Ciudad de México (Iliana Chávez / Energía Hoy).- A pesar de que la igualdad de género es un buen negocio para las empresas porque contribuye a mejorar sus resultados, aún falta un largo camino por convencer a los directivos de los beneficios que pueden aportar las mujeres, para que se comprometan a generar un cambio en la equidad de oportunidades entre hombres y mujeres, reconoció Aurora Aguilar Rodríguez, directora general del Centro de Estudios para el Logro de la Igualdad de Género (CELIG) en la Cámara de Diputados.
Durante una reunión con la organización Mujeres WIM (Woman in Mining) Distrito CDMX, afirmó que en el sector privado está comprobado que existe una correlación positiva entre la actividad empresarial femenina y el crecimiento del PIB. “Las empresas con más mujeres en su junta de dirección son más rentables. La igualdad de género es un buen negocio.”
El reto está en lograr un cambio cultural para que se tome conciencia sobre la importancia de establecer las mismas condiciones de desarrollo entre hombre y mujeres, no se trata de ser más que los hombres sino de tener las mismas oportunidades. Hay que cambiar las creencias y los estereotipos para avanzar en una nueva cultura y luego expandirlo a las instituciones.
En ese sentido, sostuvo que cuando el directivo de una empresa está convencido de las aportaciones que pueden hacer las mujeres, se compromete a dar esas oportunidades, incluso en el aspecto salarial -además de las condiciones laborales- cuando el pago se hace en función del puesto o del trabajo que se desempeña y no por el género.
“Cuando los hombres empiezan a trabajar con mujeres se dan cuenta de sus capacidades” y empiezan a ver que pueden contribuir con un punto de vista diferente y hacer la diferencia en la mejora de los resultados de una empresa.
Aguilar Rodríguez también señaló que el primer paso es la concientización de las propias mujeres de que sus derechos sean reconocidos y no otorgados, los derechos no se dan, se reconocen. Hay que reeducarse y empezar con cambios sencillos.
Aclaró que no se trata de ir contra los hombres y mucho menos de radicalizar el feminismo, y aún menos que las mujeres se masculinicen y se rodeen de puros hombres, griten o manoteen para mantener un estatus.
La directora general del CELIG, indicó que actualmente de los puestos de liderazgo con responsabilidad directiva 29 por ciento está ocupado por mujeres. Sin embargo, queda un largo camino por recorrer en cuanto a la participación de las mujeres en las presidencias de consejos directivos.
De los trabajadores del sector minero- metalúrgico en México, 14.9 por ciento son mujeres, lo cual supera en 13.9 por ciento al registrado en 2017, informó recientemente la Cámara Minera de México (Camimex). Además, las empresas del sector minero incorporadas a la Cámara ofrecen salarios iguales para hombres y mujeres. “Es una muy buena señal que la industria minera mexicana esté adoptando políticas encaminadas a la igualdad de género”, señaló Aguilar Rodríguez.
Durante la conferencia, mencionó que: “Uno de los grandes avances de la igualdad de género en nuestro país se puede apreciar en la Cámara de Diputados. En 1952 el 99.4 por ciento de los diputados eran hombres. En la actual legislatura 48.3 por ciento son mujeres”.
El evento también fue el arranque de la gestión de Nallely Flores como nueva presidenta de Mujeres WIM Distrito CDMX. Mujeres WIM de México es una organización –con respaldo internacional de International Women in Mining– que tiene como objetivo principal el impulsar la equidad de género y apoyar el desarrollo de las mujeres que forman parte del sector minero.
Empresas con más mujeres directivas son más rentables; 14.9% en el sector minero-metalúrgico son mujeres: Woman in Mining
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