Ciudad de México (Erika Masiel Salinas Talavera / Especialista / Energía Hoy).- La Agenda 2030 plantea en el Objetivo de Desarrollo Sostenible número 7, garantizar energía asequible y no contaminante, lo que incluye mejorar la eficiencia energética y aumentar considerablemente la proporción de energías renovables en el conjunto de fuentes energéticas.
Dicho objetivo, entre otros temas, responde a las grandes cantidades de emisiones de carbono emitidas para satisfacer las necesidades energéticas de los países. Como lo menciona el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, la energía representa alrededor del 60% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. En el caso de México, este dato ascendía al 71.1% de las emisiones nacionales totales, según la Sexta Comunicación Nacional. Es decir, las emisiones del sector energía son las contribuyentes mayoritarias al aporte de México al cambio climático. Al respecto, la cantidad de emisiones de carbono que se generan dependen del tipo de generación de energía del que provienen.
De una manera más técnica y visual, hay distintos estudios que muestran las emisiones de directas de carbono por tipo de tecnología1, como lo muestra la siguiente figura:
La aplicabilidad de los datos anteriores depende de varios factores: ¿cuántos kilómetros tuvo que recorrer la tecnología usada para poder instalarse?, ¿Cuál es la extensión del proyecto?, ¿Qué tan disponible es el recurso y cuál es su costo?,¿Cuál es la antigüedad/eficiencia de las plantas de generación de energía? Por mencionar las primordiales.
Es por lo anterior que las energías renovables han mostrado un gran avance en los últimos años. En el caso de México, nuestro país reflejaba en los mercados internacionales ser un territorio fuertemente atractivo para el desarrollo de proyectos de generación de energía con fuentes renovables en comparación con los proyectos que usaban combustibles fósiles.
Según el Emerging Markets Outlook 2018 publicado por Bloomberg NEF, México en conjunto con otros países como Brasil, India, Chile, Sudáfrica, Egipto y Marruecos brindaba a los inversores internacionales un marco para actuar y permitió al gobierno atraer grandes volúmenes de capital extranjero en proyectos de energía limpia; en el caso de México, una participación significativa del 43%, como se muestra en la siguiente figura:
Financiamiento extranjero en activos de energía limpia en mercados emergentes seleccionados en los últimos 10 años (BloombergNEF, 2018)
Por otro lado, el inventario de proyectos potenciales para la generación de electricidad por energías limpias mostraba una gran área de oportunidad para el desarrollo de estas tecnologías en todo el país, desde proyectos de generación distribuida hasta megaproyectos. Específicamente, los estados de Coahuila, Sonora, Chihuahua, Zacatecas, Tamaulipas y Yucatán reportaban la mayor capacidad instalada en proyectos eólicos y solares, en construcción y en obra.
Capacidad instalada, solar y eólica, por entidad federativa (Sener, 2019).
No obstante, el financiamiento y desarrollo de proyectos de energía renovable ha mostrado ser la parte más fácil del proceso si se tienen en cuenta los conflictos derivados de una gestión deficiente del componente social y de gobernanza. En este escenario, la importancia del componente social de los proyectos se visibiliza hasta que el proyecto presenta problemas para desarrollarse según lo planeado. Situación que puede agravar la ralentización del desarrollo de proyectos de energía renovable si se considera que en el norte del país se identifican grandes cantidades de localidades con población indígena y el sur es considerado una región con alta concentración indígena.
Lugares identificados como regiones con alta concentración indígena (zonas rojas) y ubicación de localidades consideradas con población indígena (puntos amarillos), del Inventario Nacional de Energías Limpias (SENER, 2019)
Según información de la Secretaría de Energía, durante el período de 2014 a 2017 solo se realizaron 14 consultas para 83 comunidades en 11 estados de la República. De las cuales, cinco no se consideran finalizadas, en ocho se obtuvo el consentimiento de la comunidad y, en una no se obtuvo el consentimiento (Sener, 2019). Al comparar estos datos con la gran cantidad de proyectos de energía renovable existentes, y de los casos en que se sabe que se han otorgado permisos sin realizar la consulta libre, previa e informada, se pone de manifiesto la necesidad de difundir la legislación aplicable nacional e internacional y los derechos y obligaciones de las comunidades en este contexto, con el fin de garantizar el respeto a los derechos humanos y, en específico, los derechos de los pueblos indígenas que históricamente son los más afectados.
Así, un proceso de consulta poco confiable, falta de transparencia, corrupción, falta de presencia de la empresa/cliente final para la socialización del proyecto, falta de beneficios locales, deforestación y otros conflictos, dan como resultado que no se pueda predecir con certeza el crecimiento rápido de las energías renovables en el mix eléctrico del país en el corto plazo.
¿Cómo asegurarse de que los proyectos de energía renovable contemplen las perspectivas requeridas?
El Anuario de Educación Superior – Licenciatura 2017 – 2018 publicado por la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES) permite obtener información sobre la oferta de estudios específicos de educación superior por entidad federativa y contar con el desglose por sexo de las personas egresadas de estos. Con ello, se sabe que en el país hay una oferta específica de educación superior enfocada en la realización de proyectos que utilizan fuentes renovables de energía. La oferta más recurrente en universidades públicas y privadas a nivel nacional son:
- Ingeniería en energías renovables, disponible en 71 universidades;
- Técnico superior universitario en energía renovable, área calidad y ahorro de energía; disponible en 49 universidades,
- Ingeniería en energía, disponible en 24 universidades; entre otras.
Al analizar las entidades federativas donde se encuentran dichas universidades, los estados con mayor oferta de programas de educación superior que podría involucrar a los egresados en proyectos de generación de energía renovable son: Coahuila (12 programas de estudio), Hidalgo (11 programas), Veracruz (10 programas), Baja California (9 programas), Puebla (9 programas) y Tamaulipas (9 programas); resalta la prevalencia de ingenierías en energía renovable y el nivel de técnico superior universitario en energías renovables. Cabe aclarar que debido al tiempo de preparación de este escrito no se pretende realizar un análisis exhaustivo sino lo suficiente para visualizar la situación y pertinencia de aprovechar a las universidades de los estados con mayor presencia de proyectos o con mayor cantidad de población egresada para sensibilizar a las nuevas generaciones de profesionales del sector energético.
Oferta de licenciaturas en el país relacionadas con energías renovables, principalmente eólica y solar (ANUIES, 2019).
Con dicha información, se puede analizar qué entidades federativas concentran la mayor oferta de proyectos potenciales de energía renovable y qué estados conjuntan la mayor oferta de educación superior con relación a estos temas, así como cuál es su porcentaje de mujeres en la matrícula de egresos para ver qué tan diversos son.
Porcentaje de mujeres en la matrícula de egresos de las universidades del país que ofrecen carreras relacionadas con energía renovable.
En la figura anterior se observa que solo los estados de Coahuila y Tamaulipas involucran tanto la oferta de educación superior con la potencial demanda de recursos humanos, derivada de los proyectos energéticos renovables, y podría ser un punto de partida para analizar la integración de temas de perspectiva de derechos humanos, género e impacto social en proyectos de energía; al menos como “temas selectos” dentro de sus programas de estudio.
Si en este momento, analizáramos algunos programas educativos al azar, por ejemplo, la Ingeniería en Energía Renovable en dos Universidades de la región norte del país: Universidad Politécnica de Altamira, Universidad Tecnológica de Tamaulipas y uno en la región sur, la Universidad Tecnológica de los Valles Centrales de Oaxaca; identificaríamos que, aunque comparten temas de ética y de ingeniería ambiental no se detecta una o más materias que introduzcan la perspectiva que se mencionó en párrafos anteriores.
Las generaciones de ingenieros e ingenieras recién egresadas de carreras afines a las energías renovables representan entonces un segmento muy valioso para comenzar con la sensibilización requerida, recepción de buenas prácticas y de aprendizajes de la necesaria evaluación de impacto social y de los procesos de consulta relacionados con los proyectos energéticos.
La formación adecuada de dichos profesionales les permitiría evaluar y promover los proyectos energéticos desde diferentes perspectivas, tales como: Su aporte al desarrollo económico del territorio, del país; su impacto ambiental; su impacto social en el entorno; el aporte al cumplimiento de los compromisos internacionales en temas de disminución de emisiones de carbono; el valor de la inclusión de las comunidades locales y el respeto a la decisión de las comunidades, el valor de garantizar los derechos humanos y la relevancia de la perspectiva de género en los proyectos.
Aprovechar la formación de ingenieras e ingenieros con perspectiva de derechos humanos, de género y de inclusión permitiría aumentar la relevancia de buscar la participación de las comunidades en la planeación de proyectos energéticos, si así lo desean. En los siguientes párrafos se describe lo principal a incluir:
- Impacto social
Una lectura obligada debería ser la Evaluación de Impacto Social: Lineamientos para la evaluación y gestión de impactos sociales de proyectos (Vanclay, 2015), donde se describen conceptos clave relevantes para la evaluación de impacto ambiental. Cabe señalar que para los egresados que posteriormente estén involucrados en temas de financiamiento de proyectos de energía limpia, el conocer la metodología de evaluación y gestión de impactos ambientales y sociales, así como procesos de debida diligencia y las normas de desempeño de instituciones financieras internacionales, también les permitiría incursionar en temas de financiamiento climático tales como: la elaboración de marcos de referencia de bonos verdes, sociales y sustentables para los que se requieren cada vez más profesionales calificados.
- Empresas y derechos humanos
Asimismo, estos egresados y egresadas requieren una perspectiva de empresas y derechos humanos en el sector energético renovable. Es decir, abordar: i) qué son los derechos humanos; ii) cómo afectan los proyectos energéticos a las comunidades; iii) que recomendaciones deben implementarse en la gestión de proyectos renovables; y iv) qué tragedias deben evitarse, a partir de los casos ya conocidos en México y Latinoamérica.
- Incorporación de la perspectiva de género en el sector energía
El tema de género en diversos ámbitos ha cobrado gran importancia, como se puede ver en la literatura de sustentabilidad (ver siguiente figura). Aunado a lo anterior, el auge en temas de género en el sector energía responde a un requerimiento que el ámbito público y privado ha sabido adoptar a paso lento pero constante, como se ha visto con el crecimiento de redes de empoderamiento que buscan disminuir la brecha de género en el sector energía en México. Por ello se requiere realizar un esfuerzo más para introducir y desarrollar el tema de perspectiva de género en las universidades para la formación de sus ingenieros e ingenieras.
Resultado del análisis de género en la literatura de sustentabilidad, en el que se muestra un notable aumento con el paso de los años (De Luca, Vázquez García, Bose, & Velázquez Gutierrez, 2018)
Los proyectos energéticos y lo que les rodea, no son neutros en lo que respecta a género. Sin embargo, esta perspectiva aún no es considerada en las aulas como parte del estudio de los impactos; tampoco la importancia de la participación de las mujeres en el sector energía, no como receptor de impactos diferenciados sino como agentes de cambio en sus redes organizacionales; estos temas complementarían la visión de las y los profesionales del sector energético.
Es relevante mencionar que la Secretaría de Energía en conjunto con otros actores clave contaba con mecanismos de seguimiento de las energías limpias en el territorio; por ejemplo el Atlas Nacional de Zonas con Alto Potencial de Energías Limpias (AZEL), parte del Inventario Nacional de Energías Limpias, una aplicación de navegación pública que mostraba el resultado de la evaluación del potencial de generación de electricidad con energía solar, eólica, geotérmica y biomasa en la República, alimentada con información de la Comisión Reguladora de Energía. Misma que se espera sea reactivada y alimentada durante esta administración y que tiene una gran área de oportunidad para congregar en ella el avance en los ámbitos ambientales y sociales de cada uno de los proyectos (evaluaciones de impacto, procesos de consulta y acuerdos).
Instrumentos como estos requieren ser conocidos y consultados por estudiantes y por el sector privado para seguir promoviendo su actualización a pesar de lo incierto del panorama de las energías renovables en el país.
¿Hablando en mediano plazo, cómo se vislumbra el mix eléctrico? Varios especialistas consideran que además de las energías renovables, el uso de gas para ciclo combinado será parte preponderante del mix eléctrico del país. Por otro lado, el New Energy Outlook de BloombergNEF, 2019 (su última edición), menciona que para 2032 habrá más energía eléctrica proveniente de fuentes solar y eólica que la proveniente de la quema de carbón, y que la capacidad instalada de México se multiplicará por seis en los próximos 32 años, impulsada por un amplio crecimiento en la demanda (BloombergNEF, 2020).
Con esto en mente, una preferencia por la energía menos contaminantes seguiría su curso. Ahora, ¿cómo controlamos de manera adecuada el crecimiento en la demanda?
La problemática energética tiene tantas aristas y debe atacarse por tantos frentes, que cada uno de ellos merece (y tiene) la atención de especialistas para cada ámbito. Por lo cuál la eficiencia energética es un tema separado.
Por: Erika Masiel Salinas Talavera,
Manager en Carbon Trust México y coordinadora de comunicación y difusión de la REDMEREE. Especialista en temas energéticos y su nexo con género e inclusión social.
Referencias
ANUIES. (Julio de 2019). Anuario de Educación Superior – Licenciatura 2017 – 2018 . México.
BloombergNEF. (2018). Emerging Markets Outlook 2018. Climatescope. UK. Obtenido de http://global-climatescope.org/assets/data/reports/climatescope-2018-report-en.pdf
BloombergNEF. (2020). BloombergNEF. Obtenido de New Energy Outlook 2019: https://about.bnef.com/new-energy-outlook/
De Luca, A., Vázquez García, V., Bose, P., & Velázquez Gutierrez, M. (2018). Género, Energía y Sustentabilidad. Aproximaciones desde la Academia. Ciudad de México: Universidad Nacional Autónoma de México.
SENER. (junio de 2019). Atlas Nacional de Zonas con Alto Potencial de Energías Limpias. Obtenido de Inventario Nacional de Energías Limpias: https://dgel.energia.gob.mx/azel/index.html
Sener. (05 de Julio de 2019). Consultas previas, libres e informadas a comunidades y pueblos indígenas en el sector energético. Obtenido de Acciones y Programas de la Secretaría de Energía: https://www.gob.mx/sener/acciones-y-programas/consultas-previas-libres-e-informadas-a-comunidades-y-pueblos-indigenas-entorno-a-proyectos-energeticos
Sener. (Junio de 2019). Inventario de proyectos potenciales para la generación de electricidad por energías limpias. Obtenido de Inventario Nacional de Energías Limpias: https://dgel.energia.gob.mx/INEL/mapa.html?lang=es
Vanclay, F. (2015). Evaluación de Impacto Social: Lineamientos para la evaluación y gestión de impactos sociales de proyectos. Fargo: Asociación Internacional para la Evaluación de Impactos.
1 Quinto reporte de evaluación del Panel Intergubernamental de cambio climático; en Krey V., et. al. 2014: Annex II: Metrics & Methodology. In: Climate Change 2014: Mitigation of Climate Change. Contribution of Working Group III to the Fifth Assessment Report of the Intergovernmental Panel on Climate Change. Cambridge University Press, Cambridge, United Kingdom and New York, NY, USA. Emisiones directas de carbono por tipo de tecnología (Tabla A.II.13). Disponible en:
https://www.ipcc.ch/site/assets/uploads/2018/02/ipcc_wg3_ar5_annex-ii.pdf
Erika Masiel Salinas Talavera cuenta con 8 años de experiencia en eficiencia energética y sustentabilidad. Posee una certificación como Gestor de Eficiencia Energética en la Organización (EC 0412), como Auditora Interna basada en ISO 50001 y como agente capacitador por la STPS México. Manager en Carbon Trust México y también es coordinadora de comunicación y difusión de la Red Mujeres en Energía Renovable y Eficiencia Energética. Estudió el Diplomado en Evaluación de Impacto Social y Consulta en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) en México. Este diplomado comprende el diseño e implementación de la evaluación de impacto social relacionada con diferentes tipos de proyectos de infraestructura.
Erika tiene amplia experiencia en proyectos de eficiencia energética, sistemas de gestión de la energía, energía renovable en la industria y en gobiernos locales. Asimismo, tiene experiencia trabajando con organizaciones nacionales e internacionales en temas energéticos y de sustentabilidad.