El proyecto de reforma eléctrica que plantea otorgar la preponderancia del mercado eléctrico a la CFE carece de estructura sólida para su implementación
La iniciativa de reforma eléctrica propuesta por el Ejecutivo Federal carece de certeza jurídica, lo que compromete su adecuada implementación en favor del sector eléctrico nacional; y solo vela por el cumplimiento de la agenda política de la presente administración y no por la seguridad energética del país. Así lo confirmaron especialistas en la materia, durante el webinar ‘Reforma Eléctrica de AMLO. ¿Qué opinan los que sí saben?’; panel moderado por Santiago Barcón, miembro del Consejo Editorial de Energía Hoy.
En días pasados, el Gobierno federal expuso su iniciativa de reforma eléctrica que, entre otras implicaciones, pretende otorgar total preponderancia a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en el mercado eléctrico del país. Para ello, se cancelarían todos los contratos de compraventa de energía que la Empresa Productiva del Estado (EPE) sostiene con la Iniciativa Privada (IP), además de la eliminación de entes regulatorios para que la Secretaría de Energía (Sener) asuma tales funciones.
No hay agenda energética, solo política
Al respecto, Víctor Rodríguez Padilla, especialista en el sector energético y catedrático de la UNAM, destacó que la iniciativa de reforma eléctrica se anunció con mucho tiempo de anticipación, desde la campaña electoral. En primera instancia, se planteó utilizar el marco jurídico de la reforma energética, pero el mismo presidente de México aseveró que, de no conseguirse la meta, se reformaría a la Constitución.
“Es un acto meramente político. El objetivo no es componer las cosas en el sector energético. Una reforma constitucional, ante todo significa una postura política respecto a una actividad social o productiva, con implicaciones en muchos ámbitos. El mensaje de Obrador es ‘el Estado está de regreso’; en la electricidad, en la transición energética, bajo la ideología de que lo estratégico debe estar em manos del Estado, y el mercado queda fuera”, señaló.
En este sentido, es un reconocimiento político del avance de la privatización, porque finalmente, en palabras de Víctor Rodríguez, una de las consignas cruciales de este gobierno es detener la privatización en todos los sectores y en especial en el energético.
“Esto tiene que ver con la legitimidad de la reforma. Y aunque no pase, pues se hizo el intento, se expuso el problema y la intención de resolverlo. Y la lectura será: AMLO dio la batalla contra el poder económico, AMLO dio la batalla contra los intereses y AMLO se posiciona frente a todos sus seguidores. Este es un acto político”, añadió Rodríguez Padilla.
Sistema de autodestrucción
Por su parte, Claudio Rodríguez, socio de la Práctica Internacional de Energía de Holland & Knight, aseguró que el proyecto de ley eléctrica planteado por López Obrador tiene infinidad de lagunas, con varias imprecisiones en su exposición de motivos; por tanto, su implementación no podrá darse como espera la presente administración.
“No tiene forma de ser implementada (la reforma) en estos términos, aunque se publique en el Diario Oficial de la Federación (DOF), dada la incertidumbre jurídica. No se explica lo que pasará con el Mercado Eléctrico Mayorista (MEM), y hay efectos colaterales que no están expuestos en el documento, pero sí que tienen impacto. El documento en su diseño lleva en sí su propia bomba de destrucción”.
De acuerdo con Claudio Rodríguez, el artículo 14° constitucional dice que ninguna ley se le dará efecto retroactivo en perjuicio a los particulares. Por ende, la reforma eléctrica de AMLO viola el principio de retroactividad tajantemente; puesto que, por decreto, se terminan todos los permisos y contratos que fueron válidamente celebrados conforme a la Ley de la Industria Eléctrica (LIE).
Así también, indicó que la iniciativa de reforma atenta contra el artículo 25° constitucional, que habla de eficiencia económica y de la justicia distributiva en términos de nación. Por otra parte, el articulo 133° constitucional otorga el mismo rango jurídico de la Constitución a los tratados internacionales; así, de violarse estos tratados, también se violenta a la Carta Magna del país.
“Se tiene que analizar la inconsistencia constitucional de esta reforma”, puntualizó Claudio Rodríguez.
Imprecisiones en letra
Juan Carlos Arreola, socio de Lawbiz Consulting Group, sugirió que la propuesta de reforma se basa en verdades, en medias verdades y en mentiras absolutas; todo con la finalidad de revertir la condición de la CFE a un ente preponderante.
“Me parece un tanto esquizofrénica. Estamos tratando de revertir la reforma que tenemos de 2013, para tratar de regresarle el poder a la CFE para que tenga el poder de la industria eléctrica del país. Lo primero que hace es regresar al estado de monopolio a todo el sistema eléctricos. Estamos hablando de generación, de distribución, de abastecimiento, de toda la cadena”, explica.
Además, igualmente señala las inconsistencias de la reforma, la cual indica que se cancelarán todos los permisos de generación de los privados, y en donde no se mencionan a los suministradores calificados y básicos, a la cogeneración.
“Por un lado, la exposición de motivos señala que toda la generación de privados será cancelada, pero, por otro lado, la secretaria (Rocío Nahle) sale a decir que el tema de los paneles solares se seguirá manteniendo. ¿Qué pasará con esos pequeños proyectos? Tenemos que esperar a la legislación secundaria, para saber cómo se aterriza esto… No sabemos qué va a pasar con la generación distribuida… la falta de certeza jurídica me parece terriblemente preocupante”, advirtió.
Más estado, menos mercado ¿y el SEN?
En su oportunidad, Héctor Beltrán, consultor experto en energía y profesor en la Facultad de Ingeniería de la UNAM, señaló también la falta de certeza en la explicación de motivos de la reforma eléctrica, pues la información presentada no es precisa; además de que lo primero es reforzar al Sistema Eléctrico Nacional (SEN) antes que las instituciones.
“En la exposición de motivos se explica que, con el rescate de la CFE se garantiza la seguridad energética… más estado, menos mercado. Pero como ingeniero eléctrico yo diría, primero sistema y luego mercado. Si no existe un sistema confiable, ¿de qué mercado estamos hablando? ¿Qué transacciones bilaterales queremos hacer?, ¿qué contratos de compraventa estamos imaginando?; con un sistema que no opera de manear segura y confiable”, argumentó.
Una imprecisión que se indica en la explicación de motivos, de acuerdo con Héctor Beltrán, es que la CFE recibe un presupuesto unificado para sus operaciones; lo que no es verdad, de acuerdo con el panelista. En este apartado, Héctor indicó que la CRE aprueba los presupuestos de la CFE, en donde CFE Transmisión, CFE Distribución, Suministrador de servicios, etc., reciben sus presupuestos requeridos; por lo que cada filial tiene un ingreso autorizado por el regulador.
“Tienen que salir a explicarnos, porque algo no está bien escrito. ¿Qué va a hacer la CFE cuando no tenga contratos para adquirir energía?, si los casi 240 mil contratos con privados se cancelan al día siguiente de entrar en vigor esta reforma”, cuestionó.
De regreso al monopolio de energía sucia
Sobre las consecuencias a futuro que pueden llegar tras la aprobación de la reforma eléctrica, la directora general de Acclaim Energy México, María José Treviño, explicó que dicha iniciativa acarreará distintos costos para el sector eléctrico, en donde la mayoría serán traspasados al consumidor.
“De aprobarse la iniciativa no podremos controlar cuánto pagamos por la energía, ni cómo la compramos, ni desde qué fuente. Además de eliminar el esquema del autoabasto, de la manera que está escrita la iniciativa, a nivel general, pudiera contemplar también la eliminación del MEM; donde las empresas consumidoras de más de un MW, son alrededor de 50 (suministradores calificados). Esta competencia sin duda genera costos menores para los consumidores. Estamos viendo ahorros de entre el 10 y el 25% contra la tarifa de CFE Suministro básico; y por lo tanto, de la competencia nos iríamos al monopolio, meramente con CFE”, indicó.
Adicionalmente agregó el factor crítico de la la sustentabilidad; en donde las compañías no podrán decidir en dónde compran la energía, cuando el mundo empresarial ya se mueve bajo directrices ESG, que incluye la reducción de la huella de carbono. Sin mencionar que el país no logrará sus metas climáticas pactadas en acuerdos internacionales.
Finalmente, las nuevas medidas podrían significar arbitrajes internacionales para México, al no respetar lo previamente pactado en tratados comerciales con otros países.
“Seguir este rumbo propuesto, provocará una caída en la confianza, en particular en la inversión nacional y extranjera. Desenfocar la transición energética eliminando los mecanismos de cumplimiento podría generar una desaceleración en todas las industrias por el costo que se incrementaría; y a su vez provocaría una baja en competitividad, en ventas y empleos… hasta en la canasta básica impacta el incremento de costos”, afirmó María José Treviño.
¿Cuándo perdió fuerza la CFE?
José Luis Urresti, director general en MEM eCONSULTING, también se refirió a la exposición de motivos de la reforma eléctrica, en donde se califica que la Reforma Energética de 2013 fue de carácter regresivo, lo que en automático indica que todo lo que se hizo estuvo mal. Sin embargo, Urresti rectifica que existe una brecha importante entre analizar lo que se puede mejorar y desechar todo lo realizado sin previo estudio.
“Con respecto al numeral 5 de esta iniciativa, la cual refiere al término de ‘caos’, dice que la reforma energética destruye el sistema de planeación. Si bien es cierto que este mecanismo para el SEN cambió, algo a señalar es que la CFE sigue teniendo hoy una participación muy importante en esta parte”.
José Luis asiente que la planeación del SEN recae en el Cenace, para cualquier solicitud por parte de los usuarios. Pero ya en el proceso operativo de cómo se lleva a cabo una atención, la CFE sigue teniendo un rol de relevancia.
“Tan es así que hay documentos vigentes que nos dirigen de manera puntal a gestionar esos procesos directamente con CFE Transmisión o CFE Distribución… CFE está en la toma de decisiones sobre lo que conectamos, el cómo lo hacemos y dónde se hace. Hoy tenemos el Prodesen, pero si nos regresamos hasta antes del 2013, teníamos el POISE; la CFE siempre ha estado en la planeación. Mucho del discurso es buscar el fortalecimiento de la CFE. La pregunta es, ¿cuándo perdió fuerza?”, concluyó Urresti.
Webinar completo: https://bit.ly/3oSFHYz
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