Escrito por: Energy & Knowledge

Incertidumbre impera en el Sistema Eléctrico Nacional


El Sistema Eléctrico Nacional actual se encuentra en un punto de inflexión donde es necesario tomar decisiones. Aquí te exponemos algunas consideraciones a tomar en cuenta

Javier Carrión Mora
Ingeniero en electrónica y comunicaciones
en la Universidad Autónoma de Nuevo León

Si antes del cambio de gobierno, en 2018, me hubieran preguntado qué opinaba sobre el rumbo del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) impulsado por la transformación energética que sufría el país tras la reforma, como trabajador de la entonces paraestatal y ahora empresa productiva del Estado Comisión Federal de Electricidad (CFE), habría respondido que, a pesar de la incertidumbre, todo apuntaba hacia un camino sólido.

Esto no quiere decir que antes de la Reforma Energética, el sector se encontrara en mal estado, o incluso que existiera algún riesgo de insuficiencia; era evidente que, con el constante crecimiento productivo del país iba a ser cada vez más necesario el incremento de la generación de energía eléctrica y, más importante aún, que esta debería alinearse con las tendencias mundiales de cuidado a nuestro planeta; y no solo por cumplir pactos internacionales, sino por compromiso con el futuro de las generaciones venideras.

Gobierno eligió “sentarse en sus laureles”

Sin embargo, existía un problema: la generación de energía eléctrica limpia, como la solar, geotérmica o eólica, por lo general requiere una mayor inversión y más tiempo para lograr un retorno, en comparación con la convencional. Sumado a ello, el gobierno ya había demostrado su nulo interés de invertir en el impulso a las energías limpias. Al parecer decidió “sentarse en sus laureles” y dejó que esta generación fuera satisfecha por particulares, claro está, sin cederles demasiado control.

México había encontrado una manera de lograr la suficiencia energética del sector sin invertir demasiado, y sin que esto significara seder el control; al hacer uso de modelos como el de cogeneración, autoabastecimiento o pequeño productor, en que los particulares satisfacen sus necesidades, las de otros y recuperan su inversión. Parecía ser un contrato tácito de ganar-ganar que le permitía cumplir con su obligación sin gastar y, más importante aún, sin privatizar a la industria, lo que habría sido un suicidio político.

Sin embargo, esta panacea no podía durar por siempre. No sabría decir si fue soberbia, falta de conocimiento o desidia, pero era evidente que el aumento de la generación eléctrica en México requería el crecimiento de sectores como distribución, transmisión y comercialización, lo cual no estaba sucediendo o, por lo menos, no al ritmo necesario.

Puntos para una consolidación del SEN

Vuelvo a mi idea original. A finales del sexenio pasado, el SEN no se encontraba en su mejor momento pero estaba encaminado. Desde mi punto de vista, la reforma dictó cinco puntos para una consolidación del sistema eléctrico:

1.- Separación de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en nueve empresas subsidiarias y dos filiales. Esta medida creaba piso parejo para las empresas y les permitía trabajar de forma autónoma, lo cual incentivaría las inversiones.

2.- Creación de un operador independiente del sistema y del mercado. Implicaba la descentralización del Centro Nacional de Control de Energía (Cenace), que además de monitorear la operación del SEN, ahora estaría a cargo de la operación del Mercado Eléctrico Mayorista (MEM) y garantizaría la imparcialidad en el acceso a las redes de distribución y transmisión.

3.- Nacimiento de un mercado eléctrico mayorista. Un mercado operado por el Cenace donde los participantes podrían comprar y vender energía eléctrica, además de productos derivados o asociados con el SEN como potencia, certificados de energías limpias y servicios conexos.

Otros aspectos a considerar

4.- Consolidación del ente regulador. La Comisión Reguladora de Energía (CRE) ahora cuenta con mayor autoridad y un marco legal más sólido para proteger los derechos de los consumidores, asegurar que participantes del mercado cumplan con las disposiciones del Código de Red (CR) y supervisar el funcionamiento del Cenace.

5.- Creación de los certificados de energías limpias (CEL). Un instrumento financiero que serviría para promover el uso de energías limpias y, por ende, incentivaría la inversión en plantas generadoras.

Aspectos que confirieron certeza jurídica a los nuevos participantes del mercado, nacionales y extranjeros, que buscarían invertir en el sector eléctrico. Con todo ello, llegué a pensar o, más bien, a tener la seguridad de que el SEN avanzaba a pasos firmes hacia una suficiencia energética orientada a la protección del medio ambiente, que tal vez en un futuro no tan lejano podría equipararse con el sistema eléctrico de cualquier país desarrollado.

Persiste la incertidumbre

Hoy por hoy, al leer las noticias y darle seguimiento a estos temas, lo único que veo es mucha incertidumbre: incertidumbre política que genera incertidumbre jurídica para los participantes del mercado y que, a su vez, produce incertidumbre financiera. Y es que no solo pareciera que México está empeñado en impedir la llegada de nuevas inversiones, sino que además ha obstaculizado la ejecución de proyectos terminados o a punto de concluir, de los cuales, la mayoría están enfocados en la generación de energías limpias.

Veo un país que no parece estar interesado en respetar los acuerdos internacionales y que, por el contrario, prioriza la compra de carbón para generar energía; un país que se empeña en mantener la preponderancia de la CFE y con ello, evidencia su paternalismo político. Veo un país que ha detenido el programa de desmantelamiento de generadoras por su obsolescencia y al que no parece importarle la eficiencia de sus plantas; un país que ha cancelado proyectos de inversión para el crecimiento de la transmisión y distribución de energía; un país que no parece estar interesado en la disminución de costos.

Un futuro dudoso

No quiero dar a entender que la Reforma Energética que se aprobó en el sexenio anterior era milagrosa ni que solucionaría todos los problemas del sector, el cual es, desde luego, perfectible; sin embargo, considero que sentaba las bases para mejorar de manera gradual e integral el SEN.

Entonces, si hoy me preguntaran qué opino sobre el SEN actual, respondería que se encuentra en un punto de inflexión en el que se debe decidir si se le da continuidad a los mecanismos y procesos derivados de la Reforma Energética para lograr alinearse con los estándares internacionales, o se da marcha atrás a lo poco que se ha avanzado, con la esperanza que este reset nos lleve por otro camino, uno que no estoy seguro de que pudiera ser mejor pero, sin duda, estaría lleno de incertidumbre.

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*Artículo ganador de la convocatoria realizada en diciembre 2020 por el Instituto EH, como parte de su curso sobre Código de Red.

 

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