Nuestros gobiernos decidieron dejar el transporte público en manos de las organizaciones sindicales… con baja institucionalidad
El transporte público en México no avanza debido a su falta de institucionalidad, confirmó Moisés López Cantú, doctor en políticas públicas y especialista en sistemas urbanos, durante su participación en el encuentro virtual “Reglas claras y finanzas balanceadas en sistemas de transporte público”; una entrega de Videocafé series de Latam Mobility.
A este respecto, Moisés López declaró que el transporte publico mexicano es una competencia que no está asignada a la nación; en ninguno de los tres órdenes de gobierno que marca la Constitución federal. En consecuencia, son los estados en solitario los que asumen el reto de implementar el transporte público en sus ciudades.
“Esto es importante, porque la nación no tiene ninguna obligación formal de apoyar o desarrollar, el transporte público en las ciudades. Cuando el gobierno tiene voluntad, acude a las instancias o vertientes medioambientales o de infraestructura o de desarrollo urbano; pues no hay un ente que se ocupe específicamente de la gestión del transporte público urbano”.
De acuerdo con Moisés López, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) atiende lo que tiene que ver particularmente con el transporte entre ciudades, las carreteras y autopistas; no tiene injerencia ni competencia sobre el transporte público en las ciudades. Cuando se implementan programas de transporte citadinos, las funciones se reparten entre la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat); la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu); y la SCT. Finalmente, en cuanto a presupuesto, el mayor rol se lo lleva la SCT; lo que es bueno para ellos, pero no precisamente para el servicio en las ciudades, aclaró López Cantú.
“Cuando ha habido programas, han estado muy vinculados al tema ambiental. No es que sean malos, pero la historia nos dice y me refiero específicamente al Programa de apoyo federal al transporte masivo (Protram); el cual resultó un esquema relativamente débil. Muy exitoso en promoción, con cerca de 60 proyectos y todos fracasaron”, señaló el también ingeniero civil.
En palabras de López Cantú, la razón primordial de la poca o nula evolución del transporte público es la falta de institucionalidad.
“Esto tiene su origen hace 60 o 70 años, en donde simple y llanamente nuestros gobiernos decidieron dejar el transporte público en manos de las organizaciones sindicales. Me estoy refiriendo a la época de partido único, y por lo tanto, los instrumentos que perviven o son permisos o son concesiones, pero siempre discrecionales; con baja institucionalidad, en donde el gobierno decide que los riesgos los corran los privados”, afirmó Moisés López.
Apoyo institucional y tecnológico para el transporte público en México
En su oportunidad, Juan Carlos González, jefe de gabinete del Ministerio de Transporte de Chile; y también parte del panel, señaló que el tema institucional es una de las claves para que un sistema pueda funcionar adecuadamente.
“Normalmente los sistemas de transporte público tienen una fortaleza porque están estructurados en empresas públicas o en sociedades anónimas de propiedad pública; tienen un gobierno corporativo, una continuidad en su políticas y proyectos, pues son inversiones de alto calibre. Hacer un sistema de metro es decidir cómo va a estar estructurada la ciudad por un buen tiempo”, declaró Juan Carlos González.
Asimismo, Moisés López asegura que el tema esencial en el desarrollo de los sistemas de transporte publico es la manera en que los gobiernos la abordan. Debe ser un servicio público que necesita ser progresivo en cantidad y calidad; con reglas y regulaciones, y una institucionalidad fuerte y estable.
Finalmente, López Cantú hizo hincapié en la alternativa que ofrece la tecnología; en pro de modernizar el servicio de transporte público, a falta de subsidios o de inversiones privadas en infraestructura.
“Debemos hacer llegar a los usuarios ese estándar de calidad, y hoy podemos hacerlo a través de las aplicaciones. Hoy los usuarios pueden saber cuanto les falta para llegar, cuál unidad deben tomar; cuál es el valor de la cadena de viajes, y eso implica un cambio fundamental en la perspectiva de los reguladores. No es la estructura, no es el material rodante, es el servicio”.
El panel estuvo igualmente integrado por Angélica Duque, jefa de Planeación Financiera del Metro de Medellín; por Arturo Ardila, economista principal de transporte para el Banco Mundial; Juan Sebastián Marmolejo, VP Legal de Sumatoria Banca de Inversión de Colombia; y por Jorge Suárez, asesor en Latam Mobility, como moderador.
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