El Derecho Petrolero para el Bienestar modifica el esquema fiscal de Pemex, de modo que reduce los ingresos para la Federación y prioriza la estabilidad de la petrolera, al tiempo de que se proyecta un alza del 4.5% en ingresos petroleros para 2025
Reemplazan tres derechos con uno
El Paquete Económico 2025 introduce el Derecho Petrolero para el Bienestar, un nuevo régimen fiscal que simplifica el esquema tributario de Pemex al reemplazar tres derechos actuales con uno solo. Este impuesto diferenciado grava al gas natural y otros hidrocarburos con tasas específicas basadas en precios internacionales, marcando un cambio significativo en la relación financiera entre Pemex y el gobierno federal.
“El principal problema que nos deja ver el Paquete Económico 2025 es que el Poder Ejecutivo seguirá renunciando a recursos petroleros en favor de Pemex”, señaló México Evalúa. Según la organización, este esquema podría reducir los ingresos del gobierno federal y limitar su capacidad de financiamiento.
De acuerdo con el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), la tasa base será del 30% para el petróleo y del 11.62% para el gas natural, con ajustes según el precio del crudo. Sin embargo, en escenarios de precios bajos, el impacto recaerá en el gobierno, en tanto Pemex mantendrá ventajas financieras.
El diputado Christian Mishel Castro Bello (PRI) cuestionó la medida al señalar que “Pemex se quedará con 75% de sus ingresos, mientras que la Federación obtendrá sólo 25%. Es la peor distribución histórica”.
A pesar de las críticas
El gobierno proyecta un crecimiento del 4.5% en los ingresos petroleros para 2025, con ello alcanzaría 1.14 billones de pesos. Esta previsión la basa en una producción estimada de 1,891 miles de barriles diarios (mbd) y un precio promedio de 57.8 dólares por barril, cifras alineadas con el contexto actual pero inferiores a las de 2024.
El paquete también incluye transferencias de la Secretaría de Energía por 136,210 millones de pesos para el pago de deuda de Pemex. De esta manera se busca reforzar su estabilidad financiera. Aunque el nuevo sistema busca simplificar el cobro para Pemex, en la perspectiva de especialistas persisten inquietudes sobre la dependencia fiscal del petróleo y su impacto en las finanzas públicas, especialmente en escenarios de volatilidad económica.
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