Escrito por: Opinión, Pablo López Sarabia

Reto de AMLO: Disciplina fiscal con mayor inversión pública


Una agradable sorpresa se dio en la elección presidencial de México, todos los actores asumieron su responsabilidad con madurez, situación que no es normal en la política nacional. Tampoco se generó una volatilidad en los mercados, ya que siguen neutrales y descifrando las primeras palabras del virtual presidente electo, Andrés Manuel Lopez Obrador; sin duda, se trata de un triunfo de la ciudadanía y la democracia.

En la elección presidencial del pasado 01 de julio tuvimos un ganador indiscutible, la ciudadanía. Más de un millón 400 mil mexicanos tuvieron en sus manos la responsabilidad de recibir y contar los votos de millones de mexicanos que salieron de manera entusiasta y masiva a depositar el voto por el candidato de su preferencia, una verdadera fiesta democrática. Al cierre de las casillas y con las primeras encuestas de salida dadas a conocer por los medios de información (hay que reconocer el profesionalismo que tuvieron en la cobertura informativa y el cuidado metodológico en las encuestas divulgadas), se dio la gran sorpresa de la jornada, los candidatos con desventaja en las encuestas concedieron la victoria al puntero, Andrés Manuel López Obrador, con toda claridad y de manera temprana, generando un entorno de gran institucionalidad y espíritu democrático sin precedentes en la historia reciente de México. Sin lugar a dudas, la masiva participación de los ciudadanos en un clima de paz y tranquilidad; así como las formas inéditas que tuvieron los candidatos rezagados en las preferencias electorales, contribuyeron a que no se tuviera un sobresalto en los mercados, cancelando los peores escenarios planteados antes de la elección.

Más que nunca, la expresión de que “la forma es fondo” se reflejó en los candidatos presidenciales. José Antonio Meade mantuvo la congruencia de un hombre preparado, pero sobre todo honesto y sincero. Su discurso de concesión de la victoria a Lopez Obrador, pasará a la historia por mandar un mensaje conciliador, institucional, digno y emotivo. El discurso se recordará como el punto de partida de la refundación del PRI y a la altura del que hiciera Luis Donaldo Colosio en el monumento a la Revolución el 6 de marzo de 1994. En relación al candidato Ricardo Anaya, también concedió el triunfo a López Obrador después de comunicarse telefónicamente con él para felicitarlo. El candidato Anaya reconoció que, a pesar de algunas irregularidades, no se demerita el triunfo del puntero. Finalmente, Jaime Rodriguez Calderón “el Bronco” reconoció el triunfo del candidato de izquierda y su disposición a trabajar con la nueva administración.

El candidato ganador mostró mesura en sus primeras palabras, reconociendo que se trata de un día histórico y el inicio de la cuarta transformación de la vida pública. Destacó su respeto por quien voto por otro candidato y partido; además de reconocer a los candidatos Meade, Anaya y Rodriguez por su madurez al reconocer su triunfo. Andrés Manuel expresó que el nuevo proyecto de nación establecerá una auténtica democracia y que realizará cambios profundos, pero siempre respetando el marco de la ley. Señaló un cambio en la estrategia contra la violencia y su énfasis contra la corrupción, además de concentrar sus políticas en beneficio de los más pobres. Andrés Manuel López Obrador aspira a ser uno de los mejores presidentes de México, teniendo como hilo conductor la rectitud y justicia, no robar, no mentir, no traicionar al pueblo. Los dos primeros discursos del virtual ganador apuntaron a reforzar la estabilidad económica y resaltar los elementos sociales que tendrá su administración.

El mensaje económico enviado por el virtual presidente electo mantiene a los mercados neutrales y descifrando las nuevas señales y lenguaje económico que usará la administración de Andrés Manuel Lopez Obrador. Los inversionistas nacionales e internacionales parecen mostrar cautela positiva, ya que el tipo de cambio se mantiene en rangos de 20 pesos por dólar (una ligera depreciación, consistente con el fortalecimiento del dólar, más que a la elección en si misma) con una volatilidad cambiaria a la baja (implícita a 1 mes) y el mercado accionario con un avance positivo. La curva de rendimiento local con un aumento marginal, al tiempo que el riesgo crédito de México medido por el CDS a 5 años muestra un incremento, pero en niveles significativamente por debajo del máximo alcanzado en noviembre de 2016. La comunicación será un elemento clave para los mercados, así que el equipo económico de transición encabezado por el académico Carlos Manuel Urzúa Macías y el empresario Alfonso Romo Garza deberán instrumentar una política de comunicación similar a la que realizan los bancos centrales, a fin de afianzar la confianza entre los inversionistas.

Los actores económicos parecen haber recibido de manera positiva (un buen gesto del Consejo Coordinador Empresarial de mostrar su disposición al diálogo y sumar con la nueva administración), las palabras de Lopez Obrador en el sentido de que mantendrá el respeto a las instituciones y el estado derecho, el combate frontal a la corrupción y anteponer el bienestar general sobre los intereses individuales y de grupo. En materia económica fue enfático en respetar la libertad empresarial, la autonomía del Banco de México, la disciplina financiera y fiscal. El reconocer los compromisos económicos y financieros que tiene el país, evitar el endeudamiento, reducir el gasto corriente, aumentar la inversión pública; al tiempo que no aumentarán los impuestos en términos reales (los incrementos que ocurran sólo serán en términos nominales debido a los ajustes inflacionarios). Las interrogantes que se mantienen, es como tener una disciplina fiscal, en un entorno de menores impuestos y mayor inversión pública; además de un aumento en los apoyos económicos a grupos vulnerables y la dotación de una pensión universal. Como se financiarán los proyectos productivos de norte a sur del país, la manera de evitar el aumento a los precios de la gasolina (los costos dependen de referencias internacionales muy volátiles, así como problemas internos de baja capacidad de almacenamiento y altos costos de logística). Entre los temas que no mencionó explícitamente Lopez Obrador se encuentra el futuro de las reformas estructurales (en materia energética si fue claro que se revisaran contratos por la vía institucional en caso de presentar irregularidades) y le renegociación del TLCAN, temas cruciales en materia económica.

Los meses por venir serán de gran entusiasmo, pero debe acompañarse de trabajo y disciplina, ya que las expectativas de los ciudadanos son amplias, pero creo que el primer paso se ha dado, una elección democrática y pacífica. Es hora de pasar de las propuestas de campaña a la instrumentación de las mismas; todo apunta a una transición ordenada que será el punto de partida para que la nueva administración pueda desarrollar su proyecto con una eventual mayoría en el Congreso. El camino está listo, ahora los ciudadanos debemos mantener nuestra presencia entusiasta, crítica y propositiva; sumando, pero también siendo un contrapeso a cualquier exceso, los mercados seguramente harán su trabajo.

Nota: Con información a las 9 de la mañana del 02 de julio de 2018.

Por Dr.Pablo López Sarabia, Profesor-Investigador de la Escuela de Ciencias Sociales y Gobierno del Tecnológico de Monterrey, Campus Santa Fe

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