Escrito por: Opinión, Ramsés Pech

Pemex, una empresa que contamina

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Petróleos Mexicanos (Pemex), y todas las industrias del sector de energía contaminan, y esto sucede en todo el mundo. Y es sabido que, la mayor parte de la contaminación y daños ambientales son ocasionados por el consumidor final

Ramsés Pech

Grupo Caraiva – León & Pech Architects

Petróleos Mexicanos (Pemex), y todas las industrias del sector de energía contaminan, y esto sucede en todo el mundo. Y es sabido que, la mayor parte de la contaminación y daños ambientales son ocasionados por el consumidor final.

En realidad, las industrias del sector energético tienen una repercusión directa, casi de forma inmediata, al accionar cambios en el entorno donde operan; realizando alteraciones químicas o físicas por el derrame de materias primas como el petróleo crudo, y/o quema de gases a la atmósfera, como el natural proveniente de los hidrocarburos. Adicionalmente, existen accidentes como en las plantas nucleares, entre otros, los cuales ocasionan daños al medioambiente.

El sector de energía, una industria de alto riesgo operativo, ambiental, y económico.

Todos los países en el Siglo XXI dependen de este sector, el energético, para que su economía crezca. Ahora, deben considerar inversiones para mitigar, eliminar y buscar cómo evitar emisiones contaminantes resultantes de este sector en mención, sin precarizar la comodidad de la humanidad. Hasta el momento, no existe una claridad eminente de cambiar.

El derrame a según observado por la sonda de Campeche en México, y que por medio de imágenes satelitales podría extenderse en alrededor de 400 Km2, debería ser algo en que la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA) tendría que preocuparse, al ser esta entidad una garante en el sector de hidrocarburos en México.

Pero en realidad, el derrame, según lo reportado por ciertas organizaciones ambientales, debería considerarse hasta este momento como un tabú, ante la falta de una certeza física, y fidedigna del tal hecho. A continuación, el porqué:

  1. Cálculos realizados con la densidad del crudo de la sonda de Campeche. El volumen posible de acuerdo con el área reportada de 400 Km2, a según las imágenes satelitales, y la experiencia de derrames observados. Deberían verterse en el mar alrededor de 2.3 millones de barriles de crudo, suponiendo una altura del crudo de 1 m por arriba de la superficie del mar (densidad mayor respecto al crudo).

2. De las imágenes que se observan, podría haber una altura de no más de entre 10 a 20 cm, esto de acuerdo con el sistema Radar de Apertura Sintética (SAR), que se emplea para detectar derrames; se indica posiblemente que el derrame sea del tipo spreading. El total del crudo derramado podría estar entre los 200 a 400 mil barriles, en torno al volumen. Pero una regla indica que, más del 90% del volumen del petróleo se encuentra en menos del 10% del área del derrame.

3. Esta cantidad de crudo representaría un 35% más a la producción de un día de México. Lo anterior significaría que, alrededor de 7 a 8 barcos de trescientos mil barriles, tuvieron que haber dejado de exportar crudo durante dos o dos días y medio.

4. En el dado caso de que fuera crudo derramado en el mar, a esta cantidad debió aplicarse el protocolo de derrames, lo cual significa el envío de barreras flotantes para controlar la mancha; debido a que esta llegaría a las costas del Veracruz o Tamaulipas, causando un doble problema ambiental.

5. Automáticamente, México debió alertar a Estados Unidos ante el posible cambio de las corrientes, y calcular si la mancha pudiera llegar a nuestro vecino; y ahí tendríamos nuevamente un doble problema ambiental, pero ahora nacional e internacional. Pero para pasar esto, tendría que haber un descuido alto por parte de todas las secretarías, y de la propia empresa.

Pemex, en su comunicado, determinó que fueron no más de 365 barriles derramados, y esto en un área no mayor a 0.60 Km2. Significa que:

  1. El derrame tuvo una longitud de 250 x 250 metros, por una altura del crudo sobre la superficie del mar de 1 metro.
  2. En el dado caso de ser esta cantidad y volumen, debieron utilizarse dispersantes, lo cual ayuda a descomponer el crudo y acelerar su biodegradación. Los dispersantes hacen que la mancha se convierta en pequeñas gotas de aceite, y puedan degradarse de forma natural. Pero, toda acción a implementar dependerá del volumen y tipo de fauna que habita la zona donde se dio el derrame, para no afectar al entorno.

Existen dos versiones del hecho, pero en realidad no debería haber una disputa en quién tiene la razón del derrame, sino coordinar esfuerzos con la información correcta para evitar un mayor mal al planeta. La industria de hidrocarburos contamina desde que se perfora un pozo, para poner en superficie los hidrocarburos, para su transformación en combustibles y, estos últimos en mayor proporción dañan al ambiente, por  la actividad del ser humano, pero  nadie dice nada al respecto.

En México, diariamente se contamina con alrededor de 500 mil toneladas de CO₂ equivalentes por día; derivado del consumo de 1.2 millones de barriles diarios de gasolina y diésel. ¿Esto qué significa?:

  1. Se requieren alrededor de 355 mil hectáreas de bosque para eliminar el CO₂ que produce la contaminación automotriz.
  2. Eso significa utilizar en forma diaria entre el 0.8 al 1% del total de bosques que tiene México en su territorio.
  3. El país tiene aproximadamente 138 millones de hectáreas de superficie forestal, de las cuales 35 millones son bosques.
  4. El total de superficie forestal puede capturar alrededor de 180 millones de toneladas de CO₂; y cada hectárea tiene un promedio de absorción de 1.3 a 1.5 toneladas. Los bosques pueden capturar un promedio de 47 millones (25% del total).

Todo lo anterior es factible, siempre y cuando en las zonas de mayor densidad poblacional haya árboles. La realidad es que, las zonas metropolitanas de México carecen de pulmones para eliminar la cantidad de contaminantes. Además, en algunas ciudades se mantiene la contaminación estática, ante la falta de vientos o lluvias, para limpiar al medioambiente.

La calidad del aire está en duda para el futuro. requerimos una mejor participación de la Semarnat, Comisión Reguladora de Energía, ASEA, y de la Secretaría de Energía, para establecer una política clara y bien definida hacia el futuro. Una política que no cambie con cada administración que llegue; no debiera cambiar la forma de entender el cómo tener a la industria energética, adicionando la captura y reducción de contaminantes.

Actualmente en México, hay una propuesta de tener una mayor cantidad de kilómetros recorridos por litro en los motores de combustión, y esta debería influir en el tipo de vehículos que circulan en el país; incrementando la disponibilidad de más y mejor tecnología, para dejar de incorporar autos con obsolescencia en los motores en cuanto a rendimiento.

México debe tener una calidad en los combustibles ante una normatividad inflexible.  Debe haber mejores aditivos para los combustibles, como oxigenantes; o tener una biodiversidad como los biocombustibles; estos últimos tienen un origen orgánico y pueden contaminar en menor cantidad, al compararlos con los de cadena más larga en carbono presente, como los que provienen de las refinerías con crudo líquido.

Existe una mayor contaminación diaria en el consumo final, derivado de un mayor número de motores circulando en el mundo y en México.

Los accidentes y la contaminación en la industria de hidrocarburos se dan todos los días, y su impacto es mayor cuando acontece uno que afecta en el presente (derrame en Campeche), pero las emisiones generadas por los motores son diarias y continuas.

Debemos de atacar primero al futuro y evitar en el presente contaminantes generados por la industria de la energía, a sabiendas de que es una industria de alto riesgo.

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