Lo que sucede en el mercado energético tiene un fuerte impacto a nivel global; y está empezando a afectar la cadena de valor de otros productos
Carlos Rafael Murrieta Cummings
Socio de Iraltus
La paralización de actividades durante los primeros meses de la pandemia provocó una caída histórica en el consumo de energía; lo que causó una sobre oferta de gas natural, de combustibles líquidos y de carbón, entre otros energéticos; lo anterior, se reflejó en una fuerte caída de los precios y de la producción.
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A finales del 2020 sucedieron los primeros signos de recuperación económica con el regreso a las actividades industriales; lo que demandó un mayor consumo de energéticos. Se generó un efecto rebote, ya que la producción aún no se encontraba lista para satisfacer la demanda creciente; haciendo que los precios de algunos energéticos, como el gas natural y el carbón, aumentaran de manera importante.
Precio del gas natural
En octubre del 2021, el precio del gas natural alcanzó los valores más altos en los últimos 13 años: los precios internacionales del gas natural en Europa y del gas natural licuado (GNL) en Asia reportaron máximos históricos en la primera semana de octubre, alcanzando valores de 40 dólares por millón de unidad térmica británica (USD/MMBtu) y 35 USD/MMBtu, respectivamente. Por su parte, los precios del gas natural en Estados Unidos se han triplicado, con respecto a octubre del año pasado.
También, el desajuste en precios está originando un desplazamiento en las preferencias de consumo dentro del mercado de energéticos hacia el uso de carbón en sustitución del gas natural para la generación de electricidad, a pesar de que los precios de este energético también se han visto afectados. Las centrales eléctricas chinas a base de carbón, el mayor productor y consumidor de este producto, cuentan con inventarios muy bajos, ocasionando que los precios internacionales se hayan quintuplicado durante el último año.
¿Cómo repercute la oferta y la demanda?
El alza en los precios no es el resultado de un evento aislado, deriva de una combinación de factores que afectan la oferta y demanda y que han ido modificando gradualmente los mercados globales durante el transcurso del último año. La recomposición de los mercados se presenta a nivel global. Se ha registrado un aumento en la demanda de GNL en Asia y América Latina, liderados por China y Brasil, respectivamente, con el consecuente incremento en las importaciones de este producto.
Por su parte, la escasez de suministro de carbón en China, el incremento en la demanda de GNL por parte de los sectores eléctrico e industrial en Japón y una menor producción de las centrales nucleares en Corea del Sur son las principales razones del aumento en las importaciones de GNL.
A su vez, Brasil ha experimentado una de las peores sequías de los últimos tiempos, lo que incentivó el consumo de gas natural para la generación eléctrica con el objetivo de compensar la drástica caída en la producción hidroeléctrica. En los primeros nueve meses del 2021, las importaciones de GNL en Brasil han promediado 800 millones de pies cúbicos al día (MMpc/D), mientras que en el mismo periodo del año anterior las importaciones promedio no sobrepasaban los 100 MMpc/D.
Además, en Europa el almacenamiento de gas natural se encuentra por debajo del promedio de los últimos años y a medida que se acerca el invierno, crea un riesgo adicional en la garantía de suministro de este producto. La situación ha provocado que los precios alcanzaran un máximo histórico en el mes de octubre y que los inventarios se situaran al 77% de su capacidad, lo que significa casi una quinta parte menos de lo que se tenía en el 2020.
Mercado de carbón
Aunado a todo lo anterior, el mercado de carbón ha sufrido cambios tanto por el lado de la oferta como por el de la demanda y, como ya dijimos, han impactado en sus precios, independientemente de las dificultades logísticas que se han presentado. No podemos dejar a un lado los acuerdos medioambientales establecidos en la cumbre de las Naciones Unidas a finales del 2020, que ponen freno al uso y a la producción de carbón e incentivan la implementación de energías renovables y gas natural.
Sin embargo, lo que sucede en el mercado energético tiene un fuerte impacto a nivel global y está empezando a afectar la cadena de valor de otros productos. John Baffes, economista superior en el Grupo de Perspectivas del Banco Mundial afirma que el incremento en el precio del gas natural y el carbón también ha limitado la producción de fertilizantes, con el consecuente impacto en precios, por lo que el costo de los insumos para los principales cultivos alimentarios ha sufrido el mismo comportamiento; la producción de algunos metales, como el aluminio y el zinc, ha disminuido a raíz de los altos costos de la energía.
Impacto en las cadenas de suministro
Finalmente, el desequilibrio del mercado energético y la recomposición de sectores económicos impactará en las cadenas de suministro, no solo en el corto plazo. Cada vez es más urgente la implementación de políticas que fomenten el uso de fuentes de energías limpias y más estables; que den mayor certidumbre hacia una recuperación sostenible.