Este 22 de julio se conmemora el Día Mundial del Cerebro, con el eslogan “Salud cerebral para todas las edades”; con el objetivo de generar conciencia sobre la importancia de cuidar y entender la salud cerebral, resaltando la complejidad y centralidad de este órgano. Esta efeméride es promovida por la Federación Mundial de Neurología (WFN) desde 2014, para conmemorar la fundación de dicha organización, el 22 de julio de 1957.
El eslogan de este año enfatiza que la salud cerebral es esencial en cada etapa de la vida, además de reflejar las diferencias regionales y los desafíos únicos que enfrentan los distintos grupos de edad en todo el mundo. Además, el Día Mundial del Cerebro 2025, de acuerdo con Wolfgang Grisold, presidente de WFN, se alinea con las iniciativas de la Organización Mundial de la Salud (OMS); y cuenta con el apoyo del Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas (ECOSOC).
El órgano más complejo de todos, nuestro cerebro
Con alrededor de 86 mil millones de neuronas y un número incalculable de conexiones sinápticas, el cerebro humano no solo procesa información, sino que también es el asiento de nuestras emociones, razonamientos; memoria y creatividad, en suma, de lo que somos como seres humanos.
Una de las características más fascinantes del cerebro es su capacidad para cambiar y adaptarse a lo largo de la vida, un fenómeno conocido como plasticidad neuronal. Este proceso no solo sostiene nuestra memoria, sino que nos permite aprender y modificar nuestro comportamiento de forma constante. Sin embargo, dicha complejidad también plantea grandes desafíos a la ciencia: entender cómo esas miles de millones de células interaccionan para dar lugar a la conciencia y las funciones cognitivas aún está muy lejos de ser un logro alcanzado.
Por otra parte, el aumento de la esperanza de vida en la humanidad impone una nueva urgencia: preservar la funcionalidad cerebral para evitar que enfermedades como la demencia afecten la identidad y calidad de vida.
Inteligencia artificial y neuronal
A nivel tecnológico, se ha empezado a comparar el cerebro con una computadora para explicar su funcionamiento, pero esta analogía tiene limitaciones claras. Una computadora ejecuta instrucciones predefinidas de manera lógica y secuencial; mientras que el cerebro es un sistema orgánico, dinámico y adaptable capaz de generar emociones, creatividad e intuición, y no solo responde a estímulos de manera fija. .
En los últimos años, grandes iniciativas como el Human Brain Project en Europa y la BRAIN Initiative en Estados Unidos han intentado simular digitalmente el cerebro humano en toda su complejidad. Sin embargo, estos esfuerzos se han topado con barreras significativas debido a la abrumadora variedad celular; la dinámica de conexiones y la dificultad para integrar datos multidisciplinarios. Es evidente que el cerebro enfrenta el desafío de comprenderse a sí mismo, pero estos proyectos allanan el camino para futuros avances en neurociencia.
It’s #WorldBrainDay!
This year, we’re shining a light on Brain Health for All Ages—because brain health matters at every stage of life, from the very beginning through aging adulthood.
Help us spread the word and share the importance of lifelong brain wellness.#WBD2025 pic.twitter.com/AnZi2TZF8D
— World Federation of Neurology (WFN) (@wfneurology) July 22, 2025
Un logro reciente en este campo es el mapeo del cerebro de ratón a nivel celular y conectivo, con cientos de miles de neuronas y millones de sinapsis registradas. Aunque estos mapas no se traducen directamente al cerebro humano, cuyo tamaño y complejidad superan ampliamente los del roedor, ofrecen pistas fundamentales para entender trastornos neurológicos y mejorar tratamientos.
Mirando hacia el futuro, la combinación entre los avances en inteligencia artificial y la creciente capacidad computacional promete revolucionar el estudio del cerebro. Herramientas como la plataforma JUPITER en Alemania permitirán simular escenarios terapéuticos más precisos y profundizar en la relación entre genes, tipos celulares y enfermedades neurológicas.
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