La pobreza laboral en México aumentó a nivel nacional, al pasar de 38.3% a 40.1%; lo cual representa 1.8 puntos porcentuales más. Lo anterior se explica debido a una caída en el ingreso laboral promedio de los trabajadores; y a un aumento en los precios de la canasta alimentaria
Ramsés Pech
Grupo Caraiva – León & Pech Architects
En México, todo el mundo está contento debido a que tendremos un crecimiento económico positivo al cierre de este 2022; y estaremos positivo en 2023, pero no a los valores deseados.
Este es el primer ingrediente que tenemos para el caldo que estamos por cocinar en los próximos meses. Estamos apostando a un dato macroeconómico de ego de un país para determinar que existe y coexiste en el mundo.
Estamos utilizando al crecimiento económico como aquella agua maravillosa, refinada, libre de impurezas y que todo el mundo quisiera tener, pero ahí está el primer error. Hoy día todos están usando agua de la llave, debido a que lo importante es saber quién es el cocinero, y no me refiero al que administra a un país, sino a quien contribuye para que el caldo tenga un buen sazón.
El cocinero es parte del desarrollo económico individual, y depende de su poder adquisitivo, el cual está dentro de la población económicamente activa. Y como buen cocinero, deberá tener conocimiento, conocer a donde comprar las verduras, la carne o pollo y cuánto debe utilizar para cocinar; además, cuánto tiempo debe hervir el agua, y economizar la cantidad de combustibles para el cocimiento de todo lo adicionado al caldo.
El crecimiento económico, de acuerdo con datos del Inegi, estamos pasando del primer cuarto al tercero del 2022 de 1.2 a 0.9 por ciento[1]. Estamos positivos, pero la tendencia, es a la baja[2], y en forma irónica esta podría ayudar a bajar la inflación general, al no haber demanda; y el mercado tendrá que dar más oferta al consumidor para el poder circular el dinero e indicar crecimiento dentro de la sociedad.
Pero el caldo puede amargarse y tardar más en cocinarse, al tratar de hacerlo a fuego lento; esto según para reducir costos ante el incremento de los energéticos para cocinar en los últimos días; además de haber un incremento en las mercancías y servicio. Esto significa que el caldo puede ser afectado en su sabor, al no haber control en la inflación subyacente.
Los que venden la verdura, la carne de res o pollo, están preocupados porque los precios de los combustibles del transporte del campo a la central de abastos, mercado o supermercado no bajan; siendo que ahora las gasolinas y diésel están pagando el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), y van desde los 50 centavos a 4 pesos por litro, y tienen que llenar su tanque. En consecuencia, esto ha incrementado el costo de las mercancías.
Una solución que propongo, y podría ayudar, sería que la Secretaria de Hacienda y Crédito Público (SHCP) dejara de cobrar el impuesto a los combustibles en diciembre del 2022[3] y enero del 2023, para ayudar a reducir la inflación general en mayor proporción, en conjunto con aumentar la tasa de interés por parte del banco de México, ahora que hay excedentes petroleros.
El reducir el costo del transporte podría hacer que los productores pudieran enviar una mayor cantidad de productos para generar una mayor oferta; a donde son vendidos cada uno de sus productos dentro del mercado. Esto ocasionaría cubrir una mayor demanda e incrementaría la oferta; y el consumidor podría tener acceso a mayor diversidad, aunque tenga un poder adquisitivo contraído.
El simple hecho de quitar el IEPS reduciría el precio entre 2 a 3.5 pesos por litro[4], tomando como ejemplo a la gasolina regular.
Lo preocupante del caldo ahora es que, al cocinero no le alcanza para comprar todo lo que lleva un caldo bien hecho.
Ha tratado en lo posible de mantener la receta, pero su poder adquisitivo ha ido cayendo, y algunos de ellos han dejado de cocinar, y otros han sido contratados; pero el dinero al que tienen acceso es menor, debido a que ahora les pagan menos.
El cocinero ha perdido ingreso laboral y esto lo ha confirmado Coneval[5], y tomaremos los datos del segundo al tercer trimestre del 2022, debido a que es a donde ha bajado la inflación y el crecimiento económico; en donde destacamos del consejo lo siguiente:
- La pobreza laboral aumentó a nivel nacional, al pasar de 38.3% a 40.1%; lo cual representa 1.8 puntos porcentuales más. Lo anterior se explica debido a una caída en el ingreso laboral promedio de los trabajadores; y a un aumento en los precios de la canasta alimentaria.
- Disminución del ingreso laboral real per cápita de 2.5%, al pasar de 2 mil 880.91 a 2 mil 807.49 pesos.
- La pobreza laboral aumentó en el ámbito rural, pasó de 52.0% a 53.2%, mientras que en el urbano, de 33.9% a 36.0 por ciento.
- En 27 de las 32 entidades federativas se presentó un aumento de la pobreza laboral.
- Los ocupados formales reportaron un ingreso laboral mensual de 9 mil 061.82 pesos; poco más del doble de los ocupados en trabajos informales (4 mil 444.86 pesos). Durante este periodo, el ingreso laboral real promedio de la población ocupada, tanto formal como informal, tuvo una reducción de 2.7% y 2.2%, respectivamente.
Al cocinero está por salirle más caro las albóndigas que el caldo.
Entonces, la solución en México es aumentar el gasto en el desarrollo social[6], y específicamente en la protección social, a sabiendas de que no sabemos si el dinero otorgado son peculios a fondo perdido, y no conocemos si realmente es usado para el caldo.
Ahora que las empresas que incorporan otras empresas, impuestos y empleos, han decidido dejar de enviar dinero de sus matrices; lo anterior para hacer crecer el negocio a donde están en el mercado, dejando solo cierta cantidad de la utilidad generada para mantener lo actual, y, por lo tanto, el dinero no circula en mayor cantidad entre la población económicamente activa.
Entonces ¿de qué sirve tener una población económica en crecimiento si la informalidad es mayor?; esto significa menos cocineros con conocimiento y solo unos pocos que invierten en tenerlo (el conocimiento) mejor deciden salir de México. Otros capacitados deciden emigrar para poder enviar el dinero, para que su familia pueda hacer el caldo como debe ser; a costa de la desintegración familiar.
Resumen:
El crecimiento económico está bajando y el poder adquisitivo se está contrayendo; la inflación general está bajando, pero la subyacente[7] tiene una tendencia al alza. La gente sigue comprando a precios altos, pero muchos usan créditos con tasas altas; y existen proyectos en espera hasta después del tercer cuarto del 2023. El cocinero no sabe si quedarse para hacer el caldo menos rico para su familia, o mejor salir de México para que sigan disfrutando el mismo sabor a expensas de no convivir con su familia.
[1] https://twitter.com/economiaoil/status/1596205950049845254?s=20
[2] https://twitter.com/economiaoil/status/1596205950049845254?s=20
[3] https://twitter.com/economiaoil/status/1596890616876904448?s=20
[4] https://twitter.com/economiaoil/status/1596196106186412032?s=20
[5] https://www.coneval.org.mx/Medicion/Paginas/ITLP-IS_pobreza_laboral.aspx
[6] https://twitter.com/economiaoil/status/1568977196202733568?s=20
[7] https://twitter.com/economiaoil/status/1595826596430372864?s=20
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