La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, aprobó mediante decreto el Programa Sectorial de Energía 2025-2030, documento que marcará la política energética del país durante el sexenio y que coloca como ejes centrales la autosuficiencia, la soberanía y la seguridad energética. El decreto fue publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF).
De acuerdo con el documento, corresponde al Estado la rectoría del desarrollo nacional para garantizar un crecimiento integral y sustentable, que fortalezca la soberanía, impulse el empleo y promueva una distribución más equitativa del ingreso.
En ese marco, el Programa Sectorial de Energía se alinea con el Plan Nacional de Desarrollo 2025-2030, particularmente con el eje de desarrollo sustentable y con los ejes transversales de igualdad sustantiva, innovación tecnológica y respeto a los derechos de los pueblos indígenas y afromexicanos.
El decreto establece que el Programa será de observancia obligatoria para todas las dependencias y entidades de la Administración Pública Federal. La Secretaría de Energía (Sener) será la encargada de coordinar su implementación y seguimiento, con la participación de la Secretaría de Hacienda y la Secretaría Anticorrupción y Buen Gobierno.
Planeación energética y fortalecimiento del Estado
Como eje transversal, el Plan introduce la planeación energética vinculante como una tarea de Estado. Este enfoque coloca a la Sener como rectora del sector, con la responsabilidad de articular a Pemex, la CFE y los organismos del sistema energético, garantizando la prevalencia del Estado y orientando la política pública hacia la autosuficiencia, la transición sustentable y la justicia energética.
En el diagnóstico del Programa, el gobierno reconoce que la alta dependencia de importaciones de petrolíferos ha debilitado la autosuficiencia energética. Ante este escenario, el objetivo prioritario es optimizar la infraestructura existente y concluir proyectos estratégicos que fortalezcan la cadena de valor de los hidrocarburos.
Entre 2019 y 2024, se rehabilitaron seis refinerías del Sistema Nacional de Refinación —Salamanca, Minatitlán, Ciudad Madero, Cadereyta, Salina Cruz y Tula—, lo que permitió que en 2024 Pemex alcanzara un procesamiento de 906 mil barriles diarios de crudo. A ello se suma la Refinería Olmeca, en Dos Bocas, Tabasco, que inició operaciones en junio de 2024 con una capacidad instalada de 340 mil barriles diarios, la primera refinería construida en México desde 1979.
Según el documento, estas acciones contribuyeron a reducir el déficit nacional de petrolíferos. La dependencia de importaciones de gasolina y diésel pasó de 917 mil barriles diarios en 2018 a 729 mil barriles diarios en 2024, considerando tanto importaciones de Pemex como de privados.
Petroquímica, fertilizantes y gas: retos estructurales
El Programa Sectorial identifica a la petroquímica como uno de los segmentos más afectados por el abandono histórico. La producción de Pemex cayó de 15.6 millones de toneladas en 2010 a 4.8 millones en 2024, lo que generó una balanza comercial deficitaria.
Aunque en 2024 la producción solo creció 2% anual, el Plan plantea impulsar la inversión estatal para reactivar este eslabón industrial, integrarlo a cadenas de valor y fortalecer sectores como el agroalimentario mediante la producción de fertilizantes.
En este rubro, la administración federal destacó que la producción de fertilizantes pasó de niveles marginales en 2018 a 1.78 millones de toneladas en 2024, tras la reactivación de plantas en Cosoleacaque, Lázaro Cárdenas y la mina fosfórica de Baja California Sur. Para el periodo 2025-2030 se contempla una inversión superior a 8 mil millones de pesos, con el objetivo de alcanzar una producción anual de 1.6 millones de toneladas de urea y 1.5 millones de toneladas de fertilizantes fosfatados.
El gas natural fue señalado como uno de los principales desafíos. En 2024, cerca del 70% del consumo nacional —8 mil 845 millones de pies cúbicos diarios— se cubrió con importaciones, principalmente de Estados Unidos. La meta del Programa es elevar la producción nacional hasta 5 mil millones de pies cúbicos diarios y reducir la dependencia externa en 20%.
El Plan también aborda la quema y el venteo de gas natural, que en 2024 representaron alrededor de 363 millones de pies cúbicos diarios. Para ello, se plantean proyectos orientados a maximizar el aprovechamiento del gas, reducir emisiones de metano y avanzar en eficiencia energética, con una meta de reducción de la intensidad energética nacional de 2.9% anual hasta 2036.
Transición energética y metas climáticas
En materia de transición energética, el documento reconoce que los combustibles fósiles aún dominan la matriz energética, con alrededor del 82% de la producción de energía primaria. No obstante, destaca la reducción del uso de carbón y el incremento de las energías renovables, que ya aportan 16%.
Hacia 2030, el objetivo es que la generación eléctrica con energías limpias represente entre 38% y 45% del total, en concordancia con los compromisos climáticos internacionales asumidos por México. Con ello, el gobierno busca equilibrar la seguridad energética con la transición hacia un modelo más sustentable.
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