Las ciudades necesitan aumentar su nivel de ambición en áreas como la eficiencia energética para cumplir los objetivos establecidos en la conferencia sobre cambio climático COP28 en Dubai, concluye informe de la Iniciativa de Redes Eléctricas Digitales Impulsadas por la Demanda (3DEN)
Este es el tercer informe de 3DEN, Empowering Urban Energy Transitions: Smart Cities and Smart Grids, de la Agencia Internacional de Energía (AIE). Muestra cómo la planificación urbana, la digitalización y la inversión en redes pueden ayudar a las ciudades a gestionar los impactos del cambio climático y la creciente demanda de energía.
Ciudades deben avanzar
Reducir las emisiones en las ciudades es esencial para que el mundo cumpla sus objetivos energéticos y climáticos. Además, las soluciones digitales que gestionan los patrones de consumo y optimizan la infraestructura pueden desempeñar un papel importante.
Según el informe, si bien un pequeño número de ciudades están avanzando hacia objetivos de sostenibilidad y reducción de dióxido de carbono (CO2), es necesario que otras ciudades avancen.
Actualmente, las ciudades representan alrededor de las tres cuartas partes del consumo mundial de energía y el 70% de las emisiones de gases de efecto invernadero, y su contribución aumentará. Pese a ello, sólo una de cada cinco ciudades se ha fijado el objetivo de alcanzar emisiones netas cero.
Al tiempo, las ciudades son cada vez más grandes y se espera que el crecimiento urbano para 2050 equivalga a la superficie combinada de Alemania, Italia y Japón. El cambio climático también plantea nuevos desafíos a medida que las ciudades se vuelven más grandes y más densamente pobladas, especialmente durante las olas de calor.
Electricidad
En las regiones más cálidas, el consumo de electricidad puede duplicarse en los meses cálidos en comparación con los más templados, y la refrigeración representa más del 70% de la demanda máxima de electricidad. Esto, además de la creciente electrificación del sector energético en las ciudades, a medida que más personas utilizan tecnologías como bombas de calor y automóviles eléctricos, impone tensiones sobre la infraestructura de distribución de electricidad.
Necesidad de mayor inversión
El informe concluye que las soluciones digitales, incluidas aquellas que hacen que las redes eléctricas sean más flexibles, pueden ayudar. Sin embargo, se necesita una mayor inversión. En una trayectoria global neta cero, la inversión anual en redes en todo el mundo debe más que duplicarse para 2030 a 750 mil millones de dólares. Aproximadamente el 75% del gasto tendría que destinarse a ampliar, fortalecer y digitalizar las redes de distribución, incluso en las ciudades, para mejorar la eficiencia del sistema y gestionar flujos más complejos de electricidad y datos.
Nuevas conexiones eléctricas
Asimismo, según el informe, es importante alinear mejor los cronogramas de planificación para reducir el riesgo de cortes de energía y reducir los retrasos en nuevas conexiones eléctricas para activos renovables, cargadores de vehículos eléctricos, empresas y desarrollos de viviendas. Una planificación desalineada puede retrasar el despliegue de energía renovable, limitar los esfuerzos para mejorar la eficiencia energética y generar mayores costos de electricidad para los consumidores.
Un mejor acceso y uso de los datos para la toma de decisiones también respaldaría una implementación más rápida y específica de los objetivos energéticos y climáticos y ayudaría a alinear la planificación de la ciudad y del sistema eléctrico. Las soluciones y sistemas digitales pueden ser particularmente poderosos en las ciudades. Donde los entornos de alta densidad crean economías de escala y pueden optimizar la infraestructura y crear nuevas oportunidades. El número de sensores y dispositivos conectados aumentará drásticamente para 2030, concluye el informe.
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