Pemex de 2014 a 2018 presentó una variación alineada al incremento o decremento de la producción; representando alrededor de entre 35 a 45% del total del dinero que la empresa invierte entre el CAPEX y este.

No hay que confundir el gasto que realiza Pemex sobre riesgos ambientales y seguridad, del que tiene para la parte de mantenimiento de la infraestructura para operar; y de no hacer este último gasto, repercutirá en un incremento de los primeros en mención. El mantenimiento puede ser de índole correctiva (cambiar o modificar) o preventivos (mantener operación hasta una vida útil).

Ante la falta de programas continuos preventivos, toda infraestructura expuesta al calor, a presiones, vibraciones o alteraciones para operar, tendrá un resultado final: una vida útil menor, y/o el remplazo en su totalidad; lo que a la postre incrementará los costos, y habrá más perdidas de horas de operación.

Entonces, de la empresa podemos indicar que, está en quiebra desde un punto de vista del balance financiero; o con una deuda hasta el momento impagable, dejando a un lado la operación.

En realidad, existe una hipocresía legislativa y desde el Ejecutivo hacia la empresa, por muchos años se da y continuará por más décadas.

Pemex no es una empresa quebrada, todavía desde un punto de vista de un balance financiero; está sana en el rendimiento operativo, pero fracasa como empresa cuando se adicionan los costos del financiamiento de la deuda, impuestos y derechos, y otros rubros. La empresa ha sido caja chica de la nación, para cubrir el gasto corriente del país.

Si hubiera voluntad en México, y si realmente existiera una transición real de la energía (no solo del cómo generar electricidad), podríamos ser considerados como país desarrollado; pero esto no podrá ser, pues no existen planes de largo plazo.

México depende del mejor recaudador de impuestos hasta ahora creado, el cual usa y mantiene: Pemex. ¿Que país no quisiera tener una empresa estatal para pagar impuestos y para recaudar? A Pemex la obligan, de acuerdo con la Ley de Ingresos de México en su artículo 7, a tener esta función durante el periodo fiscal vigente.

Antes de la Reforma Energética, la empresa estatal recaudaba entre el 25 a 30% del total de ingresos del sector público. Al entrar en vigor dicha reforma, la recaudación pasó del 30% a un 13 por ciento.

Sí disminuyó dicho porcentaje, pero en pesos corrientes se ha mantenido entre los 800 a 950 mil mdp, derivado de la necesidad de un mayor gasto de la nación.

Aquí es donde está la hipocresía hacia la empresa.

Pemex, perfora, transforma, mueve, vende, recauda, y endeuda; porque es parte del ingreso del país. Pero a Pemex le indican, no gastes mucho en mantenimiento; y al OPEX hay que mantenerlo aunque aumenten los riesgos ante el incremento de la actividad productiva con la misma infraestructura.

En 2021, la agencia de calificación crediticia Fitch dejó de tener relación con Pemex, pero siguió haciendo sus reportes para sus otros clientes; que tienen algunas inversiones ante la compra de bonos de la empresa estatal mexicana.

Esta calificadora bajó el grado especulativo de inversión a Pemex, en donde la consideración clave fue:

Falta de gastos de capital de mantenimiento en sus activos principales e infraestructura.

Podemos resumir ciertos hallazgos y consejos no solicitados; que deberían considerarse por la empresa estatal, y sobre todo por la nación:

  1. Múltiples accidentes en las instalaciones operativas resultaron en víctimas y lesiones a sus empleados.
  2. Los daños a infraestructura y activos críticos por accidentes reflejan una falta de gastos de capital, de mantenimiento en sus activos e infraestructura principales. 2023 podría tener un mayor dinero del OPEX para esta área, derivado por el tipo de cambio actual.
  3. Incertidumbre sobre la capacidad y voluntad del gobierno mexicano para mejorar la posición de liquidez y estructura de capital de la empresa en los próximos dos años.
  4. Vencimientos de bonos de deuda internacional por 4 mil 600 mdd en 2023; y por 10 mil 900 mdd en 2024.
  5. El refinanciamiento de la deuda expondrá a la empresa a mayores gastos por intereses que estresarán aún más su flujo de efectivo, ante las altas tasas en los mercados financieros.
  6. El costo de refinanciamiento, asumiendo que sus diferenciales actuales a largo plazo en el mercado oscilan entre 8% y 12 por ciento. Depende de los mercados internacionales de cuánto será la tasa del préstamo.
  7. Pemex será una responsabilidad creciente para el gobierno; a diferencia de años anteriores, donde la participación del gobierno superó las necesidades de respaldo de efectivo de Pemex. Fitch estima, según su caso de calificación, que el gobierno tendrá que gastar aproximadamente 20 mil mdd más de lo que recibió de la compañía en 2026 y 2027; para mantener a flote a Pemex.
  8. La disminución de la salida de efectivo es el resultado de un costo de interés más alto, que reducirá el efectivo disponible para la participación y el gasto de capital del gobierno; la compañía necesitará gastar al menos 10 mil mdd por año en gastos de capital.

Pregunta a realizar, ¿es Pemex una empresa que se creó para recaudar o para sacar energías primarias para su transformación?

Por tal motivo, para ayudar a la empresa, se puede hacer lo siguiente:

  1. Eliminar de los ingresos del presupuesto anual al precio del barril y no condicionar, como todos los años, a producir más barriles para ajustar con esto el déficit presupuestario.
  2. Realizar una nueva reforma fiscal y contemplar en eliminar a Pemex de la responsabilidad dada en el artículo 7 en la Ley de Ingresos; buscando nuevas formas de tener ingresos, no aumentando, pero sí, permitiendo nuevas inversiones en el país.
  3. Reducir el déficit presupuestario, debido a que año con año ha aumentado y hoy es más de un billón de pesos para el 2023; que, en realidad ante una recaudación baja y constante, estresaríamos a Pemex para que recaude más dinero.

El próximo administrador de México tendrá la oportunidad de eliminar los hidrocarburos de los ingresos.  Recordemos que, en México, del 60 al 65% del gasto programado se emplea en desarrollo social, los cuales no originan impuestos como el que puede haber en desarrollo económico.

Pemex, una empresa productiva del Estado y ¡recaudadora de impuestos!

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