Escrito por: Especial Online

Primer año de gobierno de AMLO difícil, a la espera de definiciones y certeza jurídica


Aquí puedes descargar la edición 172 de Energía Hoy

El primer año de gobierno de cada nueva administración federal siempre es difícil, sin embargo, las primeras acciones del gobierno de Andrés Manuel López Obrador han creado un ambiente de incertidumbre, a pesar de que se respetó la Reforma Energética de la anterior administración.

La suspensión de las licitaciones petroleras, las subastas del sector eléctrico, los ajustes en la plantilla principal de los órganos reguladores, entre otras acciones han provocado desconcierto entre los inversionistas, situación que se tradujo en menores inversiones y proyectos, además de que se cuestiona la credibilidad de los reguladores.

Sin embargo, en el primer año de AMLO ya se empezó a perfilar un nuevo modelo en la relación gobierno-empresa, una nueva forma de hacer negocios. El gobierno federal y la iniciativa privada ya entendieron que se necesitan mutuamente para detonar la inversión en el sector energético.

El escenario no es favorable, la Hacienda pública no cuenta con los recursos para impulsar proyectos del sector en la CFE y Pemex, por ello, las Asociaciones Público Privadas (APP´s) de la 4T, emergen como el salvavidas de la situación y la puerta para reiniciar los negocios e integrar la inversión privada al proyecto de transformación del país.

Nueva relación gobierno-empresas

El gobierno de Andrés Manuel López Obrador es uno de los gobiernos federales donde se le ha prestado mayor atención al sector energético, siendo este uno de los tres con mayor relevancia en la agenda presidencial, dice Benjamín Torres-Barrón, Socio de Baker McKenzie y Presidente del Comité de Energía de American Chamber of Commerce of Mexico (AMCHAM)

Aunque la cancelación de las subastas petroleras parecen acciones contradictorias, al revisar hacia atrás las acciones del gobierno federal en el primer año, “están en línea con lo que prometió en campaña, por ejemplo, revisar los contratos petroleros, analizar la forma como se habían adjudicado, creo que por eso se suspendieron las subastas, pero se han respetado los contratos existentes esperando a que den resultados cuanto antes”.

Aunque hay situaciones que se tienen que entender, “hay contratos que por su naturaleza pueden dar resultados antes que otros y es importante que el sector público lo entienda y que se dé el tiempo necesario a las empresas para que cumplan con las expectativas”.

Las empresas petroleras van a producir lo antes posible porque entre más pronto produzcan más pronto van a empezar a tener ganancias de acuerdo al modelo de contrato firmado y el gobierno se beneficia por las regalías o los pagos de contraprestación establecidos, aparte de los beneficios fiscales que se generan.

“Al voltear hacia atrás, considero que había que darle un poco de tiempo al gobierno para que entendiera la situación que guardan los contratos, pero la cosa importante es que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador dejó en claro el interés de que la inversión privada participe en el sector, sin menoscabar el fortalecimiento de la industria estatal, es decir, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y Petróleos Mexicanos (Pemex). Aquí el punto clave, es que las inversiones privadas generan empleo, beneficios fiscales, recaudación y participaciones para Hacienda. Los contratos se siguen ejecutando y hay muchas áreas de oportunidad en el segmento”.

Las oportunidades no solamente están en el sector hidrocarburos. México es un país con alto potencial para las tecnologías sustentables, como la energía solar y eólica, cada vez más utilizadas en el mundo, lo que representa una oportunidad para nuestro país para implementar este tipo de proyectos.

“Un tema importante es la seguridad energética. A mayor infraestructura, mayor aprovechamiento de los recursos energéticos que tengamos en el país, no importa si esto es a través de un privado o del Estado, nuestro país se vuelve más autosuficiente en la utilización y consumo de los recursos”.

Para Torres-Barrón, el balance del primer año de gobierno depende cómo lo veamos, veamos el vaso medio lleno o medio vacío, pero hay temas tácticos que están en la mesa cuando hablamos con los inversionistas sobre cómo va la situación del país.

El marco regulatorio no ha cambiado, el modelo energético del sexenio pasado permanece intacto en cuanto a las reglas del juego, eso es indispensable para dar certidumbre a los proyectos de inversión.  A pesar de que las subastas se detuvieron, muchas de ellas -que ya estaban dadas- siguen explotando los proyectos para entrar en operación, y aparte de eso, se ha visto una explosión de proyectos de consumo privado de electricidad, ya sea a través de contratos de suministro calificado, de contratos de abasto aislado, generación distribuida, entre otros esquemas que facilitan la interrelación entre privados para el consumo de energía eléctrica.

Hay muchas modalidades en la industria eléctrica que se han venido dando de forma importante en los últimos 24 meses, los consumidores han ido aprendiendo, entienden las reglas del juego y poco a poco se animan a tomar decisiones competitivas que les permiten hacerse llegar de energía a buenos precios, energía eléctrica de otros generadores o de suministradores calificados.

En un conteo que se hizo en Baker Mckenzie, dice el también abogado de la firma, “el año pasado hicimos 29 contratos de suministro calificados para nuestros clientes, entre ellos suministradores calificados, abastos aislados, cogeneraciones, PPA’s que son contratos bilaterales. No todos son iguales, pero a final de cuentas coinciden en que son PPA’s corporativos, PPA’s de compra de energía eléctrica, donde empresas privadas compran energía, unos por un año, otros por 10 años”.

El proceso es como muy silencioso, “porque eso no se ve, no es tangible, pero es resultado de la transformación energética de México en los últimos años. Lo verdaderamente tangible son las estaciones de servicio de gasolina de diversas empresas, una o varias plataformas en el Golfo de México en aguas profundas es algo que tú y yo nos vemos y lo mismo un contrato de electricidad privada”.

Las subastas se detuvieron, pero empezaron todos estos negocios que comentamos; las rondas petroleras se detuvieron, pero las firmadas se están ejecutando y se firman contratos sencillos con Pemex. Hay un modelo alternativo que junto con la inversión privada espera generar recursos energéticos.

Tener un nuevo modelo le ha tomado al gobierno primero entender e ir matizando su postura, poco a poco se van a empezar a ver más y más inversiones, ya se empezaron a ver anuncios de licitaciones y se ve ese negocio paralelo donde la reforma existe, porque aparte de los temas de electricidad, están los petrolíferos, las terminales, transporte, distribución y comercialización de petrolíferos en el país.

En el terreno del marco regulatorio, la Comisión Reguladora aprobó un centenar de permisos diversos en materia de electricidad, petrolíferos entre otras áreas de negocio. Hay buenas señales, con la aprobación los veinte mil millones de dólares en permisos detenidos, seguramente se reducirá y se empezarán a detonar negocios.

Hay un impasse, hace unos años cuando fue la reforma energética todo se detuvo, porque la gente se detiene para entender las nuevas reglas del juego, hoy pasa exactamente lo mismo.

No hay mucho tiempo que perder, porque entre más se favorezca la inversión y le des certidumbre jurídica a las inversiones y a los contratos ya dados, así como reglas claras a los nuevos contratos, la expectativa del inversionista mejorará y las inversiones empezarán a fluir. No hay que olvidar que el presupuesto que tiene el gobierno es finito y el gobierno tiene la disyuntiva de aplicar recursos al gasto social o a la infraestructura.

Sin embargo, sí necesitamos mayor transparencia y agilidad de los procesos gubernamentales, que incluye las autorizaciones de los permisos en todos los niveles, tanto a nivel federal, estatal y local, tanto en la CRE, la CNH y en el SAT, todo eso va a permitir mayor desarrollo.

Todo esto plantea un binomio entre el gobierno federal trabajando en el fortalecimiento de las empresas productivas del estado, donde las empresas privadas puedan dar apoyo a la CFE y Pemex, que se pueda invertir en donde se requiere, por ejemplo, en almacenamiento de gas natural de petrolíferos que importamos en grandes cantidades.

Hoy se empieza a tejer un nuevo modelo de negocio, un modelo con enfoque social, un modelo que fortalece a las empresas productivas del Estado, pero donde la industria privada cabe y donde se pide que la inversión se dé bajo los criterios de la competencia y la transparencia, que las empresas puedan contribuir y aportar su conocimiento y experiencia al sector energético en México. Hay una amplia trayectoria de todas estas empresas que se rigen por los principios más estrictos en todos los sentidos y que creo que pueden aportar mucho para el sector.

Ahora, la empresa privada tradicionalmente siempre ha colaborado y ha participado con la empresa paraestatal y ahora ya empresa productiva, sabe tener de clientes a Pemex y CFE, y les interesa trabajar con ellos, no veo por qué no pueda ser muy exitosa ahora en esta etapa.

Pero, lo que creo es que se requiere una mayor interlocución con las autoridades del sector y las empresas privadas, creo que las vías de comunicación hoy por hoy podrían ser más amplias, más abiertas.

Hoy se necesita un punto de encuentro y comunicación, donde exista esa coincidencia en lo que se persigue. A final de cuentas hay muchos puntos donde el sector privado y el gobierno coinciden, pero hay que saber encontrarlos, no se puede tener una visión sin escuchar su contraparte o tener la apertura para entender la necesidad del otro, hay muchas coincidencias y nos necesitamos mutuamente.

No hay que confundir la seguridad energética con la independencia energética, porque lo que no queremos es llegar a un aislamiento energético, en este mundo tan globalizado no queremos depender al 100% de los energéticos que nosotros generamos, sería lo ideal, pero hay países como Japón por ejemplo, que pues es completamente dependiente de los recursos que le llegan del extranjero pero a la vez tiene seguridad energética, porque tiene los contratos, tienen la infraestructura, tiene las plantas de generación necesarias para subsistir por muchos días sin necesidad de recibir suministro del exterior, en cambio México no.

México es vulnerable en ese sentido, es donde tenemos que trabajar, lo que tenemos que estar seguros es que tenemos la infraestructura para guardar el abastecimiento de los distintos combustibles: gas natural, petróleo y petrolíferos, y que podemos estar consumiendo sin necesidad de volver al exterior, sean esos recursos provenientes del extranjero o no porque si son provenientes del extranjero y los podemos adquirir a un precio más bajo que lo que nos cuesta producirlo está bien. Exportemos en lo que somos competitivos, generemos y consumamos en lo que somos compatibles y exportemos lo que nos sobra. Este es el modelo exitoso que muchos países replican al día de hoy.

APPs de la 4T, el salvavidas del sector

Las Asociaciones Públicos-Privadas (APPs) serán la llave para detonar proyectos de infraestructura, incluso en el sector energético, por parte del gobierno federal, dice Derek Woodhouse Saavedra, socio consultor de la firma CMS Woodhouse Lorente Ludlow, “en el 2020 vendrá un tsunami de APPs que impulsarán el desarrollo económico y la generación de empleo en México”.

“El gobierno federal no contará con suficientes recursos fiscales para llevar a cabo bajo esquemas tradicionales todos los proyectos del tan esperado Plan Nacional de Infraestructura, por ello, las asociaciones público-privadas 4T serán necesariamente una herramienta importante para que tanto la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y Petróleos Mexicanos (Pemex) puedan llevar a cabo muchos de los proyectos que le urgen al país.”

Viene una ola de proyectos, dice Woodhouse Saavedra, y se debe hacer todo lo posible para que en en ella pueda subirse la CFE a fin de poder concursar los contratos de inversión mixta que le permitan desarrollar en el futuro inmediato, junto con empresas y capital privado, los proyectos de generación y transmisión de electricidad que tanto le urgen al sistema eléctrico nacional.

No será el mercado eléctrico al que se aspiraba, pero al fin un mercado en el que se fijan precios marginales locales por parte de un operador y con base en ellos se comercializan productos eléctricos a través de transacciones de corto, mediano y largo plazo. Un mercado que coexistirá con un nuevo mercado de contratos de servicios para colaborar con la CFE para el desarrollo de nuevos proyectos.

En la medida en que se logre generar certidumbre a los inversionistas este nuevo entorno podría funcionar para México. El temor es que la Secretaría de Energía comience a cambiar las reglas del juego y con ello erosione la credibilidad y confianza de los inversionistas y empresas privadas.

Quizá ello implique el regreso a un sistema centralmente planeado y sea nuevamente la CFE quien tenga el timón del sector eléctrico con el apoyo de la Sener. Pero será esencial que el capitán de ese barco sepa bien lo que está haciendo y lo que está en juego si no quiere causar un naufragio. Hoy un barco no se opera como hace 50 años.

Está en un proceso el nuevo modelo de mercado y se va empezar a definir y a gestar no un mercado eléctrico sino un mercado de contratos con APPs, habrá competencia por traer los mejores proyectos que pida la CFE, el tema es que sepa definir qué es lo que va a pedir, que defina los proyectos que van a transformar este país.

La iniciativa privada tendrá que competir con tecnología, con tasas de interés y con tiempos, y que ganen los mejores y se pongan a trabajar. Eso es lo que viene para el sector eléctrico con una camada importante de proyectos con modelos asociativos.

Las APPs son la mejor y probablemmente la única opción para complementar los esfuerzos directos del Estado y, esa virtud, el salvavidas para la situación actual. Bien estructuradas y bien implementadas, las APP de la 4T podrían lograr satisfacer los intereses de todos (gobierno-sector privado) y mejorar las condiciones del país.

Renovables, un sector con alto potencial

El primer año de gobierno no ha sido tan positivo para el sector fotovoltaico, ya que la incertidumbre que prevaleció sobre la definición de la política energética impacto las ventas en 13 por ciento en promedio en generación distribuida, reconoce Angélica Quiñones, presidenta de la Asociación Nacional de Energía Solar (ANES).

Señala que “la incertidumbre afectó en casi todo, tanto empresarial, académico fue un punto y sobre ahora cómo van a ser las cosas.” Reconoce que “mientras exista en generación distribuida el marco regulatorio, los esquemas de energía de CFE y que se sigan respetando el sector puede seguir creciendo, aunque también si al país y a los usuarios no les va bien económicamente es difícil que puedan invertir o acceder a este tipo de tecnologías, van de la mano con el tema económico, son muchos factores.”

Los socios de la ANES reportaron un bajo crecimiento, como de un 13% que cayeron sus ventas esa incertidumbre, no saben si se les iba a respetar su inversión en las condiciones en que contrataron sus esquemas. “Ha sido muy difícil volver a convencer por eso esa insistencia de que los usuarios finales se sigan empoderando porque también va a ser después un sector que va a exigir y optar por esos mecanismos de netMetering”, y va a ser más difícil que esto pueda revertirse, sí es una preocupación.

A pesar de que en los últimos años, hasta 2018, el sector registró una tendencia de crecimiento, en el último año hubo un decrecimiento, pero esta situación también se ha visto como punto de oportunidad para buscar la manera de blindarlo y a pesar de muchas adversidades pueda seguir manteniéndose y seguir trabajando.

Sobre cómo ven el panorama para 2020, responde que “tenemos compromisos para la mitigación de los gases de efecto invernadero y una opción clara son las fuentes renovables de energía, opciones comprobadas como la energía solar térmica y fotovoltaica…, que además permiten democratizar la energía, son alternativas que pueden permear en zonas donde no acceden a la red.”

Para la presidenta de la ANES es necesario ver, además de las revisiones regulatorias, “cómo podemos seguir trabajando como sector, porque los ahorros ahí están” con base en estudios, con la cantidad de empresas que ya existen en México, los empleos que se han generado las energías renovables deben seguir adelante.

En ese sentido, señala que ya han presentado esos estudios e información del mercado y las inquietudes de nuestros socios, con el fin de aportar tanto en la Secretaría de Energía (Sener) como en la de Economía para fortalecer la cadena de valor de la industria nacional. “Nos hace falta que sigan respetando el marco regulatorio y tal vez un poco más de apertura para que se conozcan todos estos temas, sobre todo comunicación.”

También hace falta una política energética clara, “se esperaba en el PRODESEN un poco más de carnita del tema, fue muy escueto y yo creo que eso también falta ya una política más definida con los esquemas de energía renovables, pero la clave es la comunicación.” “El sector está abierto lo que quiere es construir.”

Inversiones en electricidad por 45,000 mdd

Enrique Alba Carcelén, CEO de Iberdrola México y presidente de la Asociación Mexicana de Energía (AME), indica que si bien la demanda de energía en el país seguirá creciendo, se necesitan las condiciones para que la iniciativa privada contribuya en el desarrollo de la infraestructura requerida para complementar la labor de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).

“En los próximo 15 años se multiplicará el consumo de energía eléctrica en el mundo por la electrificación de la economía y México seguirá esta tendencia, demandando más energía eléctrica para su población y el sector productivo, y al estar está intrínsecamente ligada al crecimiento económico, el desarrollo y a la competitividad del país.

Por eso “se requiere de un marco regulatorio claro en tres aspectos: uno la definición de una política energética basada en certeza, seguridad jurídica, planeación MP/LP, papel de la inversión privada, incluya el componente social, empleo local y contenido nacional. Dos. Participación de la CFE en el desarrollo de nueva generación, inversiones en transmisión y distribución y colaboración con la iniciativa privada.

Y tres, tener una Mercado Eléctrico Mayorista (MEM) eficiente con una relación bilateral entre generadores e industria, simplificación del proceso de interconexión, agilización para migrar al mercado, y metodología tarifaria transparente y previsible.

En ese sentido, considera que si el gobierno quiere mantener la proporción de participación eléctrica de 46 por ciento de la CFE y 54 por ciento de la iniciativa privada, se necesita una CFE fuerte y una iniciativa privada participativa que benefician al sector y al país.

Refiere que de acuerdo con el Prodesen, la demanda 2019-2030 se prevé un crecimiento de la demanda del 3 por ciento anual, una demanda industrial a 2033 supone 63.9 por ciento del total (62.6% en 2018), capacidad instalada a 2033 de 140 GW (capacidad 2018 de 70 MW), y capacidad adicional 2019-2033 de 70.3 GW, 4,600 MW/año.

Estos datos indican la necesidad de nueva capacidad, donde el papel fundamental del gas con ciclos combinados y cogeneración; oportunidad de aprovechar el recurso solar y eólico del país; y repotenciar la capacidad hidroeléctrica del país.

Con la necesidad de nueva generación por 35 GW que implican una inversión de 45 mil millones de dólares, donde la CFE planea construir 15.2 GW y la necesidad de fondos públicos; y la IP debe construir 17 GW por lo que se debe incentivar la inversión privada.

Indica que el papel del sector privado es complementar el esfuerzo inversor de la empresa pública; invertir a riesgo en plantas apalancadas en la firma de contratos con clientes industriales; la estrategia de crecimiento está enfocada en cubrir las necesidades de la industria mexicana; destaca la sensibilidad social con más proyectos sociales, más contenidos nacional y más empleos.

Petroquímica espera definiciones

José María Bermúdez, presidente de la Asociación Nacional de la Industria Química (ANIQ), dice a ENERGÍA HOY que la industria está alineada a los objetivos del nuevo gobierno, pero la industria no puede seguir esperando a que se tomen decisiones hay que actuar ya.

“Comulgamos, estamos de acuerdo en los ejes rectores de lo que podemos y debemos hacer gobierno e iniciativa privada para generar crecimiento nuevamente. Coincidimos en la revitalización y el crecimiento que necesitamos en el sur-sureste, en la soberanía energética, la soberanía de la industria, la producción nacional y como la reactivamos, estamos totalmente en sintonía con esa filosofía y creemos firmemente en una producción nacional fuerte, una industria química fuerte realmente puede hacer una gran diferencia.”

“Sin embargo, ante tanta prioridad, tantos frentes que se han abierto, no hemos podido tener atracción, hemos colocado los proyectos de infraestructura vitales para la industria en el plan nacional, interactuando con muchos de los secretarios y el gabinete para decir estamos listos, realmente mucho empresariado que tiene inversiones paradas por este ambiente de incertidumbre y a la espera de las señales para empezar a construir.”

“Necesitamos encontrar la manera de que las mesas de diálogo se desatoren, que realmente empecemos a desenmarañar todo este proceso que está haciendo muy lento, la economía ya no puede esperar, ya no podemos seguir hablando es hora de empezar a ejecutar. Es ahí en donde yo espero que los siguientes 12 meses cambien en la rapidez con la que hablamos, con la que se toma decisiones y como capital privado pues nos den ese espacio para empezar a contribuir y ojalá eso sea muy diferente los siguientes 12 meses versus lo que hemos tenido.”

Reconoce que ya tienen el compromiso de las autoridades desde la Secretaría de Energía hasta en la jefatura de la Oficina de la Presidencia para entrar en el detalle de estos proyectos sobre todo en el diálogo con las autoridades en Pemex, con las autoridades que manejan el gas en México para ver el cómo implementamos los proyectos y daremos seguimiento para esto empiece a fluir.

En ese sentido considera como prioridad tener certidumbre, seguridad del estado de derecho es crítico, no solamente para esta industria sino para el país; abasto tanto de energéticos competitivos como de materia prima, hay acciones de muy corto plazo que debemos tomar, que son proyectos de infraestructura en puertos, en almacenaje, en instalaciones de Pemex para reactivar muchas de las cadenas y otras que son de mediano y largo plazo en relación con el plan estratégico de Pemex.

“Hoy ese abasto, ya la inversión se hizo tenemos los activos, tenemos la demanda, lo hemos visto en las importaciones que hemos tenido como país, necesitamos esos gasoductos y esas moléculas empiecen a fluir a nuestras plantas, que generemos productos de valor para el consumidor mexicano.”

Confía en que “si se dan las condiciones de materia prima y gas, en menos de 2 años podemos estar hablando crecimiento en producción nacional y empezar a generar derrama económica y el impacto social especialmente en la zona de Coatzacoalcos, en el sur-sureste donde hoy los activos trabajan a menos del 70%.”

“Lo más difícil en esta industria siempre es tener los activos, los fierros ya los tenemos, están listos, son competitivos, son nuevos ha habido mucha inversión en los pasados 6 a 8 años, hoy es insumos, si nos dan la materia prima inmediatamente van a ver a esta maquinaria de la industria química tener un impacto positivo y donde México más lo necesita que es en el sur.”

RECUADRO:

14 señales que alertan que no camina el sector energético

El primer año de gobierno de AMLO en el sector energía tiene más oscuros que claros y aunque no todo es negativo, Gonzalo Monroy, director de la consultoría GMEC, nos ayuda a identificar las 15 señales de relevan que el sector energético no caminó en 2019.

-La declinación de la producción petrolera. La caída en la producción “no inició con la Reforma Energética, viene desde diciembre del 2013 cuando alcanzó el pico de producción y hasta ahorita es donde ha bajado, igual la de gas natural y de petrolíferos en general, incluso de electricidad.

-Priorizar recursos para fortalecer Petróleos Mexicanos (Pemex). Esta administración tiene la meta de levantar la producción y ha puesto ahí todas las inversiones y no le está alcanzando.

-El combate al huachicol. A pesar de los avances, las formas, los mecanismos y la implementación han dejado mucho que desear. “No hay números específicos de Pemex, ni una forma verificable”, “el número de tomas está prácticamente igual al año pasado, en el pico de 11 mil tomas ilegales y no hay una forma clara de volumen con un gran hueco de información.”

-Los 20 campos de producción inviables. Los 20 campos de producción que están impulsando, 4 de ellos son rentables después de impuestos, y los otros 16 van a salir a pérdida y eso es un problema bastante grave porque es más del 80%.

-Cambiar modelo de Pemex de producción y exploración con base en el procesamiento. A partir de esa transformación industrial con la refinería de Dos Bocas, donde los resultados serán visibles en 3 o 4 años y, la incorporación de reservas que ha puesto en este primer año no alcanza para levantar la producción.

-Balance financiero de Pemex negativo. La pérdida de la calificación de Pemex ya no es un riesgo, sino un hecho que derivará en números peores a los esperados, aunado al aumento de los costos de Dos Bocas, y si el gobierno cree en ese proyecto pues Pemex perderá toda la credibilidad y en el inter destrozará el balance financiero de Petróleos Mexicanos.

-Pemex no paga a sus contratistas. “Está reteniendo pagos y ni siquiera está reconociendo obras con sus contratistas a quienes no les ha pagado desde enero. Esto ha generado un malestar y Pemex lo pagará con costos más elevados porque las compañías ya no se darán el lujo de financiarlo cerca de un año, esto eventualmente a los mexicanos nos costará más dinero.”

-No hay estrategia clara en la electricidad. Más allá de que la CFE va a volver a generar, no vemos construcción de plantas nuevas, salvo las de las subastas, y una de gas natural. Esto supone un aumento de apagones, se verá complicado para las dos penínsulas, que ya de por si padecen por la escasez de gas.

-En producción de gas natural no hay una estrategia clara. Todo está orientado a la parte del petróleo, seguimos atados a las importaciones que representan casi 90% principalmente de Estados Unidos. Y si bien es razonable aprovechar el precio más barato del mundo, tampoco hay una estrategia para poder llevar el gas seguro y confiable (ductos).

-No hay política energética ni en renovables. En renovables hay un clarísimo retroceso, el gobierno no ha tenido una política. No se están privilegiando inversiones en CFE ni Pemex en la parte de los privados, con lo cual ha dejado en el limbo muchas inversiones, en ese sentido es una debacle que no haya una política energética.”

-Asalto de los reguladores energéticos (CRE, CNH, ASEA). “El nacionalismo se quiere utilizar a los reguladores para favorecer de forma artificial e indebida a las empresas del Estado…pero eso destruye un suelo parejo para las inversiones”. Esto “ha llevado a la parálisis de sectores de la economía”, no solo en la industria energética. La credibilidad que se construyó de esas instituciones difícilmente se podrá reparar en el mediano y largo plazos”, al privilegiar una lealtad política sobre el expertise técnico, naturaleza propia de éstos organismos.

-Incertidumbre. “No hay certeza jurídica, regulatoria y política a las inversiones”. México no es globalmente competitivo, aun cuando es la joya de la corona al ser atractivo por sus recursos, “no tiene las condiciones fiscales, económicas, regulatorias de seguridad incluso, pues simplemente estas inversiones nunca llegarán al país.”

-Se mantiene la Reforma Energética de 2013. Pero “en la práctica la está minando y minando.” Un ejemplo son los permisos para la implementación de combustibles por privados, pero no se tiene una respuesta favorable en la CRE para echarlo andar. Otro, “la CFE está jugando a la paciencia para dar largas y no autorizar las interconexiones” para la instalación de paneles solares

-Poca inversión en infraestructura necesaria. No se ha pensado en expansiones ni obra de la que es más necesaria, los privados buscan otros destinos. No hay una forma de crecimiento y no es suficiente la inversión pública que se pone en Pemex y CFE.

La duda es si “Andrés Manuel López Obrador y su gobierno deciden dar marcha atrás y cambiar el discurso del nacionalismo económico o vana  redoblar su apuesta en este modelo que no da resultados”, concluye Gonzalo Monroy.

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