Somos unos ilusos al pensar en arrebatar o desdeñar, como jauría de hienas, un pedazo de negocio (litio) que es para el país. Lo ideal para México, para hacer negocios, es unirnos todos, sin ideologías, y tener una mejor ventaja competitiva a nivel mundial; dejando de ser simples ensambladores de tecnologías
Ramsés Pech
Grupo Caraiva – León & Pech Architects
Nuestra actualidad y futuro en México es sostener una realidad plagada de una falta de desarrollo energético, económico; financiero, ambiental y sobre todo de negocios. México en realidad no sabe hacer negocios, somos tal y como dice en un refrán, nos parecemos como la cubeta de los cangrejos, todos están en ella, pero no hay un acuerdo para escapar de esta.
Esto mismo está sucediendo con las futuras inversiones que pretenden realizar una serie de empresas, entre ellas Tesla, para la manufactura de carros eléctricos. El Poder Ejecutivo ha sugerido que Nuevo León (estado que lleva meses negociando su instalación) no es el destino adecuado. Ante este comentario, han salido a la vendimia otros gobernadores; y hace de esta inversión una subasta y pugna de quien tendrá el mejor postor.
Esto último demuestra la falta de madurez de negociar en México, debido a que la gente está en el poder por el poder; y no para obtener el mejor beneficio hacia la sociedad. México, sea ha puesto como dijera aquella frase, “de pechito”. Tesla, ahora puede negociar, a quien ofrezca una reducción de costos, mejores facilidades; y sobre todo, mano de obra barata. Recordemos, es un negocio de largo plazo. Ahora le hemos quitado la oportunidad a Nuevo León para mejorar la condición de su sociedad; en tanto que, pusimos a Tesla para que decida como la canción “tin marín de do pingué”.
Demostrado quedó que, mientras exista la ideología para atraer inversiones a nuestro país, los inversionistas tendrán los mejores beneficios; debido a que ellos les daremos oportunidad de bajar sus costos. Y así, México continuará siendo un país en el que no crece su PIB per cápita.
¿Es acaso que las empresas antes de empezar una negociación no realizan estudios de mercado, logística, de región, economía, seguridad, salud, educación, mano de obra, y sobre todo una cadena productiva continua?
Somos unos ilusos al pensar en arrebatar o desdeñar, como jauría de hienas, un pedazo de negocio que es para el país. Lo ideal para México, para hacer negocios, es unirnos todos, sin ideologías, y tener una mejor ventaja competitiva a nivel mundial; dejando de ser simples ensambladores de tecnologías.
El génesis del litio no radica en la inversión de una fábrica ensambladora de carros eléctricos; esto es lo de último a tener en un modelo de negocio. El primer paso para tener un negocio infinito, sobre todo en el futuro de carros eléctricos, es tener en forma local la energía primaria (materia prima). En este caso, son las minas.
Aquí debe empezar el verdadero origen del futuro del litio. Pero deberán darse las inversiones, realizadas con antelación. Lo anterior, para ser un país de mayor atractivo, confirmando la existencia de litio, certificando las reservas probadas; y no las que pensamos que existen. Así, las empresas que construyen baterías tendrán mayor certidumbre para instalarse, y lo harán con mayor rapidez; y, por ende, lo harán quienes construyen los carros.
Ahora bien, se debe dejar de decir que México es el 10° lugar en reservas de litio; debiendo poner un asterisco a donde indique: “sí, pero refiere a aquellas reservas que no han sido certificadas”.
En México tenemos un gran problema de coordinación entre la investigación, concesiones a minas, y el futuro real. Hoy en día, al promulgar que las reservas son de México, eso lo correcto; pero dejan una gran ambigüedad del cómo serán concedidas a la empresa LitioMx de reciente creación; o con los privados que obtengan contratos para explotar minas o hacer farmouts, alianzas o alguna forma de colaborar entre la parte privada y pública.
En México existe una mina que está certificada bajo la ley del litio, y esta es la de Bacanora, en Sonora; para esta mina, una empresa privada realizó la producción de carbonato e hidróxido de litio en el ámbito de una planta piloto. En esta empresa llevan invirtiendo más de 10 años para el tener esta producción; y de esto falta tiempo para su maduración industrial.
En el mundo existen tres formas de extraer el litio, para convertirlo en carbonato o hidróxido de litio (ese es el negocio, una planta para producir y no tanto la extracción en mina); y entre los que encontramos a este mineral impregnado en: rocas, salmueras o arcillas.
La explotación en minas por medio de la producción de roca, del total en el mundo, el 55% utiliza este tipo de explotación (lavar la roca); 43% en salmuera (fase líquida) y 2% en arcilla (al adicionar agua hincha la formación). En México, la mayoría de las minas evaluadas por el Sistema Geológico Mexicano están en formación de arcillas. Es importante aclarar que todas estas minas están en fase de investigación, y solo a una podemos considerar como cercana al tipo industrial, la cual se localiza en Estados Unidos (EU).
La mina en cuestión, la tiene la empresa Lithium Americas Corp., la cual invertirá alrededor de 4 mil mdd en dos fases. Pero del total de inversión, el 89% se focaliza en la construcción de la planta para producir los refinados de carbonato o hidróxido de litio; lo anterior, para la creación de baterías. Y solo 3% de la inversión se dará para el desarrollo de la mina; pero antes, invirtieron fuertes cantidades de dinero en evaluación y exploración del yacimiento.
El negocio de una ensambladora de carro no se origina con base en dónde colocarán la planta; pues eso dependerá del estudio de factibilidad en un país o región, considerando la cadena productiva, desde obtener el material para las baterías, la empresa que manufacturará, hasta la cadena de piezas necesarias para armar el coche; y a una ingeniería de logística de cada una de las piezas. El agua, es lo de menos.
No, seamos ilusos. El 99.99% de la población hoy día no puede comprar un carro eléctrico puro (no híbrido); debido a que el poder adquisitivo no es el suficiente en la economía mexicana.
Los carros eléctricos que realicen la manufactura en México no serán para consumo interno del mercado; más del 95% serían de exportación. Pero esto podría cambiar, si el gobierno mexicano pudiera ayudar a cualquiera que comprara un carro eléctrico; por medio de un crédito fiscal para cada carro eléctrico, como es el caso que EU que aporta 7 mil 500 dólares.
Carros eléctricos, una visión en el desierto.
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