El Plan Nacional de Energía (PNE) 2050 de Brasil, contempla la penetración del 45% de fuentes renovables en su matriz energética en el corto plazo
Las autoridades en materia energética de Brasil publicaron el plan nacional de energía para la nación rumbo al 2050. Entre otras cuestiones, contempla que el 80% de la generación eléctrica sea a partir de fuentes renovables (45% en 2030).
Así, el Ministerio de Minas y Energía (MME) de Brasil en colaboración con la Empresa de Investigación Energética (EPE), elaboraron una estrategia que se integra por cuatro ejes primordiales; seguridad energética, rentabilidad en inversiones, acceso a la población y criterios socioambientales.
El objetivo de este plan, de acuerdo con el titular del MME, Bento Costa, es el de fungir como un instrumento de gran valor tanto para el gobierno como para la sociedad; con especial énfasis en el sector privado del sector. Y servirá de base para el desarrollo de programas y políticas vinculadas al rubro energético. Y derivado de ello, se prevé que Brasil pueda ser exportador neto de energía en lo futuro.
Sector de renovables
El plan pretende que Brasil diversifique su matriz energética interna, con un combinado de las 4 fuentes actuales; petróleo, gas natural, caña de azúcar e hidroeléctrica. Asimismo, la participación de fuentes totalmente renovables en la matriz deberá alcanzar el 45% para el 2030; con un considerable incremento en la generación solar.
Para ese mismo año, se busca que el consumo de energía per cápita se incremente en un 6.5%, en comparación a los últimos registros. Finalmente, y derivado de que la presencia de las industrias de la transformación y de servicios verán un aumento; la tendencia será la de ir electrificando toda la matriz energética de Brasil.
No obstante, para el crecimiento de la energía solar, el PNE vislumbran dos retos importantes. La variabilidad en la generación eléctrica, y la acumulación de residuos de equipos fotovoltaicos. Para ello, se establecerá un programa de reciclaje que se ocupe del tratamiento de la tecnología que ya no sea de utilidad en su momento (miles de millones de módulos solares). Además de la adquisición de equipo que tenga una vida útil de por lo menos 25 años.
Foto: Ministerio de Minas y Energía de Brasil
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