Pemex comenzó una reestructuración que incluye el despido de alrededor de 3 mil trabajadores, principalmente de confianza
Petróleos Mexicanos (Pemex) inició el pasado 6 de junio un proceso de reestructiración que afecta de entrada a más de 500 empleados solo en su Dirección de Refinación, con un plan general de despidos que podría alcanzar hasta 3 mil trabajadores en diversas áreas. La empresa justifica esta medida como parte de una reestructura interna para integrar operaciones y ahorrar recursos; eliminando filiales y consolidando funciones bajo un esquema vertical.
Sin embargo, la medida ha generado un fuerte rechazo entre los trabajadores, quienes denuncian que la empresa no está reconociendo sus derechos a la jubilación, a pesar de que muchos están en condiciones para acceder a ella. En lugar de otorgarles la jubilación correspondiente, Pemex estaría ofreciendo únicamente liquidaciones; con la intención de hacer un solo pago y evitar compromisos futuros, lo que ha provocado un clima de incertidumbre y descontento.
Ante esta situación, varios empleados afectados ya preparan demandas laborales para defender sus derechos, lo que pondrá a prueba la imparcialidad y eficacia del nuevo Poder Judicial mexicano. Los trabajadores consideran que esta será una prueba de fuego para los magistrados, quienes deberán resolver casos que podrían sentar precedentes importantes para los derechos laborales en el sector público.
Respaldo desde Presidencia
El Gobierno federal, a través de la presidenta Claudia Sheinbaum, ha respaldado la reestructuración como parte de una política de austeridad destinada a reducir costos operativos en Pemex. La petrolera estima que con estos ajustes podrá ahorrar hasta más de 18 mil 560 millones de pesos, cifra que se suma a otros esfuerzos por mejorar la eficiencia y reducir la deuda de la petrolera.
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— Petróleos Mexicanos (@Pemex) June 7, 2025
La reestructura no solo implica despidos, sino también la eliminación de áreas con funciones duplicadas, reducción de gastos en viáticos y tiempos extras; así como la creación de nuevas direcciones y coordinaciones para optimizar la operación. El impacto económico de estos despidos es considerable, ya que muchas familias pierden su principal fuente de ingresos, y la incertidumbre laboral se extiende a todo el entorno de la empresa. Además, la deuda de Pemex con proveedores, que en algunos estados como Tamaulipas alcanza cientos de millones de pesos, agrava la situación económica regional y nacional; afectando a empresas que generan empleos y dinamizan la economía local.
Así, la reestructuración Pemex reflejan la compleja situación financiera y operativa de la petrolera estatal; pero también abren un debate sobre la protección de los derechos laborales y la responsabilidad social de la empresa y el gobierno. Las demandas que presenten los trabajadores serán clave para definir el futuro de las relaciones laborales en el sector público y el papel del sistema judicial en la defensa de esos derechos.
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