Crear valor es una frase en la jerga empresarial y tecnológica muy del estilo commodity
Tecnología sobre Tiempo
Erick Ortiz Vega
Socio fundador de Sulvolta
La mayoría de las veces es una frase tan hueca que, desde los inversionistas, pasando por los stakeholders y los consumidores finales, asumen que es parte de un discurso de venta decorativo que no conduce a algo accionable y tangible.
Empresas tecnológicas han surgido y crecido desde la primera burbuja dot-com. Algunas perecieron y otras han sorteado no solo la evolución tecnológica en sí misma, sino al incomprensible e irracional mercado. De las sobrevivientes, es innegable que muchas fueron creadas con el único objetivo de ser generadoras de renta, dicho de otro modo, vender por vender.
Ahora que estamos presenciando los días en que la nueva burbuja tecnológica está por terminar, y el fin del mercado alcista de los últimos años así lo indica, podría ser buen momento para más allá de entrar en pánico, perder la esperanza, convertirse a una filosofía sin fin de lucro, budista o anticapitalista en el caso extremo, reconsiderar el significado de la frase crear valor.
Crear valor no es lo mismo que fijar un precio. Históricamente, las definiciones de valor y precio están asociadas a los conceptos de valor de uso y valor de cambio. El valor de uso de una mercancía se entiende como la satisfacción que su posesión da a una persona y el valor de cambio de una mercancía se entiende como la cantidad de otras mercancías que se pueden obtener a cambio de ella.
Aristóteles decía que una de las maneras para que las personas pudieran adquirir bienes era a través del intercambio. Y para que éste fuera justo, lo que se entregaba debía ser igual a lo que se recibiera. Para el filósofo, el intercambio hace evidente que los hombres necesitan unos de otros y, por lo tanto, dicho intercambio debía realizarse a un precio justo.
Aristóteles introdujo los conceptos de valor de uso y valor de cambio, desde su preocupación por motivar la construcción de una sociedad justa.
Dentro de ese marco conceptual, el fin del mercado alcista de los últimos años puede generar varias incógnitas alrededor del valor. Por ejemplo, basta con recordar que el mercado NASDAQ ha caído 27% YTD al 9 de mayo del presente año. Algunos casos del comportamiento de las acciones de empresas tecnológicas, en lo que va del 2022, a saber: Nvidia -40%, Apple -14%, Google -21%, Microsoft -20%, Amazon -33%, Meta -40%, Netflix -70%, Spotify -58%, Zoom -48%, Cisco -21%.
Luego entonces, ¿los precios de estas compañías tecnológicas son justos? ¿El valor de sus productos son justos?
Las empresas tecnológicas arriba mencionadas, todas sin excepción, son importantes en nuestro acontecer profesional; incluso en nuestro día a día desde la perspectiva social y de entretenimiento. De esta manera, ¿por qué esto no les ha sido suficiente para mantener el precio de su acción?
No se puede soslayar que sus innovaciones han conducido hacia una nueva forma de comunicación, convivencia y desarrollo humano más allá del tecnológico. ¿Pero acaso con toda su oferta, su valor de cambio es injusto?
Ahora mismo el mercado bearish dice que sí. Y como escribiera Luis Gonzali, director de inversiones de Franklin Templeton México, en un tuit recientemente: “Mientras se sigan vendiendo productos sin valor de uso, significa que aún hay liquidez que drenar del mercado”.
La justicia es la virtud social por excelencia, de acuerdo con Aristóteles; por lo que los intercambios deben realizarse a un precio justo. Hacer el bien a otros, para que ellos también ganen.
Se dice que viene un reacomodo de un nuevo orden económico. El sistema monetario fiduciario ya no es suficiente. Sin embargo, un componente importante del precio de los productos es la confianza en las empresas que soportan las marcas. Así que, el sistema fiduciario se ve complejo que cambie de la noche a la mañana, con la salvedad que se reacomoden los conceptos de valor de uso y valor de cambio.
Tal vez solo sea la irracionalidad del mercado, pero me gusta pensar más que detrás de un efecto, hay una racionalidad humana como causa, aún en el mercado accionario.