La SMH trabaja desde 1999 para fortalecer el crecimiento del hidrógeno en el país; no obstante, aún hace falta una consolidación de este sector en México
Después de 21 años de actividades de la Sociedad Mexicana del Hidrógeno (SMH), el país todavía necesita de una estrategia nacional para propiciar el completo desarrollo de este sector energético. Así lo confirmó Rosa González Huerta, expresidenta de la SMH, en su ponencia ‘La historia del hidrógeno en México, antes de la GIZ’; durante el Panel de discusión: implementación de hidrógeno verde en México.
En este sentido, sí se han realizado varios esfuerzos para fortalecer el crecimiento del hidrógeno a través de la sociedad civil, vía la SMH desde 1999. No obstante, aún hace falta una consolidación de la industria del hidrógeno en el país, para poder realmente aprovechar las oportunidades que el hidrógeno tiene para la transición energética.
“¿En dónde estamos en México? ¿cómo nos vemos a nivel internacional?, pues sin actividades relevantes, esa es una realidad. Sí nos hace falta una estrategia nacional, nos faltan proyectos piloto nacionales e importantes; y pienso que eso ya puede hacerse en el corto plazo, de aquí al 2025”, señaló la experta.
Tecnología y regulación de precios
Asimismo, la también investigadora de la Escuela Superior de Ingeniería Química e Industrias Extractivas (ESIQIE), señaló que en México se tienen muchas áreas de oportunidad para la aplicación del hidrógeno; como la obtención de nuevas tecnologías, la implementación de certificaciones y una difusión más comprometida.
“Hay muchas necesidades para la industria actualmente. La Comisión Nacional del Agua (Conagua) tiene sus globos tecnológicos en donde utiliza electrolizadores alcalinos de los años 70. Hay que darle una patada para que funcione […] Hay que tener buenos representantes de empresas internacionales para venta de equipo, porque hoy no existe una regulación de precios. Eso afecta en el costo nivelado del hidrógeno, porque hay que pagar importación, más el IVA en México; más la comisión del proveedor y eso también genera gastos excesivos en los equipos”.
Adicionalmente, Rosa González sugiere la implementación de un laboratorio nacional para el desarrollo y la certificación de tecnología, incluso de la que no se fabrica en México; para así certificar que el hidrógeno es verde, que determinado electrolizador cumpla con las condiciones de consumo energético que establece su ficha técnica; y para todo ello debe de trabajarse una certificación nacional.
Divulgación académica desde la escuela
Por otro lado, Rosa Gonzáles afirma que, para lograr una verdadera cultura del hidrógeno y de las energías limpias, los tópicos deben de formar parte de la enseñanza básica en el país; como una estrategia certera para acercar a las nuevas generaciones en los usos del hidrógeno en beneficio de la sociedad.
“Otra parte importante es la divulgación a nivel básico. Se tienen que hacer algunos talleres específicos, con la introducción de algunos conceptos básicos en los libros de texto; o que los alumnos de nivel básico tengan asignaciones para estudiar el tema. Nosotros con el Instituto Politécnico Nacional (IPN) hemos tenido una gran actividad en la difusión, pero los chicos de primaria y secundaria no conocen el hidrógeno, no saben lo que es una celda de combustible”.
Además, se tienen que llevar a cabo capacitaciones en empresas e instituciones, para coadyuvar desde el sector público y privado en el desarrollo de una industria nacional; puesto que “ya se tiene todo” para poder tener un avance tecnológico en varios puntos que hacen falta en el país.
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