Escrito por: Carlos Murrieta Cummings, Nacional, Negocios, Opinión

El impacto de ómicron en las cadenas de suministro

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Las proyecciones previas a la aparición de ómicron eran más alentadoras. En octubre del 2021, el Fondo Monetario Internacional pronosticó que el crecimiento económico para el 2022 sería de 4.9 por ciento

Carlos Rafael Murrieta Cummings
Socio de Iraltus

La aparición de la variante ómicron plantea nuevos desafíos al comercio internacional y, particularmente, a las cadenas de suministro globales. Prevalece un ambiente de incertidumbre, los gobiernos y líderes mundiales enfrentan la disyuntiva de aplicar cierres y restricciones fronterizas y aduaneras; esto con el fin de evitar el incremento de contagios, lo que perjudicaría aún más a la economía mundial.

La transmisión de la variante ómicron es sumamente acelerada. Con movimiento más lento, muchos países pudieron proteger y continuar con la fabricación de esenciales, tratando de minimizar el impacto en la producción de bienes y componentes básicos. Sin embargo, eso será más difícil de hacer con esta variante pues a pesar de representar un riesgo menos grave para la salud, la rápida transmisión de contagios ya ha comenzado a generar escasez de personal en un sin número de actividades económicas. Como consecuencia, han regresado las interrupciones en las cadenas de suministro y se espera que el impacto en la disponibilidad laboral no solo continúe, sino que se agudice.

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La falta de mano de obra impactará directamente en la operación de las cadenas globales, reflejándose en retrasos de fabricación y de entrega de productos, así como escasez de componentes clave para muchas industrias; se esperan cambios importantes en la oferta, ocasionando alza en el precio de productos y cierre de líneas de producción. En consecuencia, se dará un cambio en el PIB mundial, lo que frenará la recuperación y el crecimiento económico, sumándose a los problemas inflacionarios que se presentan en varios países.

Las proyecciones previas a la aparición de ómicron eran más alentadoras. En octubre del 2021, el Fondo Monetario Internacional pronosticó que el crecimiento económico para el 2022 sería de 4.9%[1]. Sin embargo, un reporte reciente sobre la Perspectiva Económica Global elaborado por el Banco Mundial ajusta a la baja sus pronósticos y ubica el crecimiento económico mundial en 4.1%[2], la disminución se debe al aumento de los brotes de COVID-19, la baja en el apoyo fiscal y los cuellos de botella persistentes en las cadenas de suministro.

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Por su parte, investigadores de Oxford Economics[3], han elaborado tres escenarios alternos como consecuencia de este nuevo entorno.

En el primero, suponen muy pocas restricciones sanitarias, por lo que el flujo y las operaciones dentro de las cadenas de suministro no sufren paros ni retrasos, como resultado no hay un impacto económico visible y pronostican un crecimiento mundial del PIB de aproximadamente 4.6% para este año.

En el segundo escenario, un poco más conservador, las restricciones y limitaciones en las cadenas de suministro continúan, lo que genera menor gasto por parte de los consumidores. Las actividades del sector de servicios, como el ocio, hotelería y turismo son los más afectados durante el primer trimestre del 2022, sin embargo, se presenta una recuperación en el segundo y tercer trimestre del año, por lo que el crecimiento anual se situaría en 4.4 por ciento.

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Por último, en el tercer y más negativo escenario, pronostican un aumento en el número de infecciones, hospitalizaciones y muertes por la variante ómicron, lo que genera un incremento en las restricciones comerciales, provocando interrupciones en las cadenas de suministro globales, como resultado se observa una recesión económica mundial, con una caída en el PIB del 2.3 por ciento.

Es importante tener en consideración que la situación se puede agravar aún más. Todos sabemos que China es un centro de fabricación mundial y ha decidido implementar políticas de “cero COVID-19”[4] a medida que se acercan los Juegos Olímpicos de Invierno que tendrán lugar en Beijing durante el mes de febrero. Estas políticas implicarían cierres de fábricas, puertos y fronteras afectando las operaciones de muchas industrias en el país e interrupciones en las cadenas de suministro globales.

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Las organizaciones de transporte de carga mundial han coincidido en que este es el momento de tomar acciones decisivas para aliviar la tensión en la cadena de suministro de cara a los próximos meses: priorizar la vacunación de los empleados del sector, minimizar las restricciones fronterizas y el cierre de centros de trabajo, serán clave para mantener en lo posible el movimiento y el flujo de las cadenas globales.

Estas acciones no serán suficientes. Es evidente que las operaciones en la logística mundial siguen siendo vulnerables a las interrupciones ocasionadas por la pandemia, la variante ómicron nos muestra que la crisis aún no ha terminado del todo, por lo que se vuelve crítico minimizar el impacto dentro del sector.

Los probables cierres y restricciones fronterizas podrían causar estragos en la ya debilitada red de suministro. Pero, si hay algo que nos ha enseñado la pandemia es que debemos de estar listos para cualquier escenario; además, ser ágiles y tener visibilidad total de nuestras operaciones. Aprender a estar cómodos en la incomodidad será clave para tener éxito en la nueva normalidad que nos vino a plantear la pandemia.

Referencias bibliográficas

[1] International Monetary Fund; World Economic Outlook; October 2021; p.1

[2] World Bank Group; Global Economic Prospects; January 2022; p. 5

[3] Oxford Economics; World Economic Prospects; January 2022

[4] Supply Chain Digital; China lockdowns bad news for supply recovery, says expert; January 17, 2022

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