Carlos Morán Ramírez considera que es urgente revisar los valores para variaciones de frecuencia y voltaje de las centrales eléctricas del SEN como parte del CR
El Código de Red (CR) es una normativa, cuyo cumplimiento reduce el riesgo de disturbios y garantiza la eficiencia, calidad, confiabilidad, continuidad, seguridad y sustentabilidad del Sistema Eléctrico Nacional (SEN), dice Carlos Morán Ramírez, director de la empresa Epsol.
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Luego de haber participado en el panel de expertos que estudió el apagón del 28 de diciembre del 2020, Morán Ramírez considera que un tema urgente es revisar los valores para variaciones de frecuencia y voltaje de las centrales eléctricas que entraron al SEN y fueron aprobadas por la Comisión Reguladora de Energía (CRE). “De lo contrario, el riesgo de que ocurran nuevos disturbios es latente”.
Durante una conversación que sostuvo con Energía Hoy, el experto reflexionó sobre la relevancia que tiene el tema para quienes están conectados al sistema, es decir, todos. Por ello, dijo, “debemos conocer de qué va el Código de Red para luego entonces tomar acción”.
En ese sentido, la confiabilidad, continuidad y eficiencia no solo dependen de generadores, centrales eléctricas y centros de carga, sino que son responsabilidad de todos los que se interconectan al sistema, es decir, usuarios en media o alta tensión. Es por ello que deben cumplir cada uno de los parámetros del reglamento, por ejemplo, que las centrales eléctricas se mantengan conectadas ante cualquier variación de frecuencia.
Aceptación y el cumplimiento del CR
La aceptación y el cumplimiento del CR suma a la mejora del SEN en beneficio de los usuarios domésticos, industriales y comerciales. “Cuando hablamos de usuarios comerciales e industriales, pudiera darse el caso de que estén conectados en media tensión, lo que no los excluye de cumplir el reglamento, ‘no hay vuelta de hoja’. No obstante, si hablamos de usuarios a nivel comercial pero en baja tensión, estos serán beneficiados porque al tener menor contenido armónico, las afecciones a los equipos sensibles también disminuyen”, detalla.
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El cumplimiento de esta normativa contribuye a la mejora del sistema, pero también tiene un impacto positivo en las empresas que, al hacer un mejor uso de su energía generan ahorros que impactan en sus finanzas.
Entre los productores y consumidores externos de energía están los que se encuentran en un rango superior a 50 MW y de ahí para arriba; también los grandes consumidores de energía que pueden llegar a capacidades del rango de los 150 hasta los 500 MW. No obstante, consumir dicha cantidad de energía conlleva importantes retos.
“Se trata de que reflexionen sobre la relevancia del impacto derivado de su consumo de energía y las afectaciones que pueden ocasionar a otros consumidores que no son tan grandes, pero sí igual de importantes”, dice.
El ingeniero electricista egresado de la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica (ESIME), que forma parte del Instituto Politécnico Nacional (IPN) subraya que el propósito principal del SEN es garantizar la electricidad a todos los habitantes del país y “la continuidad es la parte más importante de todo sistema eléctrico”, sin embargo, para que esto ocurra debe estar en buena condición.
Nace el Código de Red 2.0
Como parte del procedimiento habitual, la Comisión Nacional de Mejora Regulatoria (Conamer) realizó una consulta pública que se extendió del 22 de julio al 30 de agosto del 2019, con la idea de invitar a los ciudadanos a expresar sus comentarios en torno a la nueva versión del Código de Red, de ahí nació el documento que después fue publicado el 31 de diciembre de 2021 en el Diario Oficial de la Federación (DOF).
Este aglutina las opiniones vertidas por representantes de los distintos sectores, tanto público como privado, ambos integrados por empresas de energía, transportistas y distribuidores. “Suma mejoras importantes tanto para las centrales eléctricas, como para centros de carga”, comenta el también catedrático en la Facultad de Ingeniería de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP).
Además, el CR 2.0 está constituido por las disposiciones generales, manuales regulatorios y procedimientos necesarios para identificar la causa raíz en las distintas áreas de generación, transmisión y distribución, donde se desarrolla un disturbio.
Entre los actores más importantes que han comenzado a tomar acción en torno al cumplimiento del CR, de acuerdo con Carlos Morán, están algunas empresas privadas que han establecido gran parte de su generación en México, incluso algunas tienen hasta el 20% de capacidad instalada de generación privada.
“Hoy en día, la reacción ante este reglamento es evidente. Notamos que organismos empresariales como la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra) y la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) ya comienzan a convidar a sus agremiados a realizar acciones de cumplimiento en torno a la normativa”, afirma el Ing. Morán Ramírez.
Vigilancia e Inspección
El 8 de abril del 2016 se publicó la primera versión del Código de Red, después hubo un periodo de gracia de tres años, a fin de que las empresas adquirieran conciencia sobre la relevancia de esta normativa y su cumplimiento.
“Es decir que ya hubo tiempo suficiente para que las empresas realicen lo necesario para cumplirlo”, dice Carlos Morán, quien también se ha desarrollado de manera profesional como perito en instalaciones eléctricas.
La CRE emite nuevamente un aviso y pone sobre la mesa el riesgo que tienen los usuarios del SNE de no cumplir con el reglamento emitido, que no tiene más fin de dotar de confiabilidad al sistema en beneficio de todos.
“Es un aviso muy claro por parte de la autoridad, de que va en serio y que en 2022 se podrían llevar a cabo inspecciones para su cumplimiento. En el mismo código están definidos los procedimientos de inspección. Una vez que se monitorea, se pueden tomar acciones o medidas. Evitemos echar en ‘saco roto’, no descartemos las consecuencias”, afirma Morán Ramírez.
Finalmente, el ingeniero eléctrico profundiza sobre el aspecto positivo de este reglamento, “hay casos sorprendentes de mejora continua”.
La experiencia lo dicta, cuando una empresa mejora la calidad de la energía puede notar casi de manera inmediata los beneficios, que tienen un impacto tal que la empresa no puede evitar adquirir el compromiso y, de ahora en adelante “no escatimar en las acciones necesarias para la mejora en este rubro”, concluye el experto.