Escrito por: Opinión, Ramsés Pech

Transición energética mundial, un caos

transición

La transición energética se encuentra en un estado de desequilibrio y se evidencia una pérdida de impulso en los últimos meses. El mundo está en un caos energético, sin una transición energética real

Ramsés Pech

Grupo Caraiva – León & Pech Architects

El mundo ha dejado de inquietarse por el momento de la transición energética, y ha dado paso a cómo poder lograrla ante el alto costo del dinero para su realización; lo que ha mermado en los objetivos planteados para dejar los combustibles fósiles y producir electricidad con cero emisiones hacia 2050.

Los combustibles fósiles llegaron para quedarse un poco más de lo esperado. La última perspectiva energética presentada por la empresa British Petroleum (BP)[1], prevé que la demanda de petróleo alcanzará su pico máximo en 2025; pero el descenso será gradual y el consumo se mantendrá alto en 2035 de conformidad con la tendencia actual, y el consumo de este seguiría siendo alto más allá del 2080.

En vista de la continua utilización de los derivados del petróleo (gasolina, diésel, turbosina entre otros), la transición energética está perdiendo impulso debido a la desaceleración de las ventas de vehículos eléctricos; a la expansión insuficiente de la capacidad renovable ante un elevado costo para financiarla y al aumento de los precios de la electricidad.

En realidad, para poder llevar a cabo la transición energética, se debe migrar del petróleo crudo al gas natural y este a energías renovables para producir electricidad. El gas natural seguirá influyendo en el mundo durante más de 8 décadas, al menos; y esto se debe a la tendencia actual que se presenta con base en el consumo anual, debido a que este combustible fósil se utiliza para generar electricidad, calor, manufactura, metalúrgica y otras industrias que lo aprovechan.

ritmo de transición energética

El carbón seguirá usándose y la tendencia actual es a disminuir, pero no indica una desaparición de tácito; este uso seguirá más allá del 2050.

Las recientes necesidades y demandas energéticas globales constituyen un factor crucial en la persistente dependencia del petróleo y el gas; a pesar de que los países desarrollados persiguen disminuir su consumo.

La transición energética se encuentra en un estado de desequilibrio y se evidencia una pérdida de impulso en los últimos meses; lo cual puede prolongarse por un período indefinido.

Los indicadores actuales sobre el estado de esta transición en el mundo se refieren principalmente a la desaceleración de las ventas de vehículos eléctricos (intereses altos para la compra, aranceles de importación y eliminación de subsidios); la falta de incorporación de nueva capacidad eólica y solar para desincorporar a los combustibles fósiles en el mercado eléctrico, y que no está expandiéndose con la suficiente rapidez esperada. La electricidad es más costosa en lugar de ser más barata, como era la teoría, al invertir más en energías limpias en la mayoría de los países del mundo.

Además, se añade que los bancos no están limitando su inversión en los combustibles fósiles; lo que resulta más complejo tener una política global en cuanto a la manera de evitar su utilización.

De acuerdo con un informe emitido por Rainforest Action Network (RAN)[2] y sus colaboradores, se ha constatado que, en los años posteriores al Acuerdo de París de 2015, los 60 bancos privados más grandes del mundo proporcionaron 6.8 billones de dólares para la financiación de los combustibles fósiles. En los últimos ocho años, se destinaron aproximadamente 3.3 billones de dólares a la expansión de los combustibles fósiles. Los bancos incluidos en el informe brindaron apoyo a más de 4 mil 200 empresas de combustibles fósiles con préstamos y transacciones de valores o suscripción de garantía.

transición

En 2023, después de que muchos bancos importantes se comprometieran a reducir o poner fin a la financiación a las empresas de petróleo y gas, como parte de la Net Zero Banking Alliance, se ha mantenido la financiación a las empresas de combustibles fósiles; alcanzando inversiones de aproximadamente 705 mil mdd, de los cuales 347 mil mdd se destinaron a la expansión de estos.

¿Cuál sería la fecha en la que el dinero se desembolse para apalancar los combustibles fósiles? Alguien, en su criterio prudente, tomará la decisión de hacerlo de manera efectiva o simplemente debe haber una adaptabilidad continua al dejar de hacerlo de manera gradual.

El informe señala además que, en 2023 los recursos otorgados se dirigieron a empresas que utilizaron recursos para impulsar proyectos de expansión de combustibles fósiles. En sus clientes principales se encuentran solo unas pocas compañías petroleras relevantes como Eni SpA, Petróleos Mexicanos (Pemex) y Enbridge.

La mayoría de los bancos más prestigiosos del mundo continúa financiando a las empresas de combustibles fósiles, a pesar de la reciente presión de los gobiernos y los ambientalistas para que disminuyan la financiación en pro de una transición energética ambiental. Aún no está claro qué parte de la financiación se destina a los combustibles fósiles en comparación con la que contribuye al sector energético de transición. El dinero no conoce ideologías, y las ideologías no pueden detener al dinero a donde este sea requerido.

Asimismo, el informe indica que en 2023 el Banco JPMorgan Chase fue el mayor financiador de combustibles fósiles, aportando 41 mil mdd; seguido por el banco japonés Mizuho, que aportó 37 mil mdd.

En consecuencia, en la realidad el mundo manifiesta un interés por la transición, o se trata de una simulación del cambio posible. El mundo dependerá del apetito de los mercados; si continuan expandiendo o simplemente se mantiene una tendencia progresiva a la baja; en función de las agendas ocultas que en cada país tienen lugar, y para no ser expuestas ante la falta de inversiones en el sector energético.

El mundo tiene un caos energético, no por el desorden sobre el que debe hacerse sino deriva de que el dinero hoy día al tener un alto costo, genera una tentación de darse para proyectos que tienen un mejor retorno, y el cual genera una mayor ganancia con un menor riesgo ante un mercado que paga en forma inmediata; como es la utilización de los combustibles fósiles actualmente. Estudios recientes han demostrado que las inversiones en energías limpias para generar electricidad están en pausa, ante una alta incertidumbre para que el mercado pueda pagar sus costos, y requieren contratos a largo plazo para una recuperación.

El dinero no tiene ideologías, y los combustibles fósiles seguirán siendo una parte esencial de las economías de los países. ¿Acaso hoy día existe un plan real que pueda dejar su empleo en menos de 365 días?, y que exista otra forma real de mover los motores en todo el transporte a nivel mundial.

El mundo, todavía no está preparado para dejar de quemar combustibles fósiles; y en el caso de que fuera así, ¿estarán los bancos dispuestos a asumir este peligro sin tener la certeza de que esto podría prolongarse durante un prolongado período de tiempo?, y ¿que no ocurrirá lo mismo que está sucediendo con los vehículos eléctricos?

El mundo está en un caos energético, sin una transición energética real.

[1] https://www.bp.com/content/dam/bp/business-sites/en/global/corporate/pdfs/energy-economics/energy-outlook/bp-energy-outlook-2024.pdf

[2] https://www.bankingonclimatechaos.org/wp-content/uploads/2024/05/BOCC_2024_vF1.pdf

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