La clave para coadyuvar en el combate del Cambio Climático en el mundo se reduce a la planificación adecuada de la extracción de energías primarias
Ramsés Pech
Grupo Caraiva – León & Pech Architects
Recordemos, primero estuvo la naturaleza, y después el Homo sapiens.
Hoy, todos hablan del Cambio Climático y solo algunos están esperanzados en el futuro. El anhelo está en el cambio de convicción sobre el cómo tomamos de la naturaleza las energías primarias o recursos; para después usarlas en las actividades cotidianas.
A últimas fechas, he podido comprobar que el mundo está preocupado por el futuro y no por el presente inmediato; y cuando al fin se llegue a ese futuro, sucederá lo mismo que acontece actualmente.
Hay un sinnúmero de estudios, análisis, teorías, tendencias, y cálculos matemáticos, sobre el cómo podremos hacer frente al Cambio Climático. Pero ¿quieren que les diga un secreto?… acércate, “este ya fue”; desde el momento que el hombre requirió de convertir el poder calorífico de la naturaleza en energía para su uso.
Ahora lo que debes analizar y cambiar está en el comprender del cómo, para qué y cuánto debo tomar de las energías primarias para su transformación; y cuánta de ella puedo reutilizar, regenerar, capturar y aprovechar al máximo.
El mundo se está llenando de papeles, servidores y todo lo que sirva para almacenar conocimiento; y solo está quedando en eso, en una simple recolección de ideas que necesitan convertirse en algo tangible. Para ello, se requiere del dinero, el cual ha sido el valor que le hemos dado a cualquier bien que necesite desarrollarse; dijera aquel dicho “nada es gratis, todo cuesta”.
Hay una pugna en el presente para el futuro, de mantener una temperatura menor a 1.5 °C. Esto, con el objetivo de no ampliar los cambios en la naturaleza que llevan siglos realizándose, para adaptar al planeta a no perder su función principal: ser el “hábitat de todo ser vivo”.
Lo controversial hoy día, está en la disputa sobre la utilización de las energías primarias fósiles (petróleo, gas natural y carbón), para el futuro. La realidad, es que no existe certidumbre del cómo dejar de usarlas en el mediano plazo. Esto se debe a que no hay una coordinación real entre las organizaciones ambientalistas, gobiernos y el dinero; cayendo todo en una ¡doble moral!
En varios estudios analizados, tomando algunos de diferentes percepciones sobre cómo mantener la temperatura menor a 1.5 °C; concluyen en forma tácita que “las energías primarias fósiles, continuarán su utilización con base en las políticas públicas actuales, y ante la falta de certidumbre en la transición energética”; donde el dinero manda sobre los papeles escritos en los acuerdos climáticos. Las empresas solo representan en promedio el 12% del peso de sus acciones en las carteras comprometidas con el clima .
Esto se confirma con la reunión en Estados Unidos en días pasados, donde participaron varios países de América Latina, incluido México, y quienes alinearon compromisos en hacer frente al Cambio Climático; y adicionalmente, se firmó con la Unión Europea el compromiso de la reducción de metano, el cual representa aproximadamente la mitad del aumento neto de 1.0 °C en la temperatura promedio global desde la era preindustrial .
La reducción rápida de las emisiones de metano es complementaria a la acción sobre el dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero (GEI). Se considera la estrategia más eficaz para reducir el calentamiento global a corto plazo y mantener a nuestro alcance el objetivo de limitar el calentamiento a 1.5 °C.
Uno de los sectores en donde se requerirán inversiones para reducir lo anterior, será la industria de las energías primarias fósiles. Estas, deberán adoptar tecnologías que mejoren la combustión, al tener mejores aditivos a los combustibles como oxigenantes o combustibles renovables; para cualquier motor que requiera realizar una combustión.
La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) tendrá contemplado dar más presupuesto a las empresas productivas del Estado (EPE); no solo para operar, sino deberá para hacer frente a los compromisos adquiridos en la reducción del metano.
El mensaje que debemos de considerar en la nueva diplomacia ambientalista, creada en este siglo XXI, es que “la crisis climática también presenta oportunidades económicas reales e increíbles para crear puestos de trabajo y elevar el nivel de vida de las personas en todo el mundo”. Esto refiere que el crecimiento económico entrará en la variable en el PIB; sobre cuántos bienes y servicios finales de una nación en un determinado periodo estarán relacionados con las inversiones para hacer frente a los cambios en la naturaleza.
La naturaleza ha cambiado, no por deseo propio, sino por una forma del cómo proteger al planeta; y esto es sinónimo de adaptación continua de cualquiera ser vivo sobre la faz de la Tierra. Hay países que tiene fondos para desastres, otros los eliminan y algunas regiones los crean; ante la falta de embates constantes y que repercuten en forma directa en el gasto no programado por las naciones.
Un ejemplo de esto es la reciente Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), en la cual se creó un fondo para contingencias ante el Cambio Climático; y de los 30 países que participaron, solo el 67% mencionó su preocupación .
El problema de mantener una temperatura adecuada para el planeta no radica hoy día sobre qué energías primarias se utilizan; está en la coordinación de las políticas públicas en su aplicación y sobre todo en una adaptación continua para reducir los contaminantes. Pero, para ello, todos en el mundo requerirán del dinero y la parte pública tiene un límite finito para poder cubrir el todo.
El ser humano por evolución o convicción propia nunca podrá ser humilde; en el reconocer a la naturaleza, en que es parte de ella y no ella de él.
La naturaleza es entonces humilde para el mundo.
►TAMBIÉN PUEDES LEER►¿CÓMO SE ENCUENTRA PEMEX ACTUALMENTE?