Escrito por: Opinión

¿Cómo ayudar al consumo de energía y contabilizar huella de carbono?


Existen varias razones que motivan a las empresas a reducir sus emisiones: acceso a financiamiento, lograr empresas más eficientes y por tanto más competitivas o incluso alcanzar una diferenciación de producto como campaña de marketing

Angélica Soto Reaza
Directora General de Nexus Energía México. Actualmente es miembro del Consejo de Dirección de la Asociación Mexicana de Energía Solar (ASOLMEX) y de la Asociación Mexicana de Suministradores Calificados (AMSCA)

En los últimos 50 años, nuestro mundo ha cambiado completamente debido al incremento del comercio y consumo a nivel global; así como por el aumento de la población humana y la rápida expansión urbanística. Por lo anterior, es necesario tener en cuenta que todas nuestras actividades como seres humanos generan un impacto en el planeta.

Dicho impacto lo podemos contabilizar para conocer nuestra “Huella de Carbono”, la cual consiste en el rastro de emisiones de CO2 que dejamos a lo largo de nuestra vida. Las emisiones pueden producirse de manera directa o indirecta. De la misma manera, las acciones, actividades y procesos de las empresas, son parte de la actividad humana y repercuten de forma directa en el medioambiente, por lo cual también es importante que sean contabilizadas.

Existen varios enfoques para cuantificar la Huella de Carbono de las empresas:

1 Ciclo de vida de un producto o servicio
2Personal de la empresa
3 De los eventos
4 Territorial
5 Corporativo

Este último evalúa la huella de carbono de una organización durante un periodo de tiempo establecido, normalmente un año calendario. Para su apropiada gestión, la Huella de Carbono corporativa agrupa las emisiones de gases de efecto invernadero en tres alcances:

Emisiones directas: son aquellas emisiones de gases de efecto invernadero que provienen de fuentes que son de su propiedad o son controladas por la empresa.

]Las Emisiones indirectas por consumo y distribución de energía: corresponden a las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas al consumo de electricidad y/o vapor, las cuales son generadas por terceros.

Otras emisiones indirectas: son aquellas emisiones de gases de efecto invernadero que no son de su propiedad ni están controladas por la empresa, por ejemplo, transporte de los funcionarios, viajes aéreos o terrestres por motivos de trabajo, transporte de insumos, generación y transporte de residuos, entre otros.

Gestión de la huella de carbono

Hoy por hoy existe conciencia sobre la actividad humana como causa del cambio climático; así como de la posibilidad de llegar a un punto de no retorno. Bajo esa premisa, las empresas en los últimos años se han comprometido a reducir su Huella de Carbono, buscando alcanzar un cero neto.

Existen varias razones que motivan a las empresas a reducir sus emisiones: acceso a financiamiento, lograr empresas más eficientes y por tanto más competitivas o incluso alcanzar una diferenciación de producto como campaña de marketing.

Este último punto no es menor; pues existe evidencia que los productos que adoptan prácticas que favorecen al medioambiente suelen tener más ventas y acogida por parte de los consumidores. Todo ello ha dado lugar a que muchas de las prácticas comerciales que se llevan a cabo por algunas empresas den una imagen de respeto y cuidado con el entorno. En muchos casos, esta imagen solamente es una forma de llamar la atención del consumidor y se
trata de publicidad engañosa. De aquí viene el término “Greenwashing”.

La definición del Greenwashing ha cambiado en los últimos años, a principios de la década de 1990; el término se utilizó para describir los intentos deliberados y cínicos de las empresas de engañar al público sobre su compromiso y desempeño ambiental. Hoy, se define Greenwashing como “desinformación difundida por una organización para presentar una imagen pública ambientalmente responsable”.

Últimamente se ha visto que algunos medios y activistas califican de Greenwashing a casi cualquier declaración ambiental de cualquier gran empresa.

Eso ha dejado a muchas empresas confundidas respecto a los beneficios de tomar acciones o en su caso a dar difusión a las iniciativas ambientales que estas llevan a cabo. Por lo tanto, algunas empresas han optado por mantener sus iniciativas ecológicas para sí mismas, o a simplemente retrasar dichas iniciativas.

Al analizar las causas de los escándalos de Greenwashing; se identifica que una de las principales problemáticas es que la información difundida; en muchos casos puede ser considerada engañosa por ser vaga, escasa, por falta de evidencia, trazabilidad o transparencia.

Para evitar que estas prácticas den a lugar a la confusión y desconfianza por parte del consumidor; es importante que las empresas realicen un esfuerzo por revelar información de mejor calidad y para apoyar en dicha tarea, las autoridades responsables de proteger al consumidor deberían fortalecer su vigilancia al cumplimiento de los estándares internacionales que certifican y acreditan el cumplimiento de obligaciones medioambientales.

Por otro lado; es importante que los consumidores estén informados y que tengan acceso a la información de la procedencia cuando se trata de un producto ecológico y que se interese por conocer la Huella de Carbono de la empresa que está comercializando el producto o servicio; así como la Huella de Carbono del producto que consume.

Existen organizaciones que permiten combatir el Greenwashing a través de metodologías robustas, entre las cuales se encuentra la fundación Internacional REC Estándar (“Fundación I-REC”).

La Fundación I-REC es una organización sin ánimo de lucro que proporciona un estándar sólido que facilita la trazabilidad y promueve la transparencia para contribuir a la reducción de emisiones indirectas; y que incluyen al consumo eléctrico.

El estándar establecido por la Fundación I-REC (“Estándar I-REC”) es reconocido por los principales marcos de informes; como el Protocolo de Gases de Efecto Invernadero (“GHGP”), CDP (Carbon Disclosure Project) y RE100 (RE100 Climate Group); como una columna vertebral confiable para instrumentos de seguimiento creíbles y auditables.

El aumento del marketing ambiental indica que las empresas están comprometidas como nunca, a contribuir
a la transición energética. Por lo anterior, es posible que en algún momento veamos que las empresas han
alcanzado una reducción significativa a su Huella de Carbono, siendo 100% conscientes, marcando una ruta bien
definida para completar los tres alcances, creando unidades de vigilancia que regulen el correcto cumplimiento
de estándares internacionales, para llegar en algún momento a su meta de emisiones cero.

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