Donald Trump abandona la cumbre del G7 tras pedir evacuar Teherán, en medio del aumento de tensión entre Israel e Irán. Netanyahu lanza amenazas directas y continúa la escalada militar en Medio Oriente
En una nueva muestra de imprevisibilidad diplomática, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, abandonó prematuramente la cumbre del G7 en Canadá, desatando una ola de incertidumbre mundial al centrar su discurso en el creciente conflicto entre Israel e Irán.
Su repentino retiro respondió, según la Casa Blanca, al “agravamiento de la crisis en Medio Oriente”, mientras en paralelo se intensificaban los ataques cruzados entre Tel Aviv y Teherán.
La decisión del mandatario, se anunció a través de la secretaria de prensa Karoline Leavitt en la red X. Dejó en suspenso encuentros agendados con líderes como el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski. “Debido a los acontecimientos en Oriente Medio, el presidente Trump partirá esta noche tras la cena con los jefes de Estado”, publicó Leavitt.
President Trump had a great day at the G7, even signing a major trade deal with the United Kingdom and Prime Minister Keir Starmer. Much was accomplished, but because of what’s going on in the Middle East, President Trump will be leaving tonight after dinner with Heads of State.
— Karoline Leavitt (@PressSec) June 16, 2025
EUA genera incertidumbre global y pánico
Desde su red Truth Social, Trump encendió las alarmas con un mensaje categórico: “¡Todos deberían evacuar inmediatamente Teherán!”, refiriéndose a la capital iraní de casi 10 millones de habitantes. El exhorto provocó incertidumbre internacional y generó escenas de pánico en la ciudad, donde gasolineras, mercados y tiendas de víveres se vieron colapsadas por compras de emergencia.
La tensión bélica se incrementó con la nueva oleada de misiles lanzada por Irán contra múltiples puntos en Israel, incluidas Jerusalén y Tel Aviv. Según medios locales, los ataques impactaron también en instalaciones estratégicas como un supuesto centro de operaciones del Mosad. En respuesta, Israel afirmó haber asesinado a Ali Shadmani, nuevo jefe del ejército iraní tras el deceso de su predecesor la semana pasada.
En una entrevista televisiva, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, justificó la ofensiva. “No va a escalar el conflicto, va a poner fin al conflicto”, declaró, en referencia a una supuesta propuesta israelí para eliminar al líder supremo iraní, Ali Jamenei, que habría sido vetada por Trump.
Exigen que se rinda Irán y hacen ciberataque
El propio Trump intensificó sus advertencias desde Washington, asegurando que Estados Unidos tiene “un control total y absoluto de los cielos sobre Irán” y que su país está preparado para evitar que Teherán adquiera armas nucleares. “Irán debe rendirse por completo”, agregó en sus declaraciones más recientes.
En el ámbito digital, la confrontación alcanzó al ciberespacio. El grupo de hackers Gonjeshke Darande (Gorrión Depredador) afirmó haber destruido datos del Banco Sepah, propiedad del Estado iraní, en respuesta a su supuesto financiamiento al ejército. Aunque Reuters no ha verificado el ataque, medios iraníes reportaron una “ciberguerra masiva” encabezada por Israel contra infraestructuras críticas.
En la cumbre del G7, Trump también aprovechó para defender nuevamente al presidente ruso Vladimir Putin y criticar la decisión de expulsar a Rusia del grupo tras la anexión de Crimea en 2014. “Yo diría que fue un error, porque creo que ahora no se tendría una guerra”, argumentó.
La jornada culminó con el foco completamente desplazado de los temas económicos hacia el riesgo de una escalada militar de alcance global. En tanto los líderes del G7 intentaban retomar la agenda, la atención internacional se concentraba en una pregunta: ¿cuál será el próximo movimiento de Trump y Netanyahu?
Y de esta lado, el de la ciudadanía, cabe una pregunta: ¿a dónde nos lleva esta guerra donde la muerte es la constante?
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