Escrito por: Opinión, Tech & Trends

Necesaria ventilación de locales cerrados para prevenir COVID-19


Aprovechemos la oportunidad de solucionar de raíz el síndrome de “edificio enfermo” o carente de ventilación adecuada en locales cerrados

José Luis Apodaca Villarreal
Especialista en sector eléctrico

Después del confinamiento parcial establecido por las autoridades de Salud ante la pandemia de COVID-19, nos reintegraremos a la vida normal, próximamente. Poco a poco regresaremos a las actividades educativas, laborales y de esparcimiento que conllevan socializar en locales cerrados; tales como: aulas escolares, oficinas, consultorios, salas de conferencia, salones de baile, gimnasios, auditorios, hoteles, restaurantes, bares, tiendas de autoservicio, centros comerciales, aeropuertos, terminales de autobuses, automóviles, autobuses y transporte, entre otros.

La ventilación de locales cerrados es indispensable. Asegura la entrada de aire exterior que reemplaza el aire interior; y con ello se evita la concentración de aire viciado que pudiese incluir aerosoles de contenido viral riesgoso. Afortunadamente, en locales no muy grandes (aquellos donde pueden entrar hasta 50 personas), es factible inyectar continuamente aire externo con ventiladores normales de pared; lo cual, implica una mínima inversión y gasto de energía.

Preguntas cruciales

¿Es suficiente el volumen de aire que estamos inyectando a un local cerrado? ¿Cada cuántos minutos debemos reemplazar todo el aire del local? ¿El aire acondicionado implica un significativo gasto de energía o pérdida de confort?

Cuando se reúnen personas en un local cerrado, el acto fisiológico de respirar implica consumir oxígeno (O2), y exhalar bióxido de carbono (CO2), vapor de agua y aerosoles con virus. Si no se reemplaza el aire viciado con limpio del exterior se concentran los aerosoles, también disminuye el oxígeno e incrementa la concentración de CO2, pero tarda en manifestarse la molestia por variación de estos dos últimos compuestos.

El CO2, cuya concentración al aire libre es de 400 partes por millón (PPM), incrementa su valor por el CO2 aportado de quienes ocupan un local cerrado. Cada persona en reposo produce 25 litros de CO2 por hora, y conforme transcurre el tiempo se acumula el CO2 si no hay inyección de aire externo.

Existe una fuerte correlación entre el grado de viciado del aire en un local cerrado y la medición de partes por millón (PPM) de CO2. Por otra parte, en el mercado hay sensores de bajo costo disponibles que lo registran con buena precisión y nos permiten conocer si es suficiente el ingreso de aire exterior en un local cerrado.

La solución es simple

Inyectemos aire exterior continuamente para no sobrepasar una indicación de 600 PPM de CO2 en el interior de un local; con ello, aseguraremos el reemplazo constante del aire viciado y la prevención de contagios por COVID-19. La reducción en la eficiencia del aire acondicionado causada por la entrada de aire exterior, obliga a no exceder el flujo inyectado.

Un ejemplo sencillo, lo podemos ver en un salón de clases para 25 alumnos de dimensiones (8 X 8 X 3) metros y un espacio de 192 metros cúbicos en Monterrey. Si reemplazamos el total de aire interior con aire del exterior cada 10 minutos, no rebasaremos 600 PPM de CO2, y requeriremos para ello un ventilador de 15 pulgadas de diámetro que inyecta cada minuto aproximadamente 20 M3 de aire del exterior. Medir el valor de PPM de CO2 permite verificar el éxito de esta práctica.

En la mayor parte de los días, se logra eficiencia aceptable en el aire acondicionado.

En ese sentido, es importante considerar que con la inyección de aire externo en un local cerrado se gana calor en verano y frío en invierno; lo cual afecta la eficiencia del aire acondicionado. La mayor pérdida de confort y gasto de energía para aire acondicionado ocurre en el verano de junio a agosto (refrigeración), y en invierno de diciembre a febrero (calefacción), como se observa en las gráficas siguientes para Monterrey, Nuevo León.

En la mayor parte de los días, se logra eficiencia aceptable en el aire acondicionado.

En la mayor parte de los días, se logra eficiencia aceptable en el aire acondicionado.

Aprovechar la oportunidad

En las aplicaciones de ventilación para locales cerrados grandes o en climas extremosos, con reducciones importantes de eficiencia en el aire acondicionado, es conveniente automatizar el flujo de aire en un punto de ajuste de PPM de CO2, y reducir el gasto de energía. Este tipo de control responde a la variación de cantidad de personas reunidas en un local cerrado, y ya existe en el mercado. También podría ser necesario instalar recuperadores de calor (cajas entalpicas).

Finalmente, independientemente de la pandemia, aprovechemos la oportunidad para cambiar nuestros paradigmas; y solucionar de raíz el síndrome de “edificio enfermo” carente de ventilación adecuada. Sería una contribución importante al mejoramiento de la salud.

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