El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, provocó una nueva escalada diplomática y política con Venezuela tras asegurar que el gobierno del presidente Nicolás Maduro “robó” derechos petroleros y activos energéticos que, según él, pertenecen a Estados Unidos.
Sus declaraciones se dieron en medio de una serie de medidas duras contra Caracas, incluida la orden de bloqueo de buques petroleros y sanciones económicas adicionales, lo que ha generado reacciones tanto nacionalistas como de rechazo internacional.
“Nos quitaron nuestro petróleo y lo queremos de vuelta”
Trump afirmó que Venezuela arrebató sus “derechos energéticos” y lanzó una condición tajante: exigir la devolución de “todo el petróleo, tierras y otros activos” que, aseguró, fueron tomados “ilegalmente” por el régimen chavista.
Estas afirmaciones se suman a la orden del gobierno estadounidense de imponer un bloqueo total a todos los petroleros sancionados que entren o salgan de puertos venezolanos, una medida que Caracas calificó como una violación del derecho internacional.
Trump y sus asesores han vinculado además estas acusaciones con temas de seguridad, señalando que los ingresos petroleros presuntamente “robados” han servido para financiar narcotráfico, terrorismo y organizaciones criminales, argumentos que –de acuerdo con especialistas citados por medios como The New York Times– buscan reforzar el apoyo interno a un enfoque más agresivo hacia Venezuela.
Reacción en Venezuela y el llamado al nacionalismo
La respuesta de Caracas fue inmediata. La Fiscalía, la Contraloría y la Defensoría del Pueblo de Venezuela calificaron las declaraciones de Trump como una “amenaza aberrante”, acusándolo de violar la soberanía y el derecho al comercio libre. Las principales instituciones del Estado hicieron un llamado a países de América Latina a solidarizarse con Venezuela ante lo que describieron como una “arremetida imperial”.
Además, el gobierno de Maduro denunció que Estados Unidos impulsa una estrategia para desestabilizar su administración con el objetivo de controlar los recursos energéticos venezolanos, una narrativa que sectores nacionalistas del país han aprovechado para reforzar un discurso de resistencia frente a lo que consideran una injerencia extranjera.
Escalada de tensiones y posibles implicaciones
El entorno geopolítico en la región se ha tensionado notablemente. La orden de bloqueo y las sanciones financieras se suman a un aumento de la presencia militar estadounidense en cercanía a las aguas venezolanas, así como a acciones como la incautación de un petrolero venezolano sancionado por Washington. Estas medidas han suscitado preocupación sobre la posible expansión del conflicto fuera del ámbito diplomático.
En Estados Unidos, el tema ha encendido el debate interno sobre el alcance del poder ejecutivo y los límites legales de las acciones en el extranjero, mientras que en Caracas diversas voces políticas y sociales llaman a la unidad nacional frente a lo que definen como una nueva etapa de confrontación entre los dos países.
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