Escrito por: Toques

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Toques
Edición 177, Mayo 2020
Ciudad de México (Mayo 2020).- Arabia Saudita es la nación que exporta la mayor cantidad de petróleo en el mundo, con una capacidad instalada para producir más de 12 millones de barriles al día; esta situación coloca a este país en una posición privilegiada para “ajustar” los precios del crudo a su conveniencia, aunque recientemente necesitó el consenso de Estados Unidos y Rusia, por lo que se le considera como el líder no declarado de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), ente que desde 1960 coordina y unifica las políticas petroleras de sus países miembros.
En marzo pasado, Mohammed bin Salman, príncipe heredero de Arabia Saudita, desató una guerra de precios entre su país y Rusia, en medio de la emergencia sanitaria global producida por el COVID-19, hecho que causó un desplome sin precedentes del petróleo.
Quizás, Vladimir Putin estaba conforme con la debacle de la demanda del petróleo, lo que significaba un golpe asestado a Estados Unidos y su producción de gas de esquisto, producto que ha aumentado su presencia en el mundo aun cuando la misma OPEP frenaba su concerniente producción.
La estrategia empleada por el país árabe fue la de orquestar la mayor bajada del precio del petróleo en muchos años, lo que desestabilizó a los mercados, pero quizá solo fue una táctica para llevar a Rusia a una mesa de negociación. Finalmente, (y después de negociaciones con Estados Unidos y México) Rusia y Arabia Saudita lograron llegar a un acuerdo en cuanto a la reducción de barriles.
El saudita, que igual se le ve saludando a Donald Trump o Vladimir Putin, es el fiel de la balanza en el mercado petrolero y por consiguiente en los precios internacionales del petróleo.
¿Quién es Mohammed bin Salman (MBS) y cómo fue que logró estar al frente del mayor productor de petróleo en el orbe? Si bien el Rey de Arabia Saudita, Salman bin Abdulaziz, aún se encuentra en funciones de su cargo, es su hijo quien ha negociado con los principales líderes mundiales sobre los precios del petróleo.
Oriundo de Yida, la segunda ciudad más grande de Arabia Saudita, Mohammed bin Salmán bin Abdulaziz Al Saúd posee una licenciatura en derecho por la Universidad Rey Saúd. Estuvo inmiscuido en la iniciativa privada después de egresar de su carrera escolar, hasta que, en 2009, con tan solo 24 años de edad, incursionó en la política como asesor especial del gobernador de la provincia de Riad, su padre.
A partir de ahí, Mohammed bin Salmán inició un ascenso vertiginoso al interior de las cúpulas del poder en el gobierno saudí. Primero, obtuvo el puesto de secretario general del Consejo Competitivo de Riad; después, el de asesor especial del presidente de la junta de la Fundación de Investigación y Archivos Rey Abdulaziz y miembro de la junta de fideicomisarios de la Sociedad Albir en la región de Riad; y posteriormente logró ser asesor privado del segundo viceprimer ministro y ministro de defensa en noviembre de 2011, tras la muerte del príncipe heredero Sultán bin Abdulaziz un mes antes.
Al poco tiempo, en junio de 2012, otro príncipe heredero falleció, Nayef bin Abdulaziz, lo que permitió a MBS ascender a la segunda posición en la jerarquía ya que su padre era el nuevo príncipe heredero y viceprimer ministro en aquel entonces. En enero de 2015, el padre de MBS, Salmán bin Abdulaziz, ascendió al trono, nombrando a Mohammed como Ministro de Defensa y Secretario General de la Corte Real.
Es hasta junio de 2017 cuando MBS obtiene el título de príncipe heredero, después de que el rey destituyera de dicho puesto a Muhammad bin Naif, también príncipe de la Casa Saúd. Así fue como MBS se convirtió en heredero al trono de Arabia Saudita.
En lo que va de su carrera profesional como príncipe heredero, MBS ha realizado incontables cambios a la política y vida ciudadana de Arabia Saudita, todo bajo el esquema de su plan Visión 2030, que integra distintas reformas para modernizar al estado, y aperturar la economía de su nación para no depender solamente del petróleo, contactando a muchos inversionistas extranjeros en el mundo para compartir su plan económico.
De entrada, abrió el primer centro comercial en Arabia Saudita que incluyó la primera sala de cine. Abolió también a la policía religiosa, ente que tenía la función de prohibir a las personas diversas cuestiones como el entretenimiento o la mezcla de hombres y mujeres en zonas públicas. También eliminó la norma que prohibía a las mujeres conducir automóviles.
Pero no todo ha sido miel sobre hojuelas. Acompañando a estas reformas, se ha visto una gran purga al interior de la corte con ex funcionarios gubernamentales e incluso familiares siendo arrestados (La propia madre de MBS). ​ El gran escándalo vino el 2 de octubre de 2018, con el asesinato del periodista Jamal Khashoggi en el consulado saudita en Estambul, quien era un asiduo crítico del nuevo régimen en su columna del Washington Post.
En este tema, se confirmó la participación directa en el homicidio por parte de integrantes del círculo más cercano a MBS, lo que propició su salida del escenario internacional. En este punto, todo indicaba una estrepitosa despedida de Mohammed de sus ambiciones políticas; sin embargo, el príncipe heredero reapareció en marzo de 2020 y lo hizo de manera intempestiva, muy a su estilo, ordenando el arresto de dos príncipes y realizando un histórico recorte a los precios del petróleo.
Ante la crisis de Coronavirus en el mundo y el abrupto paro de la movilidad de las personas -lo que implica una menor demanda de petróleo-, Arabia Saudita envió una nueva propuesta de recorte a la producción del crudo (reducción de 1.5 millones de barriles diarios = recorte a la producción mundial en torno a 3.6%), propuesta que fue rechazada inicialmente por Rusia, otro actor importante en la industria mundial de los hidrocarburos.
Dado el enfrentamiento, Arabia Saudita decidió informar sobre un aumento de su producción de petróleo a la cifra histórica de 12.3 millones de barriles diarios, para comenzar a ofrecer descuentos de hasta un 20% en determinados mercados. Esto desestabilizó al sector en el resto del mundo, con caídas abruptas en los precios del crudo cada día.
Hoy, a la espera del término de la pandemia y de la contingencia sanitaria (y económica), se espera también que llegue una estabilidad en el mercado de los hidrocarburos, algo que va muy ligado a la economía de muchos países, y en donde las regulaciones y restricciones por parte de la OPEP+ obedecen en gran medida a los intereses de los principales exportadores de petróleo, con Arabia Saudita a la cabeza y, teniendo como portavoz y dirigente al príncipe heredero Mohammed bin Salmán, un confirmado rostro de poder a nivel global.

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