Escrito por: Opinión, Ramsés Pech

El Belial energético – ¡competencia!

competencia

La competencia fue instaurada como una biblia documental mejorada en forma continua, para tener un crecimiento de la productividad individual o grupal

Ramsés Pech

Grupo Caraiva – León & Pech architect

El mundo está modificando la forma de utilizar la energía, ligándola en gran parte al futuro, en alineación con los recursos financieros y tecnológicos que podrá tener cada nación.

Pero existen pensamientos no alineados a la realidad, convirtiéndose en una rebeldía que causará estragos en el futuro inmediato. Pensar que una administración puede cubrir toda necesidad ante una modernidad inminente de ideologías, una que no se adapta al tiempo presente, significa que un país no tiene la capacidad para poder tener un futuro.

Es absurdo, irónico y retrograda en el tiempo, considerar que una economía base su crecimiento por decisiones unilaterales, por medio de la administración en turno; y que esta considere que es toda poderosa para cubrir las necesidades de cada individuo. Al especular que debe ser así, coartará al libre albedrío de decidir por propia cuenta a la sociedad; el rumbo que desea llevar en el mundo, sin dejar que cada mente asuma sus propias decisiones, buenas o malas.

Esto sería de igual forma, cuando crees que, con dominar la decisión de un individuo o empresa, controlas la forma en cómo prefiere cada uno adquirir o comercializar algo dentro de un mercado; y de acuerdo con la evolución de la innovación del ser humano, en tener el derecho a poseerlo.

El problema de la competencia

¿Acaso no implementamos durante el progreso de la humanidad que para poder tener algo debes esforzarte con conocimiento, habilidades e invención? ¿Es acaso que, cada individuo, de sus decisiones que tome, debe responsabilizar a un gobierno? La innovación fue creada para no regular al conocimiento.

En el mundo hay una autosugestión creada y se llama competencia. El problema de ella es que fue desvirtuada; cuyo propósito de su ignición fue la retroalimentación en el conocimiento para poder mejorar cada respuesta a una necesidad. En un principio no fue tomado en cuenta, pero en este siglo XXI está dentro de la ecuación al tener la diplomacia ambientalista.

La competencia fue instaurada como una biblia documental mejorada en forma continua; cuyo fundamento podemos resumir en que orienta a tener un crecimiento de la productividad individual o grupal. No contar con ella dentro de una nación, desacelera la inversión empresarial; disminuyen la innovación, los ingresos y la riqueza de un país.

Esto da lugar a una mayor desigualdad dentro de la sociedad. Tenemos el ejemplo de países con ideologías de control del estado, que han migrado a una apertura para adquirir conocimiento y después forman parte del mercado mundial; dejando de ser importadores compulsivos.

La competencia en los gobiernos

La competencia surgió como una respuesta a los monopolios, debido a que no tenían una evolución continua, con un solo ente que invertía. Esta a su vez, incrementa las posibilidades de que una administración pueda tener acceso a recursos financieros; para poder tener una continuidad evolutiva dentro del mundo.

Al no hacerlo, no podrá tener una fuerza económica, financiera, tecnológica, ambiental y en salud y con conocimiento, dejando a merced el futuro de las próximas generaciones.

Tomando algunas anotaciones del programa de la competencia en la economía estadounidense, promulgada recientemente, encontramos que:

  • La competencia inadecuada frena el crecimiento económico y la innovación.
  • Las empresas pequeñas e independientes existentes deberán tener mejores condiciones equitativas; para que accedan a los mercados y obtengan un rendimiento justo.
  • Hemos visto en las últimas décadas menos competencia y más concentración en algunas empresas.
  • En lugar de competir por los consumidores, están consumiendo a sus competidores. Esto está sucediendo en algunos países por medio de la inversión pública.
  • A medida que la competencia disminuye, las empresas no sienten la presión de innovar o invertir en su fuerza laboral. Eso perjudica a las familias trabajadoras y a la economía. Porque al individuo no le interesa el conocimiento, convirtiéndose en autómata de la cotidianidad.
  • Cualquier mercado sin competencia no es mercado; es explotación porque no hay igualdad.

Gas Bienestar

Franklin Roosevelt señaló que “es derecho de todo empresario, grande y pequeño, comerciar en una atmósfera libre de competencia desleal y dominación por monopolios“.

En México se pretende controlar a el mercado para bajar precios, con empresas del Estado, en el mercado energético (Gas Bienestar), y otros. Pero a todo esto, ¿cuál es el objetivo? a sabiendas que no invertimos en innovación por parte de un gobierno; siempre lo hace una inversión privada, y en algunos casos en conjunto.

¿Realmente estamos entendiendo en México lo que es una transición energética?, porque la realidad actual solo se habla por una parte del todo; y no está conceptualizado en cuanto el conocimiento que hay en un mercado que pretende ser competente.

No soltemos al “Belial” en el sector energético, o quedaremos aislados en el planeta.

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