Ramsés Pech – Grupo Caraiva – León & Pech Architects
De enero a mayo de 2020, Petróleos Mexicanos (Pemex) perdió el negocio de 190 estaciones de servicio
Con datos de la Comisión Reguladora de Energía (CRE), al mes de agosto hay 12,707 permisos vigentes, de los cuales 3,778 están en gasolineras que no venden combustible de Pemex; 151 marcas ajenas a Pemex (3,739 estaciones) y 39 estaciones con combustible genérico (sin marca establecida).
En México, de acuerdo con el semáforo Covid-19, las ciudades con grandes niveles de población y autos continuarán en color naranja y en algún momento llegarán a amarillo. Este cambio resultará en un incremento de la movilidad de la población, la cual requiere realizar su transportación por medio de automóviles ligeros que realizan combustión de gasolinas diariamente.
La población a nivel mundial está resultando en un cambio de la compra y llenado de sus tanques, realizándolo bajo dos premisas importantes: el precio del combustible y la ubicación de la estación. En ciertos mercados están migrando a no solo tener los precios en apps de smartphones o vehículos, sino a identificar la calidad de cada estación del servicio. Es decir, calificar un lugar que vende combustible de acuerdo a la buena o mala experiencia, con datos específicos que van desde el rendimiento del combustible, hasta su calidad que se nota al realizar mantenimiento en motores. La organización de tiendas de conveniencia y minoristas de combustible de EUA (NACS por sus siglas en inglés) calcula que el 81% de las visitas de los clientes para comprar combustible deriva por uno de esos factores.
Esta nueva forma de medir a una marca no se podrá realizar en México. En nuestro país hemos limitado la evaluación al mercado a una determinante llamada “Quién es quién en los precios”. Solo se incluyen datos del valor total del precio unitario al consumidor, y de la terminal de almacenamiento (TAR); ante la falta de una misión dentro del mercado de combustibles en las bombas de las estaciones de servicio. Pero no existe una evaluación sobre si los litros son completos, sino de la calidad real que están vendiendo en cada bomba; que cumpla con las especificaciones de la norma vigente en nuestro país.
Se tienen en el mercado mexicano plataformas y aplicaciones que solo indican el precio y no puede comparar la calidad entre las marcas a ciertas distancias. Esto limita a los consumidores a comprar a una respuesta única: “porque me queda de camino”.
¿Existirá en México un estándar en la salida de combustibles producidos por las refinerías en forma homogénea?, comparada con las importadas por Pemex o los privados. Ante este cuestionamiento, sería bueno que la Profeco pudiera ayudar al consumidor a evaluar la semejanza de las gasolinas que se venden; o cuál es el margen de diferencia que hay respecto a una gasolina o diésel, en el norte del país con el sur.
Con esta pregunta, debemos dejar en claro para el consumidor que las estaciones de servicio no controlan la calidad del combustible. Son los comercializadores, en conjunto con los productores o importadores, quienes saben si cumplen con la calidad esperada por el mercado mexicano. Es importante determinar que el negocio de las estaciones de servicio ha tenido un cambio radical en función de cuáles marcas (distintas a Pemex) deben estar cuidando la calidad que ofrecen cada litro despachado… ¿o será lo mismo? ¿cómo saber?
El negocio de las gasolineras privadas
Pemex perdió estaciones de servicio de enero a mayo, con 190 estaciones abandonando a la marca mexicana; en donde Valero Energy pasó de 2 a 45 estaciones. En la siguiente la tabla se muestran las 20 marcas con mayor número de estaciones. Hay empresas privadas de EUA que han apostado al mercado mexicano, por el futuro de crecimiento de la región bajo el T-MEC.
Con la nueva visión del consumo de combustibles, es necesario replantear si realmente tener el control de las estaciones de servicio, limitando el número de permisos, ayuda al mercado.
El riesgo de una inversión no es para el gobierno. Si el negocio no funciona el que perdería sería el inversionista privado, teniendo dos opciones: cerrar o reinventarse; ya sea con un mejor precio o un diferenciador como la mejora del combustible por medio de su propia formulación. Es decir, la estación debería tener la opción de decidir lo que le conviene a su negocio. Refinación con baja calidad o tener un producto para conservar un mayor número de estaciones bajo la marca.
Ante la falta de visión de mercado, México ha limitado el número de estaciones de servicio que ayuden al consumidor a tomar una mejor decisión y así evitar estar fuera de casa durante mayor tiempo dentro de las condiciones de la pandemia.
¿Cuál será la misión de la administración actual? ¿beneficiar a Pemex o al consumidor?