El accidente del 3 de mayo en el Sistema de Transporte Colectivo Metro es un ejemplo de la precaria situación de sus instalaciones y de la indolencia en su máxima expresión
Santiago Barcón
Especialista en Código de Red
Triste despertar con la noticia de la caída del Metro y la pérdida de vidas de compatriotas. Más triste aún el hecho de que escribo esta columna usando una buena parte de un artículo correspondiente a enero; después del incendio, en las instalaciones centrales, que ocasionó que millones de personas quedaran varadas. Entonces nos encontrábamos en uno de tantos picos de la pandemia con lo que la falta de servicio del Metro abarrotó los servicios alternativos de transporte y favoreció en forma muy importante la propagación del “bicho”.
Primera colaboración de Natalia Lococo. @SENER_mx @CONUEE_mx @SEMARNAT_mx @CFEmx @CanalCongreso https://t.co/PsSrfyfWRp
— Santiago Barcón (@sbarconenergia) May 10, 2021
Se pensaría que cualquier persona con dos dedos de cerebro hubiese iniciado una revisión del sistema, para garantizar que no se repitiera la tragedia. No tan solo se mantuvo el status quo sino que se ignoraron las alertas que dieron los usuarios de la Línea 12.
Más sorprendente es lo que dice la página del Sistema de Transporte Colectivo Metro (STCM) sobre su directora general, Florencia Serranía.
“Cuenta con estudios profesionales en Ingeniería Mecánica en la Universidad Nacional Autónoma de México y realizó estudios de maestría y doctorado en el área de Ciencias Materiales por la University of London. Ha sido becaria del Consejo Británico y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt)”, se lee.
Espero que sí haya pagado su beca, porque de plano no aprendió nada o, prefiere la comodidad de su escritorio. El problema de los “ingenieros” que se vuelven ratones de biblioteca.
Su superior, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, “no canta mal las rancheras”. Es licenciada en Física en la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); maestra y doctora en Ingeniería en Energía en la Facultad de Ingeniería de la UNAM.
Aunemos que la línea fue construida por Carso, entre 2018 y 2019. Y tenemos al frente de dicha emoresa a un ingeniero civil, también de la UNAM, Carlos Slim. Que por cierto, ahora busca participar en el Tren Maya. El empresario es académico correspondiente de la Real Academia de Ingeniería (RAI) en España. Durante su nombramiento comentó: “este reconocimiento es para mí un estímulo para continuar trabajando de manera intensa en esta profesión tan significativa universalmente”.
Termino con una experiencia profesional que me marcó. Mientras trabajaba en conjunto con una empresa estadounidense surtimos al metro de Nueva York, el único que trabaja 7×24 un filtro de armónicas. Se instaló y energizó exitosamente haciendo las pruebas requeridas. Lo desconectamos para una última revisión antes de dejarlo en funcionamiento permanente y, para nuestra sorpresa, fue rechazado.
¿La razón? La placa de características de uno de los componentes no tenía el espesor requerido que era de ½ pulgada en acero inoxidable: era 1/16 más delgada. Cuando se tiene esta atención a las especificaciones, los accidentes, igual que en los aviones, son mínimos.
Ojalá aprendamos, pero antes de eso que se llegue a las últimas consecuencias. Lástima que no estamos en Japón del siglo XIX, donde se hubiera encontrado una salida honrosa.
►TE PUEDE INTERESAR►PREGUNTA CAPSIOSA ¿CUMPLÍA EL METRO CON EL CÓDIGO DE RED?