Escrito por: Opinión, Ramsés Pech

Causa de contradicción, la inversión extranjera directa en el nearshoring

nearshoring

La Inversión Extranjera Directa es la causa de contradicción ante un nuevo posicionamiento de México en la comunidad mundial manufacturera; al realizar cambios en los tiempos y costos de su logística, para estar cerca de las empresas de Estados Unidos (nearshoring)

Ramsés Pech

Grupo Caraiva – León & Pech Architects

México continúa siendo un país incapaz de comprender cómo debe funcionar en el largo plazo; seguimos siendo una sociedad que no utiliza la experiencia obtenida del mundo económico, tecnológico o financiero.

No puede ser posible que estemos desaprovechando cinco décadas de conocimiento adquirido por el mundo. La humanidad tuvo que pasar muchos siglos para llegar al punto donde actualmente se halla. Quienes tenemos más de 50 años, debemos de estar orgullosos de pertenecer a las generaciones que observaron y tuvieron cambios radicales en la forma de conceptualizar la vida cotidiana; ante tantos avances tecnológicos y que se basaron en riesgos financieros y económicos públicos o privados.

La inversión extranjera directa (IED) ha sido un pilar del desarrollo tecnológico, manufacturero, cultural, económico y, sobre todo, de conocimiento, entre las diferentes naciones que están en la faz de este planeta. Solo aquellos que no han entendido al dinero, no conocen ideologías y no son capaces de migrar a una evolución dentro del mundo.

La IED debe ser la causa de contradicción ante un nuevo posicionamiento de México en la comunidad mundial de manufactura; al realizar cambios en los tiempos y costos de logística, para estar cerca de las empresas del mayor mercado mundial de consumo, Estados Unidos.

Estamos por cometer el mismo error de 1999 y solo estamos viendo una realidad virtual, creada de autocomplacencia; y no una realidad que se base en los hechos actuales.

A la firma del primer tratado que dio apertura al mundo hace más de dos décadas, generó un desarrollo económico en primera instancia; seguido de un crecimiento a nivel país. Este tratado no tuvo efecto hasta después de cinco años de entrar en vigor; principalmente por no contar con la energía necesaria, infraestructura, y mano de obra calificada para ser concebidos como un soporte estructural de la cadena de valor de las empresas.

El primer desacierto que estamos dando lugar (cayendo en lo absurdo), es que hoy digan que los trabajadores mexicanos son parte del nearshoring; pues lo último en mención dista de la realidad. Seamos sinceros, ¿estamos pensando en ellos y en las nuevas generaciones al decir que México paga bajos salarios?

De 2020 a la fecha, hemos visto un cambio radical en la estructura de costos de los productos manufactureros en su producción y envío a mercados objetivos. Ha aumentado el costo de la logística, principalmente en el transporte, derivado del aumento del costo de embarcaciones transoceánicas; de impuestos para su introducción (aranceles), y de la falta de aumento de los costos de los contenedores para asegurar las cargas.

Lo anterior creó (y continua en algunos lados) una congestión en puertos o centros de intercambio terrestre, dando como consecuencia el aumento de tiempos de entrega; y ocasionando sobrecostos al precio final del consumidor, en muchos de los casos influyendo sobre la inflación. Afectando esta condición, hay algunos países que dependen de sus importaciones para cubrir la demanda de su mercado interno.

Entonces aquí va la primera pregunta: ¿por qué deben pagar al mexicano el mismo salario actual? Sobre la relocalización de las empresas, su objetivo primario ex el de aumentar y reducir los costos para incrementar sus ventas, al estar más cerca del mercado de EU y al aprovechar el tratado de libre comercio que permite cierta reducción de aranceles, al ser fabricados dentro de México.

Supongamos, el costo de producir y enviar a EU un producto manufacturado en China tiene un costo de 10 dólares; el cual está integrado de la siguiente forma: mano de obra, 3 dólares (México sería de 1 dólar); el costo de transporte por barco y contenedor, 4 dólares; costos de aduana (importación), 3 dólares. Pero al realizarlo en México, podría bajar un 50% el costo del transporte, y la aduana podría ser cero en algunos casos.

Nearshoring sin energía

Esto podría, en este ejemplo hipotético, reducir hasta el 50% los costos actuales que tienen las empresas. Entonces, ¿por qué no podrían aumentar los salarios en el sector manufacturero del país bajo condiciones adecuadas que no afecten tanto al consumidor final? Recordemos que, el T-MEC puede ser un facilitador para llevar a cabo lo anterior, debido a que, en el artículo 23.12 en la Cooperación en la parte laboral, en el inciso J, en el párrafo ii, indica: “desarrollar herramientas analíticas y de cumplimiento relacionado con salario igual por trabajo igual o por trabajo de igual valor”. Recordemos la mano de obra de México, está calificada y certificada y, al aumentar los salarios de acuerdo al trabajo, dejaríamos de tener una alta migración hacia nuestro vecino del norte.

Pero el segundo problema y el más grave es que México ha dejado de invertir en su sector energético desde la parte privada; pero sí ha aumentado la pública.

Hoy, la IED está perdiendo fuerza. Con mucha política en México y sin energía, no habrá nearshoring.

En 2022, la inversión en energía presentó una contracción de alrededor del 51% respecto al año anterior; donde el rubro más afectado fue el de la generación eléctrica.

La IED en generación, transmisión y distribución de energía eléctrica ha caído seis veces, comparado con sus niveles más altos en 2018. ¿Aumentará el nearshoring la demanda de energía eléctrica? ¿Sí o no? ¿Quién invertirá para cubrir esta demanda? Existen más de 83 MW instalados en plantas de generación de electricidad, pero tenemos una red de transmisión y distribución que, en algunas horas pico, presentan congestión para mover la electricidad; incrementando los costos en algunas regiones de una alta demanda y pobre infraestructura.

La IED en energía antes del 2012 no pasaba en promedio de los mil millones de dólares en forma anual; hoy puede observarse con datos de la Secretaría de Economía, un crecimiento entre 4 a 5 veces. Pero actualmente, la tendencia es a la baja.

En el total de la IED de México, el sector energético tiene tendencia en promedio entre el 9 a 11% de 1999 a 2022. Con la Reforma Energética, del 2012 a la fecha ha fluctuado entre el 15 a 20 por ciento. El 2022, la IED fue solo del 7%, la más baja en la última década.

En el total de las principales inversiones extranjeras directas de México, el sector energético ocupa el tercer lugar hoy día; siendo el primero el manufacturero, y segundo el financiero; antes ocupaba el séptimo lugar.

Ante esta realidad, el nearshoring está soportado en tenerlo para un largo plazo; o simplemente nos pasará lo mismo que a China, siendo que en este país en los últimos 18 años la demanda de energía per cápita aumentó hasta cuatro veces. ¿No podría suceder en México?

https://twitter.com/economiaoil/status/1667160575283978243?s=20

Entonces, si la energía no es suficiente y sus costos se incrementan para generar productos por las empresas, ¿de qué sirve la reducción de costos de logística al relocalizar las empresas en México? Y esto podría cancelar al posible aumento del salario a las personas que integran a la cadena de valor en cada producto que pueda venderse en EU.

Volveremos al inicio de 1999 en 2024 al no estar preparados, aunque hoy en día lo estemos; pero, ahora con una visión sin rumbo, por ser un país de ciclos de vida social, política, económica, financiera y ahora de energía.

Pobre México con el nearshoring, solo vemos el crecimiento de organizaciones y no el desarrollo económico de las personas.

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