Escrito por: Economía, Gobierno, Opinión

Los siguientes pasos después del Cuarto informe


Ante un gobierno optimista, los números son como son y dejan entrever pendientes que deberán cubrirse con las capacidades de México y las oportunidades de la coyuntura. El cuarto informe da cuenta de logros en mayor seguridad y bienestar en la ciudadanía con una economía en crecimiento.

Julio Alejandro Millán, presidente de Consultores Internacionales, S.C.

El balance del cuarto año de la actual administración presenta aciertos. Pero, también pendientes en sus tres ejes: política y gobierno, política social y economía. Sin embargo, un análisis de lo bueno y lo malo no debe perder de vista el enfoque sobre cuáles son las acciones que como país deben implementarse para recuperar el crecimiento y el desarrollo económico.

La reducción de la violencia y la aplicación del Estado de Derecho han sido insuficientes pese a la militarización del país. Es indudable que uno de los logros en política y gobierno sea la Guardia Nacional y la presencia de sus 118 mil elementos. Además de la disminución en promedio anual en 29.8% de los principales delitos del fuero federal entre septiembre 2021 y junio de 2022 y lo observado en el mismo periodo de 2018 y 2019. Sin embargo, la violencia continúa en ascenso, ejemplo de ello son las más de 115.9 mil víctimas entre enero y abril de 2022, 4.5% más que en 2021.

En México se necesita robustecer la política en seguridad teniendo como primer paso el fortalecimiento de la gobernabilidad y democracia, del marco de gobernanza y de la institucionalidad. Por otro lado, una ciudadanía más participativa y mejor informada es la base del cambio y ello es responsabilidad de la población. Asumir que todo está bien o mejorará es un error. El rescate de la gobernabilidad es responsabilidad de todos.

Formación para aumentar capacidades

Cimientos en gobernabilidad fuertes servirán para que la política social dé mejores resultados para reducir los niveles de pobreza. Si bien esta administración tiene un fuerte componente social, el impacto de las transferencias monetarias en programas sociales y en becas fue soslayado por los efectos de la crisis económica y sanitaria. Entre 2018 y 2020 los niveles de pobreza aumentaron al pasar de 41.9% a 43.9% del total de la población y del 7.0% al 8.5% en pobreza extrema. Se necesitan redoblar esfuerzos que apoyen al empleo -más que en salarios-, en la formación de capacidades técnicas y profesionales para aumentar la productividad, además de una mejor focalización de los programas que se centre en apoyar más a quienes menos tienen.

De la mano de este enfoque social deben aprovecharse las capacidades de la economía y rescatar lo que resta del sexenio en materia de crecimiento. La economía ha hilado trimestres positivos apilando el camino hacia la recuperación, pero ese ritmo lento debe acelerarse para recuperar el crecimiento perdido incidiendo en el empleo. Pero no sólo en números, sino en incrementar la productividad para contrarrestar los efectos nocivos de la elevada inflación en las remuneraciones medias reales.

Elementos que deben aprovecharse

Una solución para crecer es apalancar lo positivo del sector externo para reforzar la economía interna. Variables como un tipo de cambio estable, exportaciones dinámicas e inversión extranjera directa y remesas familiares en niveles récord deben aprovecharse para enfocarlas acertadamente para invertir más en forjar la competitividad.

El balance al cuarto año ofrece resultados mixtos. México necesita fortalecer las estrategias en gobernanza, y redondear los esfuerzos en una política económica y social mejor dirigida. Los tiempos venideros no serán fáciles por el entorno global, pero el país cuenta con las capacidades internas para ofrecer soluciones que cubran esos objetivos.

El fortalecimiento de la gobernanza es fruto de la confianza y un ejemplo de ello es el respeto y la certidumbre jurídica a la inversión. Las inversiones que se están realizando en el sur-sureste del país acortarán las asimetrías internas y ofrecerá oportunidades de crecimiento que deberán aprovecharse para que se traduzcan en la generación de empleos bien remunerados y el bienestar de la ciudadanía.

Política fiscal que apoye

El mayor crecimiento -acompañado de políticas sociales focalizadas- deriva en mayor desarrollo y bienestar. En este sentido, la política fiscal juega un rol importante en una estructura contributiva progresiva que apoye a pequeñas y medianas empresas a la vez de un gasto social mejor focalizado a la población beneficiaria -que apoye más a quienes menos tienen- para aminorar la desigualdad y los niveles de pobreza. De manera transversal, el marco regulatorio y la institucionalidad y gobernanza darán la certidumbre necesaria a las inversiones y se genere mayor crecimiento y mejores empleos. Se dice fácil, pero el reto es igual de grande que México.

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