El estudiante del Tec, Luis Guillermo Hernández Rojas desarrolló una interfaz para recuperar movilidad a través del cerebro
El estudiante de doctorado en Ciencias de Ingeniería en el Tecnológico de Monterrey, Luis Guillermo Hernández Rojas desarrolló una interfaz cerebro-computadora; esta permite recuperar la movilidad a personas con enfermedades neurodegenerativas como: esclerosis lateral amiotrófica, padecimientos cerebrovasculares.
Dicha interfaz es una tecnología emergente que el investigador está utilizando para reconocer en el cerebro qué movimiento quiere realizar la persona, interpretarlo y realizarlo a través de otro dispositivo como una prótesis o silla de ruedas.
“Cuando una persona quiere mover, por ejemplo la mano izquierda o derecha, antes de que suceda el movimiento, su cerebro ya ha procesado la información requerida y genera una orden al músculo de cómo debe moverse. Esto es importante, porque si podemos detectar esa intención, podemos accionar la prótesis, sillas de ruedas y otros dispositivos de rehabilitación” detalló Luis Guillermo Hernández.
En el país, 7.7 millones se consideradan población con discapacidad; la mitad son adultos mayores, por lo que este tipo de interfaz podría significar un gran avance para las personas que han perdido la movilidad.
Alianzas en favor de los pacientes
Hernández Rojas detalló que en conjunto al Laboratorio de Neurotecnologia e Interfaces Cerebro-computador del Tecnologico de Monterrey, ya tienen dispositivos prácticos con esta tecnología en instituciones de salud del país como el Instituto Nacional de Rehabilitación (INR) para pacientes con lesión medular y con esclerosis lateral múltiple, así como en el Hospital Zambrano-Hellion, en Monterrey.
“Se busca que esta tecnología aumente los beneficios clínicos de la terapia y acorte el tiempo en rehabilitación”, señaló el estudiante del Tec de Monterrey.
Finalmente, el proyecto obtuvo el People’s Choice Awards en el Universitas 21 Global 3 Minutes Thesis, en la categoría Three Minute Thesis; un concurso mundial que desafía a estudiantes de investigación a comunicar en tres minutos a una audiencia no especializada la importancia de sus proyectos.
