Escrito por: Empresas

Respiro a la desindustrialización ¿breve o prolongado?


En los últimos años la industria nacional ha tenido un respiro por la guerra comercial y la reconfiguración mundial, pero el tiempo se agota ante la recesión en Estados Unidos. La menor dependencia mundial se logrará en la medida en que se construya una verdadera política industrial que empresas deberán ir trabajando desde adentro para estar listas

Julio Alejandro Millán, Presidente de Consultores Internacionales, S.C.®

En las últimas dos décadas México ha experimentado un proceso de desindustrialización en la economía como resultado de la menor competitividad ante la industria china. En los últimos tres años, la guerra comercial entre Estados Unidos y China, así como el reacomodo económico por la crisis sanitaria ha permitido que la industria nacional viva un repunte ¿breve o prolongado?, dependerá de la política industrial.

Es indudable el aporte de la industria en la economía nacional. Para muchos la estrategia de tercerización es el futuro de la economía; sin embargo, en tanto las personas continuemos comiendo alimentos procesados y vistiendo ropas, y los niños sigan jugando con juguetes, la industria será clave para el desarrollo económico mundial.

México de mono exportador de materias primas a economía industrial. Nuestra economía moderna, a diferencia de otras en América Latina, sufrió un importante cambio estructural al pasar de ser una economía mono exportadora de petróleo a una industrial más compleja fundamentada en las industrias automotriz, de alimentos y electrónica. El detonante fue la integración norteamericana a través del TLCAN.

Tendencia a la baja

No obstante, en las últimas dos décadas, las actividades secundarias e industriales se han contraído. En el año 2000, la producción de las actividades secundarias (minería, construcción, generación de energía eléctrica e industrias manufactureras) representó en promedio el 36.3% del total de la economía para caer en 2020 a un total de 28.2%.

A diferencia de ello, las industrias manufactureras, si bien han mostrado una tendencia a la baja, se han mantenido en el tiempo y han logrado en los últimos años un repunte del 15.6% en 2020 a 16.2% en 2022.

Este potencial proceso de desindustrialización observado en México se vincula con el desplazamiento de manufacturas ligeras mexicanas por chinas en el mercado de Estados Unidos. El breve repunte industrial se explica por la guerra comercial de ambas potencias, por el reacomodo de las cadenas globales de valor -industrial y logístico- derivado de la crisis sanitaria y por el nuevo blindaje que se espera contar con el TMEC a través de una mayor integración económica en la región.

Motor dinámico

La exportación industrial: el motor más dinámico en la prolongada recuperación económica de México. Hasta ahora, estas condiciones han permitido que la lenta recuperación se logre a través de las exportaciones a grado tal que en ciertos periodos nuestro país se convierta en el principal socio comercial de Estados Unidos; pero el tiempo apremia, la economía estadounidense ya muestra avanzados signos de debilidad.

La inminente recesión en Estados Unidos cobrará factura en las exportaciones mexicanas. La última estimación oportuna del INEGI sobre la actividad económica señala que en julio la economía habría vivido un freno siendo el más destacado el de las actividades secundarias que a tasa anual pasó del 3.8% en junio a 2.7% en julio; y a tasa mensual la disminución entre junio y julio fue de -0.2%, la más pronunciada en los sectores.

La solución puede estar en la siguiente política industrial. En la actual administración, se presentará por segunda ocasión una política industrial, van más de tres semanas del último anuncio que promete ser más que un decálogo. Organismos públicos y cámaras y asociaciones empresariales trabajan para tratar de encontrar soluciones a problemas actuales, como la progresiva desindustrialización, oportunidades para beneficiarse de este breve repunte industrial, pero sobre todo, para configurar las estrategias y las acciones necesarias para integrarse en una nueva realidad industrial que afronta los retos de la continua automatización y digitalización, y de la agresiva competencia asiática.

El tiempo se agota, y las empresas necesitan hacerse presente en este ejercicio. De nada servirá quedarse a nivel de representación empresarial, sino se baja este ejercicio a las empresas, por ello es oportuno preguntarse ¿cómo vienen los próximos meses?, ¿qué acciones deben planearse para el crecimiento?, ¿cómo sortear la inflación y la falta de liquidez?, la planeación es tan crucial para las empresas como lo es la industria mexicana para el desarrollo de México. Deberemos estar preparados.

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