La generación distribuida es el corazón de la arquitectura del grid eléctrico inteligente, gracias a que el mundo de hoy es digital
Erick Ortiz
Socio fundador de Sulvolta.
La generación distribuida es el corazón de la arquitectura del grid eléctrico inteligente. Y esto ocurre por una razón: hoy el mundo es digital y lo será aún más. Las actividades económicas, sociales, culturales y educativas están soportadas en plataformas digitales, que requieren de electricidad y de un sistema resiliente. Las tecnologías de generación de energía desarrolladas bajo arquitecturas descentralizadas garantizan resiliencia y costo-efectividad; en comparación con las centralizadas y los mecanismos de redundancia 2N o al menos N+1.
El concepto de microgrids pequeños y descentralizados mejoran la resiliencia en áreas como: generación de energía, almacenamiento y distribución. Esto no es nuevo, pero su relevancia crece debido a lo que se vislumbra para la necesidad de electrolineras. Este mercado no es la excepción.
Por su parte, las electrolineras requieren un grado de inteligencia; que les permita ser monitoreadas, medir su eficiencia de despacho y recolectar datos. Su conectividad 5G, además de habilitar el soporte, impulsa la utilización de apps para que los conductores localicen la estación cercana.
Arquitectura inteligente
La arquitectura del grid eléctrico inteligente está fundamentada en un enfoque centrado en el consumidor, es decir, responde a una mayor interacción por parte del mismo. Esto promete cambiar el modelo de negocio y la relación con participantes en la cadena de valor. También tiene como objetivo gestionar de manera eficiente la electricidad y ayudar a la industria eléctrica en dos grandes retos: dar respuesta a la volátil demanda de electricidad y resolver la naturaleza particular de esta.
Si nos detenemos a pensar que la digitalización orilla al planeta a un mayor consumo de electricidad, aunado a la crisis climática que ha propiciado el establecimiento de objetivos en cuanto a reducción de emisiones de CO2, para no elevar la temperatura global más allá de 1.5°C, es razonable construir hacia el futuro modelos económicos en torno a la generación de electricidad que persigan la eficiencia energética continua.
Las fotovoltaicas son tecnologías desarrolladas bajo una arquitectura descentralizada, pues bien pueden funcionar como un sistema aislado o como parte de uno conectado al grid. El tamaño del grid depende de la necesidad de conectividad y grado de resiliencia. Por otro lado, su flexibilidad agiliza la conectividad eléctrica que el mundo requiere para soportar la economía digital, a la par de ofrecer un restablecimiento más rápido tras una interrupción del servicio. Sea aislado o conectado, la eficiencia de transmisión es mucho mayor que la de un sistema centralizado, pues se desperdician menos electrones en el camino si estos son más cortos.
Red de redes
Internet no sería lo que es hoy si no se hubiera concebido como una red de redes. Es tiempo que las redes eléctricas adopten una arquitectura “red de redes”, en donde conexiones de microgrids faciliten la escalabilidad del sistema, de acuerdo al crecimiento de consumo eléctrico requerido, aseguren la resiliencia eléctrica en función de la elecriticidad de los dispositivos conectados y coadyuven en la eficiencia energética continua para evitar desperdicios energéticos.
En una arquitectura “red de redes” están implícitas las cualidades de inteligencia del grid, y el corazón es la generación distribuida por su valor casi atómico y calidad de vértice para su conformación. Una de las cualidades que convierten en inteligente al grid eléctrico, es el uso de tecnologías digitales, puesto que habilita la analítica del consumo, facilita la interacción con el consumidor, agiliza las tareas de mantenimiento del sistema, protege contra ciberataques que intenten desestabilizar el orden civil y económico, y revoluciona el modelo de compraventa de energía en el mercado.
Blockchain es la tecnología que ayudará a descentralizar la economía energética; permitirá que los sistemas de generación de energía de cualquier tipo: solares fotovoltaicos, baterías, coches eléctricos, electrolineras, por mencionar algunos, se registren automáticamente en una Base de Datos de Identidad mayor descentralizada, para su utilización por el grid del Estado y de los particulares, habilitando servicios nuevos como centrales eléctricas virtuales y coadyuvando a la eficiencia, a través de la regulación de frecuencia.
Blockchain y el consumidor
La arquitectura de blockchain, paradigma descentralizado, se superpone a la descentralizada donde la generación distribuida es el elemento bloque fundamental del grid eléctrico. Es el marco de trabajo detrás del funcionamiento de las criptomonedas. No es utópico superponer la arquitectura de estas al modelo de compraventa de energía en el mercado.
Blockchain habilitará la posibilidad al consumidor de seleccionar la fuente generadora de energía o la mezcla de ellas, certificando de forma segura su selección. En internet se conoce la dirección IP origen y destino y se pueden rastrear los paquetes IP; el control y la visibilidad dan transparencia y eficiencia. También digitalizará los electrones. Pensar en la libertad de selección como consumidor implica que las compañías competirán por hacer más eficientes sus costos de generación; y que serán empáticos en cumplir las metas ambientales que favorezcan al ser humano y su entorno.
Competencia no existe
Si las fuentes de generación son únicas y centralizadas, la competencia no existe, por ende, la motivación financiera y ambiental tampoco. Solo si se descentralizan las fuentes generadoras, se podrá promover economías circulares que privilegien el uso de energías renovables, se podrá avanzar en la eficiencia energética a través de modelos de plantas eléctricas virtuales, se agilizará la inclusión energética en zonas rurales que aminoren la pobreza, migración y contaminación. La generación distribuida es el corazón de la arquitectura del grid eléctrico inteligente, porque las ventajas cualitativas y financieras provistas por las tecnologías digitales y las energéticas renovables son aprovechadas gracias a la descentralización que ella permite.
México no debe detener su camino en el desarrollo de la generación distribuida; es la oportunidad para la Iniciativa Privada de ayudar a construirla. Su recompensa serán los nuevos modelos económicos alrededor de la energía eléctrica en el mundo digital, que la centralización no podrá frenar.
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