El experto de la consultoría GMEC, Gonzalo Monroy indicó que la reforma energética abre la posibilidad de que el Estado pueda tener injerencia al tomar las instalaciones de las empresas privadas
En el marco de un evento de la AMPES, Monroy señaló que la intervención es un mecanismo con un lenguaje vago. Esto le permite al Estado tener injerencia en la operación de las instalaciones a su gusto.
Monroy aseguró que se establecen medidas que dan ventaja a las empresas del Estado por encima de las privadas. Afirmó que tal medida discrimina en cuanto a los centros especializados de trabajo como el almacenamiento de hidrocarburos, petrolíferos y químicos, provocando que el sector privado se vea en la obligación de permitir el acceso a sus terminales.
En cuanto a los artículos transitorios, aseguró que estos se anulan de manera inmediata para la regulación asimétrica y para la venta de primera mano.
Más consecuencias de la injerencia del Estado en la reforma energética
Gonzalo Monroy afirmó que tal situación va a provocar una distorsión, prácticas anticompetitivas y con carácter discriminatorio. Esto afectaría a los competidores, socios y distribuidores de Pemex.
Agregó que algunas otras medidas que pudieran condicionar a la industria son el control de los precios que el Estado busca imponer. Subrayó el hecho de que la Secretaría de Energía (SENER) va a ser la encargada de castigar a las empresas y no la recién creada Comisión Nacional de Energía (CNE).
En el mismo evento organizado por la AMPES, el exconsejero independiente de Pemex, Fluvio Ruiz Alarcón afirmó que el nuevo régimen de la paraestatal se tiene que mirar con detenimiento. Esto debido a que se le van a quitar todas las deducciones y que van a pagar más impuestos.
El experto detalló que si mantienen la tasa, pero le quitan las deducciones, invariablemente se va a tener que pagar una mayor cantidad.
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