Escrito por: Petróleo

Visión o misión energética


Ramsés Pech
Analista y asesor de economía e industria energética
Socio fundador en Grupo Caraiva – León & Pech Architects
En México, con esta pandemia hemos regresado al mismo ciclo de la economía mexicana en donde se tenían visiones sexenales a un límite tiempo corto y sin tener una misión a largo plazo.
Existe un documento denominado Memorándum del presidente de México a servidores públicos e integrantes de los órganos reguladores del sector energético, y en el caso que dicho documento haya sido enviado o leído, indica la nueva visión de la administración que da lugar a una readecuación en el plan de desarrollo nacional. Este cambio se debe principalmente a la falta de recursos de la inversión pública y, ante la incertidumbre económica actual que en México está aconteciendo.
El documento tiene varios puntos que llaman la atención y debemos considerar para cualquier negocio energético en México:

  • Confirma que no hay dinero para PEMEX-CFE para cubrir toda la demanda en crecimiento en la parte energética que necesita el país, por parte de la inversión pública
  • No llegarán a 2 millones de barriles el envió a las seis refinerías en diciembre del 2020 como se ha comentado, y esto será hasta el 2022.
  • La máxima producción nacional esperada entre PEMEX y la IP sería de 2.2 millones de barriles al 2022.
  • La tabla siguiente sería la nueva visión con inicio en la realidad actual:

  • Deberá incrementar la producción de crudo ligero de un 32 a 40% del total producido. Dependerá de los recursos disponibles hacia PEMEX y privados.
  • Para el 2021 con un tipo de cambio de 22 pesos, el mercado de hidrocarburos requerirá una inversión de alrededor de 574 mil millones de pesos y al 2024 una inversión de 665 mil millones de pesos. PEMEX deberá tener un presupuesto entre los 480 a 550 mil millones de pesos para poder cumplir con la nueva visión, recordando que PEMEX y CFE entregan en pesos y ahora hay que dar más presupuesto ante la depreciación del peso ante el dólar en 2020.
  • Dejaríamos de exportar y, habría que saber si la SHCP tendrá alguna estrategia para compensar las divisas en dólares que pudieran dejar de entrar al país, considerando el tipo de cambio que podría estar entre los 22 a 23 dólares. Con información de Clipper Data y de acuerdo al cierre del 2019 y a la proyección de las ocho empresas que tienen contacto directo en la compra de crudo, México importó de EUA un promedio de entre 120 a 130 mil barriles por día durante el 2019, lo que ayudó a que el país tuviera divisas; en donde vemos una relación comercial de largo plazo, como la empresa Valero. Ante esta situación de reducción la disponibilidad de crudo de exportación en 2022, PEMEX y la nación deberán seleccionar a dónde y a quién vender en los futuros contratos, siendo las empresas de EUA la prioridad, ante la reducción de costos de logística, comparado con Europa o el Lejano Oriente.

  • CFE pretende realizar inversiones en nuevas plantas, pero dependerá de la cantidad de dinero disponible de la inversión pública y deberá considerar la capacidad en MW de cada una en lo que pretenda construir. Los planes se han realizado con un tipo de cambio de 90 pesos y han sido modificados por el tipo de cambio actual.
  • Las hidroeléctricas deberán primero hacer un diagnostico con base en la revisión de cada una y de cuánto es la vida útil adicional que tendrán; en cuyo objetivo estará el determinar el monto de la inversión requerida para maximizar dichas plan Alineado al promedio de captación de agua, por lo menos de los últimos años para poder incrementar la generación y, con base en el volumen de desfogue para producir electricidad en un mayor tiempo durante cada día del año.
  • El texto contrapone los acuerdos firmados y consensuados dentro del T-MEC en el Capítulo 28, de buenas prácticas de reguladores, a donde debería fomentar enfoques regulatorios compatibles entre las Partes y reducir o eliminar requisitos regulatorios onerosos, duplicativos o divergentes, lo que beneficia al comercio y la inversión, dotando de certeza, entre otras cosas, al ambiente de negocios.

Regresar a la contratación solo por medio de las empresas productivas del estado no sería lo idóneo, debido a que volveríamos a realizar contratos que no generarían un crecimiento energético y solo estaría limitado a una política pública de una visión sexenal que fuerzan a PEMEX-CFE a cumplir, eliminando la misión de nación y reduciendo proyectos de inversión privada que puedan asumir los riesgos financieros, en construcción y operativos.
México no regresaría a empresas monopólicas del estado, crearía un mercado cerrado discriminatorio y no alineado a un intercambio regional que tendremos los próximos 4 años ante la contracción de la globalización.
Sin dinero no hay misión de nación. La visión no genera certidumbre para un mercado en crecimiento.

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