Escrito por: Opinión, Ramsés Pech

En México, dejar de respirar te conviene: Ramsés Pech

México

La política pública no cura enfermedades ni visita a las personas para que se alivien. Su función debería ser facilitar el acceso a medicamentos y establecer planes a largo plazo para reducir el uso y la quema de combustibles fósiles

Ramses Pech

Grupo Caraiva – Grupo Pech Arquitecto

En México se producen diariamente alrededor de 1 millón 123 mil toneladas de CO₂ equivalente, lo que repercute directamente en el medio ambiente y genera problemas de salud a largo plazo.

Hoy existe una notoria escasez de medicamentos en el sector salud mexicano para tratar ciertos tipos de enfermedades. Además, no hay una cultura de prevención, lo que lleva a un gasto excesivo en el futuro debido a la falta de seguimiento continuo de las enfermedades en la población.

Una de las preocupaciones más importantes para el futuro, que debería ser analizada y para la cual se debe crear un plan de prevención desde hoy, son las enfermedades respiratorias en grandes zonas urbanas, como las áreas metropolitanas. Estas se verán cada vez más afectadas en las próximas décadas ante la ausencia de una política clara para mejorar la calidad del aire.

A pesar de que existen mediciones diarias de la calidad del aire y muchas hojas en papel escritas sobre cómo mejorar el aire que respiramos, aún no se han implementado acciones serias para proteger la salud de la población en el futuro. Tras la pandemia de COVID-19 y el aumento de partículas PM2.5 en el ambiente —resultado del incremento en la quema de combustibles fósiles—, el sistema respiratorio humano está cada vez más comprometido.

contingencia ambiental

El desplazamiento de moléculas de oxígeno por partículas suspendidas en cada metro cúbico de aire reduce la cantidad de oxígeno disponible para nuestro torrente sanguíneo, lo que puede causar la muerte de células, especialmente en personas con sistemas inmunológicos debilitados, mala alimentación y falta de cultura preventiva.

Todo lo anterior incrementa la prevalencia de enfermedades como la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC); causada principalmente por la exposición prolongada a irritantes que dañan los pulmones y las vías respiratorias, como el tabaquismo, la contaminación ambiental, la inhalación de polvo, productos químicos y ciertas infecciones respiratorias.

La EPOC es una enfermedad progresiva que dificulta la respiración y empeora con el tiempo. Se caracteriza por la obstrucción del flujo de aire en los pulmones, lo que puede provocar dificultad para respirar, tos crónica y producción de moco. El tratamiento promedio puede costar entre 100 y 150 mil pesos, y en casos crónicos, entre 200 y 300 mil pesos. Si la enfermedad deriva en cáncer pulmonar, los costos pueden multiplicarse por diez o quince veces.

Según datos del Inegi, las enfermedades pulmonares obstructivas ocupan el noveno lugar entre las causas de muerte en México, siendo las mujeres las más afectadas. Actualmente, aproximadamente el 10% de la población mexicana presenta algún grado de EPOC.

Ante esta situación, es urgente establecer una política a largo plazo para dejar de quemar combustibles fósiles, siendo el gas natural el principal contaminante, seguido de los derivados del petróleo: gasolina, diésel, gas licuado de petróleo y turbosina.

Un estudio reciente publicado en Science Advances evaluó la eficacia de los filtros de partículas en automóviles que utilizan gasolina y motores de inyección. El estudio, relevante para el sector salud mexicano, analizó el impacto de las partículas PM2.5 envejecidas en la atmósfera mediante exposiciones a células epiteliales, alveolares y bronquiales humanas.

¿Como llegaron a este resultado?  Cada litro de combustible que se quema por los motores produce partículas PM2.5, y estas salen por el escape. Las primeras partículas resultantes no se alteraron por el medio ambiente, y al exponerlas a las células pulmonares, no presentaron una alteración significativa. Pero al hacer la simulación de envejecimiento atmosférico controlado, encontraron que causaron efectos biológicos agudos, después de una corta exposición de las células epiteliales pulmonares, como se observó por el aumento de la citotoxicidad (destrucción de células); así como la genotoxicidad (Daño al material genético de una célula, incluyendo el ADN y los cromosomas); una respuesta proinflamatoria y la inducción de estrés oxidativo. Esto significa daño a los pulmones por una exposición prologada, genotoxicidad, respuestas proinflamatorias y estrés oxidativo; lo que significa un daño considerable a los pulmones por exposición prolongada.

Las partículas PM2.5 pueden permanecer en el aire desde unas pocas horas hasta varios días, dependiendo de las condiciones atmosféricas y la fuente de emisión. Su tiempo de residencia se ve afectado por factores como la deposición por gravedad y la interacción con otros contaminantes, lo que les permite viajar largas distancias, incluso cientos de kilómetros desde su fuente.

contaminacion-aire

Resumen del estudio: las partículas PM2.5 emitidas instantáneamente no afectan de inmediato a los pulmones, pero tras su alteración en el ambiente, impactan directamente la salud humana. Por ello, es necesario implementar políticas públicas de largo plazo en zonas metropolitanas para prevenir enfermedades pulmonares, ya que, de no hacerlo, los costos para el sector salud serán insostenibles en países con poblaciones longevas.

Aplicando este estudio a México y considerando las tres principales zonas metropolitanas, se calculó que al quemar un litro de gasolina en un vehículo típico se producen alrededor de 160 millones de partículas PM2.5. En el Valle de México, una persona absorbe diariamente aproximadamente 174 millones de partículas; en Monterrey, 225 millones; y en Guadalajara, 255 millones; y esto, sin contar las emisiones de gas natural, GLP y turbosina. La pregunta es: ¿qué estamos respirando?

Si una persona es sedentaria, tiene mala alimentación, antecedentes de COVID-19 o enfermedades respiratorias preexistentes, la presencia de partículas PM2.5 envejecidas disminuirá su calidad y esperanza de vida; incrementando los gastos en salud tanto a nivel individual como para el sistema público. A menos que el cuerpo humano evolucione rápidamente para adaptarse, la única solución es la prevención.

Un estudio publicado en Nature señala que, la contaminación atmosférica incrementa significativamente el riesgo de desarrollar cáncer de pulmón. El 99% de la población mundial respira niveles elevados de partículas PM2.5, producidas por la combustión de combustibles fósiles. Dado que no existen políticas públicas reales para dejar de usarlos en el corto plazo, es indispensable implementar programas de prevención de enfermedades pulmonares en regiones con alta exposición a partículas PM2.5 envejecidas.

¿En México, qué debe priorizarse: la salud correctiva o la prevención?

TE PUEDE INTERESAR: ORLEN y Northland Power instalan turbinas eólicas marinas en el mar Báltico

(Visited 55 times, 1 visits today)
Compartir
Close