Escrito por: Nacional

Periodismo bajo lupa: la delgada línea entre informar y difamar

Este 10 de agosto, en su columna, el periodista Claudio Ochoa Huerta incluyó el nombre de Pedro Haces Barba, en un supuesto entramado relacionado con facturación irregular y outsourcing ilegal.

Este 10 de agosto, en su columna, el periodista Claudio Ochoa Huerta incluyó el nombre del diputado federal y secretario general de la CATEM, Pedro Haces Barba, en un supuesto entramado relacionado con facturación irregular y outsourcing ilegal.

Más allá de las posturas políticas o simpatías personales, este episodio merece un análisis serio sobre los límites del periodismo responsable y las implicaciones de lanzar acusaciones sin sustento público verificable.

En sociedades democráticas, el periodismo es un pilar esencial para vigilar el poder. Sin embargo, su legitimidad se erosiona cuando se sustituyen los hechos comprobados por insinuaciones o cuando se coloca en la misma línea informativa a personas sin pruebas que las vinculen con conductas ilícitas. El derecho a la información debe ir siempre acompañado de responsabilidad, rigor y verificación.

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El propio Pedro Haces Barba ha negado de manera tajante cualquier vínculo con las personas señaladas (salvo un contacto público y conocido) y ha reiterado que, hasta donde tiene conocimiento, estas no participan en las actividades ilícitas mencionadas. Además, ha recordado que su trayectoria legislativa y sindical se ha basado en principios de transparencia, legalidad y defensa de los derechos de las y los trabajadores, posicionándose abiertamente contra cualquier forma de outsourcing ilegal.

Aquí surgen preguntas para el debate público:

  •  ¿Puede un periodista insinuar conexiones sin presentar evidencia documental que las respalde?
  •  ¿Qué mecanismos existen para reparar el daño cuando la reputación de una persona se ve afectada de forma inmediata e irreversible?
  •  ¿Estamos normalizando que la “nota” valga más que la verdad verificada?

El derecho de réplica no es un trámite burocrático: es una garantía constitucional contenida en el Artículo 6° de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, definido como “un mecanismo para contrarrestar la difusión de información falsa o inexacta que pueda causar daño a una persona. Permite que la persona afectada pueda presentar una réplica, aclaración o rectificación, que deberá ser publicada o difundida por el mismo medio y en las mismas condiciones que la información original”.

Se trata de un instrumento fundamental para restablecer el equilibrio cuando la narrativa mediática se construye sin fundamentos sólidos.

En tiempos donde la inmediatez domina y la viralidad sustituye a la comprobación, los señalamientos infundados no solo dañan a las personas aludidas: minan la confianza en el periodismo y, por extensión, en las instituciones democráticas que dependen de una prensa libre pero también responsable.

El diputado Pedro Haces Barba ha mantenido siempre una postura abierta al diálogo, en congruencia con los valores de transparencia que rigen su carrera política. Y ese es, precisamente, el punto que merece subrayarse: cuando la verdad está de tu lado, el escrutinio no es una amenaza, sino una oportunidad para reafirmar principios.

El reto es claro: elevar el estándar de la conversación pública, garantizar que toda acusación esté respaldada por pruebas verificables y proteger tanto la libertad de expresión como el derecho a la honra. Solo así se preservará la credibilidad de los medios y el valor de la información como herramienta de transformación social.

 

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