El mercado del petróleo en 2025 enfrenta alta volatilidad por tensiones geopolíticas, aumentos de producción de la OPEP+ y una demanda global débil. Con precios entre 60 y 78 dólares por barril
Los precios del petróleo arrancaron la semana con leves caídas, en medio de una tregua en Medio Oriente que brinda cierto respiro a los mercados. Sin embargo, el nerviosismo persiste ante la posible alza en la producción por parte de la OPEP+ y una demanda global que no termina de despegar.
Este lunes, los futuros del crudo Brent bajaron 22 centavos, o 0.3%, para ubicarse en 67.55 dólares por barril, en vísperas del vencimiento del contrato de agosto. El contrato de septiembre, el más activo, retrocedió 14 centavos y se colocó en 66.61 dólares. Por su parte, el crudo West Texas Intermediate (WTI) cayó 32 centavos, o 0.5%, hasta los 65.20 dólares por barril.
La tregua en Medio Oriente
Ambos referentes cerraron la semana pasada con las mayores pérdidas desde marzo de 2023, a pesar de que en junio lograron acumular una segunda alza mensual consecutiva superior al 5%. La tregua en Medio Oriente, tras doce días de enfrentamientos entre Israel e Irán, moderó los precios, que llegaron a superar los 80 dólares por barril durante el pico del conflicto.
“Estamos de regreso en un entorno de fluctuación que probablemente se mantendrá hasta que haya nuevas preocupaciones sobre el crecimiento económico o se interrumpa el suministro”, explicó Giovanni Staunovo, analista de UBS.
La presión bajista actual también responde a las señales desde la OPEP+. Cuatro fuentes del grupo indicaron que planean aumentar la producción en 411 mil barriles diarios durante agosto. Esto como continuidad de los incrementos realizados en mayo, junio y julio. La próxima reunión del grupo petrolero se celebrará el 6 de julio.
Volatilidad e incertidumbre
En el fondo, el mercado del petróleo en 2025 atraviesa un periodo de alta volatilidad e incertidumbre. Los factores geopolíticos, como el conflicto entre Israel e Irán, siguen pesando. Aunque no se han reportado afectaciones directas a la producción, la posibilidad de ataques a instalaciones petroleras o bloqueos en rutas estratégicas como el Estrecho de Ormuz mantiene al mercado en alerta.
Durante las semanas de mayor tensión, el Brent alcanzó niveles cercanos a los 78 dólares por barril. Analistas advierten que si ocurrieran daños importantes a campos o refinerías, el precio podría escalar hasta los 100 dólares por barril en cuestión de días.
Guerra de precios
Al mismo tiempo, una guerra de precios entre la OPEP+ —liderada por Arabia Saudita y Rusia— y Estados Unidos ha desatado una batalla por cuotas de mercado. El aumento de la producción por parte del cártel busca desplazar a los productores estadounidenses, en especial al sector del fracking, que requiere precios superiores a los 60 dólares por barril para ser rentable.
Tras la reelección de Donald Trump, los mercados han reaccionado con un descenso del Brent desde los 75 hasta cerca de 60 dólares por barril, empujados por una mayor oferta y una demanda debilitada.
La producción estadounidense se mantiene en niveles récord, pero enfrenta desafíos financieros. Mientras tanto, el mercado espera que el precio promedio del Brent en 2025 se mantenga alrededor de los 73 dólares, con una posible tendencia a estabilizarse cerca de los 70 dólares entre 2026 y 2027.
A esta ecuación se suman las políticas energéticas de Estados Unidos, la recuperación económica en China y los avances en la transición energética. Todos estos elementos condicionan la evolución del consumo de petróleo en el mediano y largo plazo.
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