Escrito por: Nacional, Opinión, Santiago Barcón Palomar

¿Podríamos ser menos miopes?

CFE-opinion

Es necesario el diálogo constructivo, respetuoso, creativo; donde es posible encontrar terreno fértil

Ideas con brío
Santiago Barcón
Especialista en Código de Red

El 24 de marzo inició oficialmente la pandemia y el 29 de abril comenzaron los enfrentamientos frontales en el sector energético; ¿acaso podemos ser tan miopes?

En la vida hay asuntos complicados sobre los que no tenemos control, como la pandemia, pero sí la capacidad de aprovecharlo. Otros problemas, los más, los causamos nosotros. Podemos pensar que tan solo reaccionamos a las posiciones y actitudes de la contraparte pero casi siempre es lo que piensa el lado contrario. En nuestro modo de respuesta, y la inteligencia que utilicemos, estará en gran medida el resultado que obtendremos.

Si escuchamos el discurso oficial, de forma literal, comprendo que solo podemos imaginarnos un resultado apocalíptico. Regreso al pasado con una sola empresa -la que llamo CFE imperial-, eliminación de las energías renovables, subsidios a diestra y siniestra, contaminación rampante y decenas de escenarios trágicos adicionales. El gobierno, si da oído de forma textual, solo encontrará descalificaciones, desprecio a sus propuestas, comentarios hirientes y una sola preocupación: el dinero.

Objetivos en común

Mi posición es que ambas partes tienen una buena parte de razón y que, además, los dos tienen muchos más objetivos comunes de los que se imaginan. Entiendo la percepción de ambas partes, así como la preocupación, pero creo que en una gran medida viene de pensar que no hay altibajos en cualquier negocio o actividad.

Iniciemos con los “agravios” que reclama la autoridad actual. Su visión es que se cometieron abusos en el proceso de la Reforma Energética (RE) y -muy importante- previos a ella. La espina que más les molesta son los llamados contratos de autoabasto y, aunque en mi opinión no tienen toda la razón, sus críticas son muy válidas. Tan lo son que platicando en corto una gran mayoría reconoce que si se forzó la legislación, sin romper la ley, a un punto no elegante: ética y estética no son lo mismo. Aunemos al negar que CFE incurre en costos, en ocasiones muy altos, por despachar las renovables. Es obvio que lo hace pero también el que CFE Suministro Básico obtiene energía más económica. Negar los costos indirectos a CFE Generación no es correcto, como tampoco lo sería que no se reconociese el beneficio económico que se tiene en otra de las empresas de CFE. Pero recordemos que la RE pidió que, para restar poder a CFE, se dividiese y que cada unidad se comportara como un ente independiente: hay que tener cuidado con lo que se desea. Continuemos con el reclamo oficial de la falta de visión social de la RE donde sin duda pudo haberse por lo menos prestado más atención en el proceso: rentas más generosas, mínimos de contenido nacional, metas de electrificación rural, becas en energías renovables entre otras muchas hubiesen sido deseable.

La demanda de la IP

Por supuesto la Iniciativa Privada (IP) tiene su lectura y solicita -correctamente- se respeten los contratos, que no se les denueste ni caricaturice y que exista un piso parejo, que no se utilicen chicanadas ni estrategias similares entre otros muchos.

Lo interesante, prefiero esta palabra a triste, es que los traslapes en lo que se desea son, por mucho, más que las diferencias. Ambas partes se encuentran enfrascadas en un duelo de egos que como país, nos está costando muy caro, no tan solo en el sector energético, sino en la economía, por su visibilidad e importancia.

Siempre he pensado que el diálogo es posible pero la respuesta que recibo, por razones de mi profesión más de la IP, es que no hay forma de entablar una conversación. Me parece que es una percepción miope y que hace falta inteligencia emocional. Quizás más importante el cambiar la estructura mental y no querer operar como en la administración anterior, donde la IP tenía derecho de picaporte y -en muchas ocasiones- fijaron sus reglas. Esta añoranza, aunada a un buen grado de prepotencia de las personas actualmente en el poder, crean un caldo de cultivo ideal para la confrontación que estamos viviendo.

Desconozco quienes sean lo asesores de relaciones públicas en la IP pero al parecer han tomado en consenso la decisión de no dialogar y esconder la cabeza como avestruz, considero que constituye un craso error.

Reconocer la diversidad de opiniones

Hace unos días tuve el gusto de moderar un panel sobre el futuro eólico en México. De los participantes originales uno decidió no participar -un importante desarrollador de energías renovables- y otro no logró conectarse. Por supuesto no puedo saber a ciencia cierta la razón pero otro de los panelistas era un consejero independiente de CFE, Héctor Sánchez López, cuyas opiniones no son muy cercanas a los intereses de la IP y al cual no había conocido de primera persona. La otra panelista, con la que he tenido contacto por más de un lustro, fue la ex comisionada de la CRE, Montserrat Ramiro. Diversos conocidos me vaticinaron que terminaría en un zafarrancho puesto que no veían punto alguno de coincidencia. Sin embargo tuvimos más de una hora de diálogo constructivo, respetuoso, creativo y donde volví a comprobar que es posible encontrar terreno fértil. Tan agradable resultó que acordamos tener una reunión adicional para seguir dialogando e intercambiando ideas.

Reconocer y asimilar otras opiniones, así como explorar alternativas, no es una elección sino una obligación de ambas partes pero me atrevo a aventurar que más de la IP… tan sólo por cuidar sus intereses.

 

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