La termoeléctrica “Francisco Pérez Ríos”, ubicada en Tula, Hidalgo, considerada una de las principales fuentes de contaminación en la región, sustituirá el uso de combustóleo por gas natural, en un esfuerzo por reducir drásticamente sus emisiones contaminantes, anunció la presidenta de México, Claudia Sheinbaum
Contaminación alarmante exige su transformación
La termoeléctrica, operada por la Comisión Federal de Electricidad (CFE), es responsable de generar más de 1,500 megavatios de electricidad, pero también de emitir dióxido de azufre (SO₂) y óxidos de nitrógeno (NOₓ) a niveles alarmantes. Según estudios recientes, esta planta aporta hasta el 50% del SO₂ en la región. De esa manera afecta gravemente la calidad del aire y la salud de las comunidades cercanas.
La refinería Miguel Hidalgo de Pemex, vecina de la termoeléctrica, también ha contribuido históricamente al problema. Aunque su producción de combustóleo ha disminuido en los últimos años, este residuo aún representa un alto porcentaje de los combustibles refinados en la planta. Con la próxima puesta en marcha de una coquizadora, se espera una reducción significativa en la producción de combustóleo, complementando los esfuerzos de modernización de la termoeléctrica.
Se compromete a saneamiento del río Tula
Además de esta reconversión, la mandataria se comprometió a atender otros desafíos ambientales de la región. Entre ellos, el saneamiento del río Tula, afectado por descargas industriales y municipales que incumplen la Norma Oficial Mexicana (NOM-001). Lo consideró una deuda histórica con Hidalgo, por lo que busca que se convierta en una de las ciudades más limpias.
El proyecto también contempla la creación de un espacio para la economía circular en las instalaciones de una antigua refinería. Este lugar buscará convertir los residuos orgánicos en productos útiles, como pellets de carbón vegetal, y establecer plantas de tratamiento de basura para optimizar la gestión de desechos.
Con una historia de casi 50 años, la termoeléctrica de Tula inicia su transición hacia un modelo energético más limpio. Sin embargo, este cambio no será inmediato. Aunque se comenzarán las actividades este año, la transición llevará tiempo, aseguró Sheinbaum. Mientras tanto, las comunidades de Tula continúan respirando un aire que, por ahora, sigue cargado de contaminación.
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