María José Treviño
Country Manager de Acclaim Energy México
Ciudad de México (Mayo 2020).- El COVID-19 tiene al mundo temblando, este evento sin precedentes en la historia reciente impone riesgos a la salud e impacta en efecto dominó a la economía mundial. En México ha faltado apoyo a las empresas, en estos momentos difíciles muchas de ellas cerrarán y las que no, buscarán por todos los medios su supervivencia. La gran mayoría de ellas no han visualizado cómo la administración de su presupuesto energético pudiera ser un importante elemento de ahorro e impacto en sus costos.
Existen acciones comunes aplicadas en principio como respuesta a esta situación como por ejemplo, reducción de la fuerza laboral, reducción de costos en insumos materiales y de servicios, eficientización de procesos etc. Estos pueden ser de impacto inmediato como apoyo en el corto plazo. Otras empresas también han tenido otro enfoque más estratégico donde exploran nuevas herramientas de digitalización y flexibilidad e innovación en sus ventas con el fin de preservarlas y hacerlas crecer. Además de eso, la gran mayoría de las empresas industriales y comerciales realizan ejercicios agresivos de recorte presupuestal para sus áreas más importantes, donde también deben contemplar el costo energético, que comunmente se encuentra entre los 5 más relevantes. Es poco frecuente que un Director Financiero perciba que el gasto energético se pueda reducir, que a su vez sería una de las reducciones más estratégicas y de mayor impacto.
Existen estrategias respaldadas por análisis sofisticados de cómo administrar costos tradicionales como el del suministro energético, ya sea de electricidad o gas natural. La eficiencia energética suele ser la primera consideración que se viene a la mente, donde se puede optimizar el volumen consumido, pero toma tiempo. Sin embargo, existe una estrategia aún más importante que arroja retornos en el corto, mediano y largo plazo, al ajustar y negociar el precio y las diferentes variables de un contrato de suministro.
Los términos y condiciones en los contratos son igual de importantes que el precio. Aquí es donde se aseguran los mecanismos comerciales que benefician a la proyección del negocio y al perfil de riesgo de cada empresa. También se mitigan riesgos que son traspasados al consumidor, se garantiza la confiabilidad del suministro y se disminuye la exposición a variables fluctuantes. A través de la opción de recibir suministro desde la generación privada, en sitio, y/o del Mercado Eléctrico Mayorista, actualmente las empresas están consiguiendo entre el 10 y el 25% de ahorros.
Hasta hace unos meses, consumidores lograron concretar hasta un 40% de ahorros contra la tarifa regulada de CFE desde la contratación de diversas estructuras de productos. La oferta sigue disminuyendo y la demanda incrementando. A Febrero 2020, la CRE ya tenía en sus registros a casi 400 Usuarios Calificados, con más de 50 solicitudes pendientes de aprobación, lo cual muestra el incremento del interés de los consumidores por tener más control y visibilidad en sus presupuestos. La llegada del COVID-19 solo aumentará este interés y posibilidad de prepararse.
Las empresas que ya cuentan con contratos de suministro con privados, también típicamente tienen oportunidad de hacer optimizaciones en sus contratos para lograr mayores ahorros y mitigación de riesgos que provoquen comprimir ese beneficio que especialmente necesitarán las empresas en estos momentos. Esto se debe hacer con asesoría de un experto que esté alineado con el interés del consumidor y que cuente con experiencia suficiente. Se trata de entender cómo se ha comportado su consumo, sus proyecciones a futuro, las opciones que existen dentro del contrato, los errores en facturación y en interpretación que suelen ser comunes, así como los beneficios que se deben de estar generando para las partes de manera justa.
Esta contingencia ha forzado a las empresas a incrementar su eficiencia, reducir costos, restructurando, optimizando y negociando mejores condiciones con el fin de salir financieramente más estables y así asegurar la continuidad del negocio. El COVID-19 ha sido disruptivo en nuestras vidas y en nuestra propia actividad empresarial, lo cual reta a los negocios a encontrar soluciones no solamente a corto plazo, sino con estrategia que aporte a la supervivencia en el largo plazo, provocando mantener la competitividad, sobre todo en estos momentos tan difíciles.
María José Treviño es Country Manager de Acclaim Energy México. Funge como Secretaria del Consejo Fundador de WEN- Capítulo México; es Vicepresidenta del Consejo Consultivo de NAFIN del Estado de Nuevo León, miembro del COMEXI y del Consejo Editorial de Energía de Grupo Reforma. mjtrevino@acclaimenergy.com
Contacto: mariajosetrevino@gmail.com
Para contribuir a este esfuerzo, contacte a Acclaim Energy en aherrera@acclaimenergy.com.mx
La Supervivencia de los Consumidores
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