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¿Qué mundo queremos después de la pandemia? 


Julia González Romero.
Especialista en el diseño de estrategias enfocadas en identificar, prevenir y mitigar riesgos sociales que podrían derivar en contingencias legales y costos asociados con paros de operaciones.

Ciudad de México (Expertos / Energía Hoy).- La crisis mundial a la que nos enfrentamos con el coronavirus no tiene precedentes. La pandemia está amplificado y agudizado la pobreza y la desigualdad que aqueja a nuestras comunidades. La incertidumbre se ha extendido a todos los aspectos de la vida de cada individuo, demostrando que estamos profundamente conectados los unos a los otros y las respuestas requieren de la participación de todos los actores de la sociedad, en todos los niveles, en todo el planeta.
El mundo no será el mismo después del Covid-19. El impacto socioeconómico global por las medidas tomadas para controlar su propagación, como las cuarentenas, el cierre de fronteras y restricción de viajes[1], ya puede palparse en la disminución de oferta y demanda de un sin número de bienes y servicios, poniendo en riesgo los avances en materia de desarrollo y reducción de la pobreza conseguidos en los últimos años.

Como en toda crisis, hay una oportunidad. La pandemia ha desdibujado las fronteras y revelado que los problemas estructurales nos hacen más vulnerables a las crisis en un mundo interconectado, que somos tan fuertes como el sistema de salud más débil y, por lo tanto, el camino a la recuperación apunta a la construcción de políticas más incluyentes y sostenibles.
Lo que está juego
Hay décadas de progreso en materia de pobreza e igualdad y un camino andado con los Objetivos de Desarrollo (ODS). Los ODS han marcado la agenda internacional de desarrollo social, político y económico con 17 objetivos que buscan erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar la prosperidad para todos desde 2015. Un plan maestro que aspira a «que ninguna persona se quede atrás» para 2030. Cada meta está interrelacionada, de manera que si una avanza —o no—, impacta a todas las demás.
Por supuesto, como todo lo demás, los ODS están en crisis por el COVID-19, lo que explora a detalle el reporte de Naciones Unidas «Shared Responsability, Global Solidarity: Responding to the socio-economic impacts of COVID- 19», que aborda la corresponsabilidad y solidaridad global frente a los impactos sociales y económicos del virus, y cuya publicación coincidió con el anuncio de la creación del Fondo de Respuesta y Recuperación de Naciones Unidas.
Vamos uno por uno, ¿cómo impacta la pandemia a los Objetivos de Desarrollo Sostenible?
ODS 1: Fin de la pobreza. La pérdida de ingresos, tanto en la economía formal como informal, llevará a muchas familias a vivir por debajo del umbral internacional de pobreza (con 1.9 dólares al día). En México, 5.7% de la población ya vivía por debajo de este umbral en 2018; 1.6% de población urbana y 12% rural. Por primera vez desde 1990, la pobreza global podría incrementarse en 8% a causa de la pandemia y recaerá en los países más pobres, de acuerdo con estudio de la Universidad de Naciones Unidas.
ODS 2: Hambre cero. El cierre de fronteras terrestres y aéreas, el aislamiento social estricto y la interrupción en la cadena de suministro, podrían limitar el acceso de las personas a los alimentos, especialmente en países que sufren seguridad alimentaria. En México, 20% de la población ya sufría de carencia alimentaria, moderada o severa, en 2018. De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (ONUAA), hay suficiente comida para todos y esta crisis es evitable. Al momento, el impacto ha sido mínimo y los mercados han permanecido estables, pero es probable que esté disminuyendo la producción de algunos alimentos y se limite su acceso.
ODS 3: Salud y bienestar. Al 15 de abril, la Organización Mundial de la Salud (OMS), reportó que el número de muertos a nivel global había superado los 100 mil (123 mil 10 muertes) y los casos confirmados llegaron a 1 millón 914 mil 916. En México, en la misma fecha, se reportaron 332 muertes y 5 mil 014 casos confirmados.
ODS 4: Educación de calidad. En 166 países, incluido México, cerraron los centros educativos; es decir, 87% de los niños y adolescentes inscritos en el sistema educativo no asisten a clases debido a la emergencia. Esto puede interrumpir el proceso de aprendizaje de los alumnos, pierden contacto humano y en algunos casos impacta hasta en su alimentación. Algunas actividades escolares continúan a través Internet; sin embargo, esta modalidad se dificulta para algunos sectores de la sociedad, especialmente para los que no cuentan con conexión a Internet o que tienen o no tienen equipos tecnológicos desactualizados.
ODS 5: Igualdad de género. La epidemia exacerba la feminización de la pobreza, la cuarentena incrementa la vulnerabilidad de las mujeres a la violencia doméstica y afecta la participación equitativa en la fuerza laboral. A esto se suma que las mujeres representan el 70% de la fuerza laboral de los servicios médicos, lo que las pone en mayor riesgo de contagio.
ODS 6: Agua limpia y saneamiento. Dado que una de las medidas más eficientes para evitar el contagio de COVID-19 es lavarse las manos frecuentemente por lo que es necesario garantizar el agua potable y el saneamiento para todos. En México, 95% de la población contaba con agua entubada en 2015.
ODS 7: Energía asequible y no contaminante. Si bien las empresas generadoras de energía realizan importantes esfuerzos para garantizar el suministro, la limitación de recursos y personal han generado cortes de energía durante la epidemia, lo que debilita aún más la capacidad de respuesta del sistema hospitalario. En México, 99% de la población tiene acceso a electricidad y del total de energía que consume solo el 9% es renovable.
ODS 8: Trabajo decente y crecimiento económico. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima que se podrían perder entre cinco y veinticinco millones de trabajos a nivel mundial a causa de la pandemia, mientras que el Fondo Monetario Internacional (FMI) estima una caída del Producto Interno Bruto (PIB) de 3% a nivel global. En México, tan solo del 13 de marzo al 6 de abril de 2020, se perdieron 246 mil 878 empleos formales — y aún no se ha medido el impacto en la economía informal—. Para este año, se espera una disminución del 6.6% del PIB de nuestro país.
ODS 9: Industria, innovación e infraestructura. Derivado de la pandemia, es probable que se suspendan la construcción de un gran número de proyectos que podrían ayudar a detonar el crecimiento económico en el corto plazo. A nivel global, la investigación médica y tecnológica será clave para abatir la pandemia. En México, por lo pronto, sigue en pie la construcción del Tren Maya, el aeropuerto de Santa Lucía y la Refinería de Dos Bocas.
ODS 10: Reducción de las desigualdades. El impacto económico será más grave para los más vulnerables, entre los que se encuentran las mujeres y los niños, personas con discapacidades, grupos marginados y desplazados. La pandemia ha evidenciado una vez más, el problema de distribución desigual de la riqueza. A nivel mundial, el 1% de la población se lleva casi todo el dinero y tiene cada vez más, mientras que el 40% de los más pobres obtienen menos de un 25% de los ingresos, de acuerdo con un reporte del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de Naciones Unidas. Este objetivo impactará las metas del 1, 2, 3, 4,5, 8, 11 y 17.
ODS 11: Ciudades y comunidades sostenibles. La población que vive en barrios marginales está más expuesta al contagio de COVID-19 por las condiciones de hacinamiento y falta de higiene. En México, 78% de la población (87 millones 622 mil 499 de personas) vive en localidades urbanas y el 13% de esta población (14 millones 603 mil 449 de personas) habita viviendas precarias.
ODS 12: Producción y consumo responsables. Es probable que la producción de muchos bienes disminuya a causa de la pandemia, mientras que los insumos para prevenirla, mitigarla y erradicarla aumenten exponencialmente. Respecto al consumo, se espera el abandono del uso de efectivo y se universalice los medios de pago digital; bajan los gastos en lujos y algunas compras se mantienen.
ODS 13: Adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos. Los gobiernos han centrado sus esfuerzos y recursos para contener la pandemia y la cuarentena ha disminuido la emisión de CO2 y la contaminación. Así que a menos que los gobiernos refrenden su compromiso para combatir el cambio climático, no será prioridad. Esté objetivo está estrechamente relacionado con el ODS 14 y el ODS 15.
ODS 16: Paz, justicia e instituciones sólidas. Las personas que se encuentran en países con conflictos bélicos serán probablemente, las más afectadas por COVID-19, pues estas situaciones están asociadas con debilidad institucional y baja capacidad para atender la pandemia. En México, el Instituto Nacional de Ciencias Penales (INACIPE) espera que la contingencia sanitaria altere la incidencia delictiva, exacerbando los delitos cibernéticos y saqueos masivos de tiendas departamentales. Asimismo, estima que repunte la delincuencia después de la pandemia a causa de la disminución en el ingreso de los hogares.
ODS 17: Alianzas para lograr los objetivos. Si bien el COVID-19 tiene como posible impacto el rechazo a la globalización, también pondrá en relieve la importancia de las alianzas globales.
La otra medicina contra el coronavirus
Solo la cooperación internacional podrá evitar que esta pandemia tenga los peores impactos posibles y se requieren acciones coordinadas a nivel global y no solo a nivel pa. El COVID-19 está amenazando a toda la humanidad y toda la humanidad debe ser parte de la solución[2].
Naciones Unidas hace una serie de recomendaciones:

  1. Medidas globales para enfrentar la crisis
    • Implementación de estímulos fiscales y una política monetaria que proteja la fuerza laboral, incluyendo a los trabajadores con ingresos diarios y que conforman el sector informal.
    • Evitar medidas proteccionistas que limiten el comercio internacional.
    • Implementar medidas específicas para apoyar las economías de los países en vías de desarrollo como podría ser aliviar las presiones de deuda externa para crear espacio para los estímulos fiscales.
    • Fortalecer las instancias financieras internacionales para mitigar los impactos de la crisis y promover la recuperación financiera.
    • Levantar las sanciones internacionales para asegurar que todos los países tengan acceso a comida, insumos médicos y pruebas de COVID-19.
  2. Movilización regional

2.1 Adoptar medidas políticas comerciales que no dañen, preserven la conectividad y coordinen las medidas fiscales en la región. El libre tránsito regional de bienes y servicios es esencial.
2.2 Involucrar al sector financiero para crear apoyos para las empresas.
2.3 Identificar los retos estructurales y fortalecer los marcos regulatorios en materia de comercio internacional para disminuir el riesgo de contagio trasfronterizo.

  1. Solidaridad nacional para no dejar a nadie detrás.

3.1 Implementar estímulos fiscales en favor de los más vulnerables.
3.2 Proteger los derechos humanos con especial énfasis en inclusión.
3.3 Crear medidas de apoyo para las pequeñas y medianas empresas.
3.4 Apoyar el trabajo decente.
3.5 Apoyar la educación.
3.6 Priorizar medidas de cohesión social.
Además de emitir estas recomendaciones, Naciones Unidas creó el Fondo de Respuesta y Recuperación que ayudará a financiar tres objetivos: 1) detener el avance de la emergencia sanitaria; 2) enfocarse en los impactos sociales y la respuesta económica para la recuperación; y 3) ayudar a países a recuperarse con capacidades fortalecidas. Se estima que el Fondo necesitará 1 billón de dólares en los primeros nueve meses y podrá ser ajustado de acuerdo a las necesidades surjan.
Esta crisis pasará y cuando esto ocurra será tiempo de redefinir el rumbo de la humanidad. De cada uno de nosotros depende que tengamos sociedades más incluyentes, menos desiguales y por lo tanto, menos vulnerables y más preparadas para enfrentar cualquier crisis. Ya tenemos un plan para lograrlo.
Bibliografía
Cordinación de Estrategia Digital Nacional de Presidencia de la República y el Instituto Nacional de Estadística y Geografía. (2019). “Informe de los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2019”, Sistema de Información de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, abril 16. Sitio web: http://agenda2030.mx/#/home
Summer, A. y Hoy, C. y Ortiz-Juarez, E. (2020). “Will COVID-19 lead to half a billion more people living in poverty in developing countries?”, Universidad de las Naciones Unidas, abril 16. Sitio web: https://www.wider.unu.edu/publication/will-covid-19-lead-half-billion-more-people-living-poverty-developing-countries
The Food and Agriculture Organization. (2020). “Novel Coronavirus (COVID-19”, FAO, abril 16. Sitio web: http://www.fao.org/2019-ncov/q-and-a/impact-on-food-and-agriculture/en/
The Food and Agriculture Organization. (2020). “SHARED RESPONSIBILITY, GLOBAL SOLIDARITY: Responding to the socio-economic impacts of COVID-19, ONU, abril 16.  Sitio web: https://unsdg.un.org/sites/default/files/2020-03/SG-Report-Socio-Economic-Impact-of-Covid19.pdf
Organización de las Naciones Unidas. (2020). “The Secretary-General’s UN Response and Recovery Fund”, ONU, abril 16. Sitio web: https://unsdg.un.org/sites/default/files/2020-03/SG-Response-and-Recovery-Fund-Fact-sheet.pdf
FARIZA, I. (2020). “La economía mexicana retrocederá un 6,6% en 2020, la mayor caída entre los grandes países de América”, El País, abril 16. Sitio web: https://elpais.com/economia/2020-04-14/la-economia-mexicana-retrocedera-un-66-en-2020-la-mayor-caida-de-los-grandes-paises-de-america-latina.html
[1] Pew Research Center estima que 9 de cada 10 personas en el mundo, viven en países con restricciones para viajar derivadas del COVID-19.
[2] ONU, 2020: COVID-19 is menacing all of humanity and all of humanity must fight back

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